“La transición es un mito”: Clara Usón, premio Sor Juana

FIL Guadalajara 2018

La escritora española recibirá el Premio Sor Juana Inés de la Cruz por su novela El asesino tímido, centrada en la generación de la heroína y los yonkis, en especial después de vivirse un franquismo “católico, mojigato y machista".

La escritora Clara Usón, ganadora del Premio Sor Juana Inés de la Cruz en la FIL 2018. (Foto: Paula Vázquez)
Jesús Alejo Santiago
Guadalajara /

Pensar en obtener alguna vez un reconocimiento literario que llevara el nombre de Sor Juana Inés de la Cruz no había pasado por su mente, aun cuando al momento de conocer la obra de la autora de Primero sueño tuvo una certeza: si una monja jerónima del siglo XVII había logrado escribir en una atmósfera eminentemente masculina, ella podía lograrlo también. “Sor Juana es un icono, la primera después de Safo y algunas japonesas y chinas, que no conozco; la primera poeta que escribe mejor que muchos hombres. Cuando descubrí su obra, en la adolescencia, fue como un faro, una inspiración, porque vivía en un mundo donde la mayor parte de las actividades las hacen los hombres. Las mujeres estaban en un segundo plano, ocupándose de los asuntos domésticos para que los hombres pudieran lucirse”. 

El Premio de Literatura Sor Juana Inés de la Cruz reconoce a la autora de una novela publicada en español, en el caso de Clara Usón El asesino tímido (Seix Barral, 2018), una historia en la que se entretejen realidad y ficción. “La transición es mi pasado. La Guerra Civil es la de mis padres. En la novela hay una mezcla de realidad y ficción, una parte autobiográfica que alterno también con la otra protagonista, donde he descubierto que mi vida adulta es la de la transición. Pertenezco a una generación que estrenó su juventud con la democracia”, dice la escritora nacida en Barcelona en 1961. 

Autora de títulos como Las noches de San Juan, Corazón de Napalm o La hija del Este, cuenta en su más reciente novela una historia basada en el oscuro episodio de la muerte de Sandra Mozarovski, actriz del cine del destape —una especie de cine erótico español en el que se aprovechaba cualquier situación para, precisamente, “destaparse”—, quien supuestamente se suicidó en la España de la Transición, un caso que nunca llegó a esclarecerse y conmocionó a la sociedad española de los años setenta. 

“La transición en España ha sido un mito. Esa idea de que se podía pasar de una dictadura muy arraigada a una democracia plena, sin más, sin la necesidad de romper con el pasado, lo que ha sido una falacia en muchos sentidos: si no rompes con el pasado, el pasado te acompaña, y es que al observar mi pasado he revisado también la transición, que es algo que estamos haciendo ahora”. 

Si bien no la define como una novela política, Clara Usón reconoce que necesitaba mostrar el contexto de su juventud, en especial del significado de ser joven en aquella época: “en mi niñez, pasada bajo el signo del franquismo y luego bajo la democracia, se produjo una sensación de libertad en la que de verdad nos creímos que ya éramos plenamente demócratas.

“La mía fue la generación que decidió que debíamos modernizar a nuestro país, lo que significaba adaptarnos a los modos y las costumbres de los anglosajones, de los europeos. Para nosotros no solo se trataba de vestirnos como ellos o escuchar su música, sino de drogarnos como ellos. Nos convertimos en una generación temeraria, que tuvo mucho de suicida: si el franquismo había sido vivir con miedo, nosotros fuimos temerarios, estábamos como borrachos de libertad”. 

Lucha con el pasado 

Bajo esa perspectiva se da a la tarea de acercarse a un pasado del que ella misma participó: la generación de la heroína, de los yonkis, que dejó en el camino a los más brillantes y todo porque no sabían qué hacer con esa libertad, en especial después de vivirse un franquismo “católico y mojigato y machista, por supuesto, donde lo más importante era tapar y ocultar”, recuerda Clara Usón. “No teníamos conocimiento de lo que sucedía en otros países. Era ese afán por romper con el pasado, con todo lo que tenía que ver con el franquismo, hasta de nuestros padres, no queríamos saber nada de ellos y fue una generación en la que se dio un conflicto generacional muy grande. Hablo de eso, y de mi vida y de mi madre”. 

Y es que la madre de la escritora es muy importante dentro de la historia, porque al final era representante de una época: en el franquismo, las mujeres prácticamente no existían, estaban sometidas a las decisiones del padre o del esposo, en palabras de la escritora.

Una novela en la que lo mismo se aparece el personaje real, Sandra Mozarovski, Wittgenstein, Camus o Pavese, autores que de distintas maneras llegaron a hablar acerca del suicidio, el hilo conductor de El asesino tímido, un ejemplo de cómo la literatura y la escritura se convierten en herramientas fundamentales para enfrentar los desafíos de la vida cotidiana.

“Camus decía que el suicidio era la única pregunta filosófica verdaderamente importante. Wittgenstein, también un personaje de la novela, decía que los límites de la realidad son los del lenguaje: nuestra percepción de lo real viene determinada por el lenguaje”. 

Para Clara Usón, a través de la literatura se manifiestan mejor los dilemas de la condición humana y tal es su apuesta con una novela que recibirá el Premio de Literatura Sor Juana Inés de la Cruz, en la FIL Guadalajara 2018, en el Auditorio Juan Rulfo, con la participación de Claudia Piñeiro, Ana García Bergua y Daniel Centeno Maldonado.

PCL


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