George Steiner: adiós al prodigio de la crítica literaria

“Aunque pueda parecer inocente a la gente, la palabra humana se puede usar tanto para amar, construir o perdonar, pero también para torturar, odiar, destruir o aniquilar”, escribió el pensador fallecido ayer a los 90 años.

Fue especialista en literatura comparada y teoría de la traducción; en 2001 obtuvo el Príncipe de Asturias. EFE
Jesús Alejo Santiago
Ciudad de México /

yo soy el cartero; el que lleva las cartas de otros escritores a todas las personas. Cincuenta años después tengo estudiantes por todo el mundo. Ser profesor es una maravilla”.

Esta era una de las frases recurrentes del crítico George Steiner, una mirada fundamental en la literatura contemporánea y quien falleciera la mañana de ayer, en su casa de Cambridge, Inglaterra, a los 90 años de edad.

Filósofo, crítico y teórico de la literatura y de la cultura, especialista en literatura comparada y teoría de la traducción, Steiner no solo se definió por ser autor de numerosos ensayos sobre la teoría del lenguaje y la traducción, y sobre la filosofía de la educación, sino por su crítica literaria, sobre todo en publicaciones como The New Yorker y The Times Literary Supplement.

Multidisciplinario

Nacido en París, Francia, en 1929, Steiner se desarrolló en el seno de una familia judía de origen vienés, una combinación que le permitió tener un mayor acercamiento a los libros, antes de exiliarse en Estados Unidos, hacia 1940, para después irse a Inglaterra.

Cursó Literatura, así como Matemáticas y Física, en Chicago y Harvard, doctorándose en Oxford en Literatura y Filosofía, siendo uno de los más reconocidos estudiosos de la cultura europea, al tiempo de dar cátedra en universidades como la de Stanford, Nueva York y Princeton: “Un crítico siempre enseña a leer”, escribió Rafael Pérez Gay en su cuenta de Twitter al enterarse de la desaparición del maestro.

La noticia de su fallecimiento fue confirmada por su hijo, el doctor David Milton Steiner a The New York Times, en cuyo suplemento colaboraba. 

George Steiner también participó en distintos programas de radio y televisión de la BBC de Londres, donde discutió y debatió con otros expertos una variedad de temas como Freud y el psicoanálisis, el semitismo de T.S. Eliot o el legado de la teoría francesa.

Si bien se le conoce como ensayista, por obras como Antígonas, La muerte de la tragedia, Después de Babel Martín Heidegger, también desarrolló una obra de narrativa en la cual se encuentran los títulos El año del señor, El traslado de A. H. a San Cristóbal, Prueba y tres parábolas Las profundidades del mar y otra ficción.

Además de obtener el Premio Príncipe de Asturias, en 2001, George Steiner es Caballero de la Legión de Honor francesa, Premio Truman Capote y Premio Internacional Alfonso Reyes, así como miembro de honor de la Academia Americana de las Artes y las Ciencias e integrante de la Academia Británica.

“Tenemos tendencia a olvidar que los libros, eminentemente vulnerables, pueden ser borrados o destruidos. Tienen su historia, como todas las demás producciones humanas, una historia cuyos comienzos mismos contienen en germen la posibilidad, la eventualidad, de un fin”, escribió George Steiner en El silencio de los libros (Ediciones Siruela).

Controversial

En su prolífica obra, el escritor en numerosas ocasiones lidiaba con la paradoja del poder moral que poseía la literatura, que sin embargo señalaba no tiene ninguna capacidad de acción frente a eventos históricos como el holocausto.

“Sabemos que un hombre puede leer a Goethe o Rilke en la tarde, que puede escuchar a Bach o a Schubert, y después ir durante la mañana a su trabajo en Auschwitz”, dijo en una de sus frases más conocidas Steiner.

Otra de sus principales reflexiones básicas en cuanto a la comunicación humana es el uso diametralmente opuesto que se puede hacer de él, como explicó en su obra Gramáticas de la Creación.

“Para mi asombro, aunque pueda parecer inocente a la gente, la palabra humana se puede usar tanto para amar, construir o perdonar, pero también para torturar, odiar, destruir o aniquilar”, reflexionó Steiner, que dominaba tanto el francés como el alemán y el inglés.

También meditó el escritor sobre el origen del habla humano, el mito de la Torre de Babel y su significado para la humanidad, los beneficios de dominar varios idiomas o la superioridad de los políglotas.

Steiner fue una personalidad controvertida y divisoria, que atraía alabanzas de sus seguidores por su erudición y sus brillantes argumentos, pero causaba críticas que le acusaban de ser pretencioso y a menudo impreciso.

En sus memorias, el propio Steiner se lamentó de haber dividido sus esfuerzos en distintos campos y por la “ausencia de cualquier escuela o movimiento” que guiara sus pensamientos, algo que admitió era su “propia culpa”.

La mayor libertad

En redes sociales, las reacciones a su muerte se dieron, sobre todo, con la recuperación de algunas de sus frases: “El mayor privilegio, la mayor libertad, es no tener nunca miedo de equivocarse”, recordó Julio Trujillo, mientras Luis Jorge Boone recordó la frase “La mayor parte de humanidad dentro de nosotros guarda silencio”.

Queda la despedida del poeta y ensayista Armando González Torres, colaborador del suplemento Laberinto de MILENIO: “Se apaga una de las últimas inteligencias totales de nuestro tiempo”.

Lamentablemente, como advirtió el propio pensador en una entrevista para el diario El País: “La educación escolar de hoy es una fábrica de incultos”. 

Debilidad y fortaleza por la música

En su conferencia Mysterium tremendum, Steiner afirmó que nada le atemorizaba más “que la carencia de música seria en las vidas de millones de pequeños. El reemplazo de muchas formas de música por la barbarie del ruido organizado. La ensordecedora locura de no dejar que un niño encuentre buena música”. Crítico y teórico de la literatura y de diversos temas de cultura, a lo largo de su fructífera vida tuvo una entrañable y crítica relación con la música. A Rafael Vargas Escalante le debemos Necesidad de música. Artículos, reseñas y conferencias (Grano de Sal, México, 2019), imprescindible antología sobre el tema. Visionario, desde hace medio siglo hablaba de la proliferación de la música en nuestro entorno, la cual hoy alcanza cuotas tan altas que el silencio es una provocación. “Las cintas, la radio, el fonógrafo, el caset, emitirán un flujo interminable de música en cualquier momento o circunstancia del día”, indicó Steiner.

Teatro

Steiner estudió desde el teatro isabelino hasta las obras de contemporáneos como Bertolt Brecht o Samuel Beckett.

Traducción

Ensayo sobre el lenguaje y la traducción que no se limita a la historia de ningún pueblo y que, en rigor, debería abarcar la de todos.

Lo no escrito

Un libro no escrito, dice el autor, “es una de las vidas que podríamos haber vivido, uno de los viajes que nunca emprendimos...”  

Pasión

El libro reúne ensayos, conferencias y otros textos sobre música, tema que apasionaba a Steiner, especialmente la ópera.


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