Guggenheim. Los grandes encuentros con el arte en Bilbao

El museo, el principal atractivo turístico de la capital de Vizcaya, es una experiencia que permite la conexión con una diversidad de pensamientos

El Museo Guggenheim en Bilbao, principal atracción turística de la capital de Vizcaya en el país Vasco / Adriana Jiménez
Bilbao, España / enviada /

Al llegar a Bilbao por la carretera que conduce desde el aeropuerto, una impresionante construcción acapara las miradas; es el Guggenheim, el Museo de Arte Contemporáneo de Bilbao, “que se ha convertido en la principal atracción turística” de la capital de Vizcaya, precisa el guía que asignó la Consejería de Turismo de la Embajada de España en México al grupo de prensa, para la experiencia en el país Vasco.

La cita para iniciar el recorrido es en la plazuela que rodea al museo, justo donde está Puppy, un cachorro West Highland White Terrier, diseñado por Jeff Koons, que fue expuesto en un castillo en Alemania, después pasó por Nueva York y finalmente llegó a Bilbao, donde se ha convertido en un símbolo.

Puppy, un diseño de Jeff Koons es "el guardián" del museo / Adriana Jiménez
“Es una especie de guardián del Guggenheim”, refiere el guía con cierto humor; mientras el colorido de los miles de pensamientos que revisten la inmensa estructura de acero inoxidable con un sistema hídrico que da vida a las flores durante seis meses —en mayo, se cambian por petunias, tajetes y begonias que aguantan más el calor—, y dan forma al sui-generis cachorro que da la bienvenida a los visitantes.

Es el preámbulo a la provocación que espera a los sentidos la variedad de manifestaciones artísticas que alberga el museo, que se inauguró en 1997 y que es el único de los tres existentes que no pertenece a la Fundación Guggenheim, los otros están en Nueva York y Venecia; además del que pronto se inaugurará en Abu Dhabi.

“La sede de Bilbao fue un acuerdo de colaboración entre instituciones de administración públicas vasca, el gobierno vasco y la diputación de Vizcaya con la Fundación Guggenheim; el presidente de la fundación, Salomon R. Guggenheim, quería expandir la marca, crecer en un lugar europeo, pero no tenían dinero para construir un edificio. Bilbao lo supo y se propuso como sede, pero estaban reacios por el prestigio de la marca y porque se cuestionaban, cómo un Museo de Arte Contemporáneo en una ciudad gris, oscura, sucia”, enfatiza el guía.
El guía detalla el sistema de asesoría que tiene el museo / Adriana Jiménez

En abril de 1991 se dio el primer contacto con la visita a Bilbao, y un año más tarde se logró el acuerdo de colaboración; en 1993 empezó la construcción y cuatro años después, en octubre de 1997 se inauguró el museo que costó 150 millones de dólares, inversión similar a la que se requeriría para construir 7 kilómetros de carretera.

La acción fue cuestionada por el pueblo vasco, pero que con el paso del tiempo se ha demostrado que fue un acierto; hoy, el impacto económico es de 700 millones de euros, precisa el guía, quien también destaca que además del capital que se pagó a la Fundación, como parte del acuerdo de colaboración, cada año se sigue haciendo un pago anual, compromiso que culminará hasta 2034, cuando volverán a revisar el acuerdo, que básicamente consiste en el uso del nombre del museo, que pertenece a la Fundación Guggenheim.

La obra insignia del museo de Richard Serra / Adriana Jiménez

La experiencia

Llegó el momento de ingresar y con boleto en mano —18 euros— el barco anclado en el río Nervión, diseñado por Frank Gehry, da paso al encuentro con el arte.

Al entrar, la grandeza del Guggenheim impone, los espacios y las propuestas artísticas se multiplican. Un video de bienvenida ayuda, pero no satura. Así que los solitarios emprenden la marcha y se guían por sus sentidos, mientras que las familias que hacen turismo atienden a la asesoría de los guías.

La obra de Richard Serra forma es permanente en Bilbao / Adriana Jiménez

La experiencia inicia con el arte de Richard Serra, que es insignia del museo y que se materializa en la exposición permanente “La materia del tiempo”, una serie de esculturas de acero resistente que alcanza grandes dimensiones, cuatro metros de altura y cinco centímetros de espesor; invita a ser parte de la escena y perderte entre esas hojas de forma oblicua y circular.

Mar creciente, la obra de El Anatsui en Bilbao / Adriana Jiménez

Las sensaciones cambian conforme el autor que se aprecia; la concientización por la vida, el planeta y su cuidado llega con "Mar creciente", de El Anatsui, quien con tapones de botella de licor desechados crea su propuesta en la que “la serena armonía visual contrasta con el título que nos recuerda que la naturaleza y las civilizaciones pueden quedar transformadas en un instante”, como se lee al lado de la obra, en la que las manos de nigerianos que entretejieron los tapones de las tapas, son parte del concepto.

En otra sección, alejada del atrio, donde además se realizan eventos, conferencias y conciertos; llama la atención una larga fila. La incógnita se despeja: es Yayoi Kusama y su Sala de espejos del infinito con la que invita, como lo ha hecho a lo largo de su obra, a provocar un cambio social. 

Yayoi Kusama cobra presencia en el museo con su "Sala de espejos del infinito" en el museo / Adriana Jiménez

Para disfrutar de su propuesta y entrar hay que esperar por lo menos de 30 a 45 minutos, por 30 segundos que dura la intervención, y que bien vale la pena la experiencia.

La obra de Andy Walhol es parte del atractivo del museo en Bilbao / Adriana Jiménez

En una sala dedicada al pop y lo popular, Andy Warhol tiene su espacio con un facsímil de su obra "Autorretrato", al igual que Jef Koons con sus "Tulipanes" de la serie Celebración.

Tras visitar tan colorida sala, un murmullo que proviene de una de las puertas que da al río Nervión llama la atención. 

Los Tulipanes de Jeff Koones / Adriana Jiménez
“Es una escultura de vapor de agua que simula dar continuidad al puerto, que ocupaba el lugar que ahora tiene el museo, el motivo que atrae la atención de los visitantes” que aprovechan la efímera escena que se repite cada hora para tomar la imagen.

La icónica escultura Maman también es motivo para que otros turistas salgan del inmueble e inmortalicen su estancia en Bilbao al lado de la obra (araña) de Bourgeois.

La icónica obra de Bourgeois, Maman, también es parte del atractivo en el recorrido en una de la zonas exteriores del museo / Adriana Jiménez

Y además

México en Bilbao

El guía comparte que México ya ha tenido presencia en Guggenheim “con una exposición del arte del Imperio Azteca, muy interesante que ocupó todo un piso. Fue una muestra que tuvo gran éxito, en lo personal puedo decir que me dejó mucha enseñanza, aprendí mucho de su cultura. La obra venía del Museo de Antropología”.
AJR

  • Adriana Jiménez Rivera
  • jiramil@hotmail.com
  • Licenciada en Periodismo y Comunicación Colectivo, egresada de la Escuela Nacional de Estudios Profesionales, ENEP Aragón, de la Universidad Nacional Autónoma de México. Con más de 32 años de experiencia en el periodismo escrito, en los diarios El Esto y La Afición, y las revistas Tele Guía y Oye mi canto; y desde 2000 en MILENIO DIARIO como reportera, y Coeditora desde 2009 a la fecha.

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