Le Clézio: "La literatura no puede existir si no está buscando la verdad"

Cultura

El Premio Nobel de Literatura 2008 abrió el Congreso Internacional de Escritores de Puerto Rico; en su conferencia inaugural se refirió a “nuestros pretendidos pensadores sujetos al poder” y “al monstruo frío de la política”.

El escritor recomendó a los jóvenes leer 'La vida de Lazarillo de Tormes' y 'El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha'. (EFE)
Puerto Rico /

El premio Nobel de Literatura 2008 Jean-Marie Gustave Le Clézio (Niza, 1940) abrió el Congreso Internacional de Literatura de Puerto Rico, con la conferencia “El otro, el mismo”, en la que se valió de dos clásicos españoles para sostener que “la literatura no puede existir si no está buscando la verdad”.

“La certidumbre de aventura que me ofrecía la literatura, la encontré temprano leyendo las dos obras que más me conmovieron en mi vida: una fue La vida de Lazarillo de Tormes y la otra las aventuras de El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha, de Miguel de Cervantes.

“Estos libros me llegaron como herencia de mi bisabuelo, juez de la Corte Suprema de Isla Mauricio, quien falleció en 1917 en la epidemia de la llamada gripe española (probablemente la primera manifestación del virus H1N1 que causó hace poco la ola del covid-19). El libro que heredé de mi bisabuelo fue la traducción al francés del Quijote por Louis Viardot, publicada en 1845 por Dubochet”

En un Centro de Bellas Artes de Caguas, municipio vecino a la capital San Juan, lleno en su mayoría de estudiantes, el autor de La guerra, La cuarentena y La fiebre recordó en su disertación inaugural cómo ambas novelas españolas acompañaron sus inicios como lector en su niñez, que transcurrió en medio de la guerra. Y recomendó a los adolescentes que lo escuchaban comenzar por leer La vida de Lazarillo de Tormes, que aunque es cruel, es realista, y comparó su historia a lo que está sucediendo en la actualidad.

“La literatura es una paradoja extrema. Por una parte, expresa la personalidad del autor, su origen, su educación, su relación con su idioma de nacimiento o de adopción, en resumen: lo que hace de él o de ella una persona única, diferente de los otros, inamovible y constante.

“Pero, por otra parte, la lectura de una obra literaria es variable, está sometida a la crítica, es objeto de consumo por ojos ajenos. La razón es simple: la literatura es antes de todo lenguaje, esto significa materia maleable, fluctuante, que existe únicamente para ser leída, escuchada, para resonar en la mente de los otros, para hacer surgir resonancias, emociones, sensaciones nativas, interrogaciones”, expuso al iniciarse los trabajos del Congreso, que concluyen el sábado 13 de abril, cuando cumple años el Nobel.

La literatura no es entretenimiento

El intelectual francés, que vivió en México y sobre el que escribió sus ensayos históricos "La conquista divina de Michoacán", "El sueño mexicano o el pensamiento interrumpido" y "Diego y Frida", publicados por el FCE, citó lo mismo a Octavio Paz que a Roland Barthes y a Martin Luther King Jr. para exponer sus tesis sobre la alteridad, la lectura y su deuda con la literatura española, en especial con el Quijote.

En conferencias y debates participan Sergio Ramírez y Guadalupe Nettel, entre otros autores. (EFE)

Sostuvo que los niños no pueden imaginar la alteridad sino por medio de la ficción, en cuentos, historias de hadas y ogros, países fantásticos, viajes imposibles, sueños en vigilia, como fue su caso, en el que descubrió que la literatura no es entretenimiento, sino una forma de reconocimiento humano.

“Para mí fue una iluminación, entendí que la literatura no es únicamente distracción; es también la presencia, la reafirmación de los seres humanos (...) Eso me dio motivo para ser escritor (…) La cultura literaria no es algo alejado de la vida, es una forma especial de la vida”, dijo el Nobel ante los jóvenes.

“Es la pasión por la lectura que me acompañó en mi niñez. Cambiar de piel, cambiar de vida. ¿Acaso no será esta la necesidad de esa cosa escrita, que llaman literatura? Aprender a vivir en los otros, como lo requiere la sociedad, por amor, por interés o por desesperación”, expuso Le Clézio.

También comparó la época en que Cervantes escribió el Quijote con la actualidad y añadió que el humanismo que plantea la novela está todavía para cumplirse como un modelo fuera de nuestro alcance.

“En este libro es posible encontrar la contestación a nuestras inquietudes, el consuelo de la risa y el beneficio de la verdad. Esto es válido para la época en que vivimos, este principio del siglo XXI, que se parece tanto al principio del siglo XVII. La política, la filosofía, el lenguaje… si lo consideramos bien, todo es semejante entre estas dos épocas

"El tiempo en el que nace el Quijote es una época lastimada por las guerras, la pobreza y las injusticias. La conquista del nuevo mundo había iniciado masacres, epidemias, la aniquilación de pueblos enteros”, expuso y habló de la guerra en Ucrania y Gaza.

Le Clézio,que recién publicó El amor en Francia (Lumen, 2023), que incluye el relato “La pichancha” sobre jóvenes que atraviesan la frontera entre México y Estados Unidos, dijo que la fuerza de la obra de Cervantes, “un libro de pelea contra falsedad”, viene del hecho de que inventa a nuestro primer antihéroe, con quien podemos identificarnos porque, a la vez, nos es próximo y nos aleja de nosotros mismos.

Y sostuvo que “la literatura no puede existir si no está cerca de la verdad, si no está buscando la verdad”.

El monstruo frío de la política

Agregó que el antihéroe de Cervantes no es nuestro opuesto, al contrario, está delante de nosotros, es un “ante héroe”, un modelo atractivo e irresistible, tal como nuestro reflejo en un espejo crítico, o bien como un espejismo cáustico.

“La pareja que forma el Quijote con Sancho Panza es verdaderamente nuestro mejor retrato, quiero decir el retrato del hombre moderno, en su dualidad; el uno, heroico hasta lo absurdo, el otro, cobarde y prudente hasta el buen juicio. 

"Todos los personajes de la novela moderna son hijos e hijas de esta pareja primordial, débiles, ridículos, habladores, emotivos, contradictorios, víctimas del monstruo frío de la política, de las intrigas, de las calumnias, en rebelión contra la injusticia, pero incapaces de resolverlas, en perpetua exigencia de amor y de dinero, de un hogar, o, simplemente, de una comida”.

“La novela inventa la condición humana, pero sin la gravedad aburrida de los autores de nuestra era contemporánea, tan vana y charlatana. Hoy día, como en los tiempos del Quijote, ¿acaso no vivimos en un universo cerrado a la alteridad, desconfiado de todo lo que es diferente? ¿Acaso no vivimos pogromos, expulsiones y naufragios, construcciones de murallas y de cercas de alambres? En los caminos del exilio, los ricos y los propietarios, tan ciegos como sus milicias, han dejado de ver el alma humana en esos otros que esperan, encerrados en campos militares, en Algeciras, Marsella o Ciudad Juárez”.

Añadió la crítica en su discurso, en el que improvisó frases tras advertir que leerlo todo sería aburrido.

“Estamos embarcados en el mismo mundo que hace 400 años, en el que reinan horribles guerras e injusticias. Como Cervantes, podemos reírnos de las declaraciones solemnes y de los discursos hipócritas de los políticos, y de la vanidad de nuestros pretendidos pensadores sujetos al conformismo y al poder. 

"A dos pasos de nuestros grandes palacios sobrevive un pueblo de nuevos rufianes, de vagabundos clandestinos, que esperan a su libertador, el que, como decía Sancho Panza, 'pueda alimentar a los que padecen sed y abrevar a los hambrientos'”, dijo el autor y eterno migrante.

A la ceremonia de inauguración asistieron, además, más de una veintena de escritores invitados encabezados por Le Clézio y el nicaragüense Sergio Ramírez, premio Cervantes de Literatura 2017, convocados por la directora del CBA, Ivonne Class, la directora del Congreso, Helen Sampedro, y el coordinador de programación José Manuel Fajardo. A ellos sumó el alcalde William Miranda Torres.

Le Clézio participará este jueves en la mesa de diálogo “Escrituras nómadas”, con la puertorriqueña Mayra Santos-Febres.

En el primer día del Congreso participaron en conferencias y debates los españoles Ignacio Ferrando, Javier Sagarna y José Manuel Fajardo; los puertorriqueños Haydée Zayas Ramos, Luis López Nieves y Gabriel Paizy, Juanluis Ramos, Huáscar Robles, la dominicana Rita Indiana y la mexicana Guadalupe Nettel.

BSMM

  • José Juan de Ávila
  • jdeavila2006@yahoo.fr
  • Periodista egresado de UNAM. Trabajó en La Jornada, Reforma, El Universal, Milenio, CNNMéxico, entre otros medios, en Política y Cultura.

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