James Bond, ¿fue creado por una mujer?

Todos atribuyen la creación de famoso agente 007 al británico Ian Fleming; sin embargo, un documental reciente sugiere que en realidad fue creado por una mujer.

Daniel Craig como James Bond.
Ciudad de México /

Un documental presentado por Miles Jupp y trasmitido recientemente por la estación BBC Radio 4 ostenta un nombre provocativo: “La mujer que inventó a James Bond”. Según se explica en la emisión radial, el laureado novelista Ian Fleming no sería el verdadero creador del agente 007, sino una mujer de nombre Phyllis Bottome.

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James Bond, el famoso agente de cabello oscuro, aspecto impecable y sonrisa seductora se convirtió en un ícono británico casi desde su primera aparición en la novela Casino Royale (1953); y gracias a una redituable franquicia cinematográfica que consta de 24 películas “oficiales”, Bond es un personaje de culto en muchas partes del mundo. Pero, al parecer, Fleming no es “el verdadero padre” de James Bond: existen indicios de que el periodista, escritor y oficial de inteligencia robó la idea de una escritora casi desconocida.

La escritora británica Phyllis Bottome no es muy recordada fuera del Reino Unido, pero fue una escritora prolífica y respetada de la primera mitad del siglo XX. Su carrera literaria inició a los 20 años de edad y escribió casi cuarenta novelas, cuatro de las cuales fueron adaptadas al cine. En 1924, Phyllis y su esposo —que trabajaba como espía para el gobierno británico— abrieron una escuela en Kitzbühel, Austria, que se enfocaba en la enseñanza de idiomas y en la aplicación de las teorías psicológicas de Alfred Adler. Uno de los alumnos más famosos de esa escuela fue —ya lo adivinaste— Ian Fleming.

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En 1946, Bottome publicó una novela llamada The Life Line, cuyo protagonista se llama Mark Chalmers y es, según el mencionado documental, de donde Fleming habría tomado la idea para James Bond: Chalmers es un hombre treintón, de cabello oscuro, que trabaja para la inteligencia británica; después de un encuentro con “B”, el jefe de la inteligencia británica, es enviado a Europa para ponerse en contacto con otro espía; Chalmers es un deportista consumado, amante de la buena comida y el buen vino, y es un mujeriego empedernido. Además, habla francés y alemán.

Siete años después, el mundo conocería a James Bond: un hombre treintón, de cabello oscuro, que trabaja para la inteligencia británica; es enviado a Europa después de un encuentro con “M”, el jefe de la inteligencia británica; es un deportista consumado, amante de la buena comida y el buen vino, y es un mujeriego empedernido. Además, habla francés y alemán.

Aunque la influencia es innegable, y el propio Fleming reconoció en diversas ocasiones el determinante apoyo que Bottome y su esposo siempre le brindaron —sin el cual, al parecer, jamás se hubiera convertido en escritor. Sin embargo, la idea de que Fleming robó la idea de su célebre personaje es una tesis controversial. Pam Hirsch, biógrafa de Bottome, atempera la idea del supuesto robo diciendo que “Phyllis no inventó a James Bond; pero sí inventó, de alguna manera, a Ian Fleming, el escritor”.

FM

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