Con una reconocida trayectoria en la gestión cultural, lo mismo que en el terreno literario, Jorge Volpi consiguió, en tiempo récord, mudar buena parte de las actividades culturales de la UNAM a su versión en línea. “Cultura UNAM en casa” ha sido la respuesta de la Coordinación de Difusión Cultural ante la pandemia covid-19. En solo unas cuantas semanas el sitio atrajo a más de 11 millones de usuarios. Así lo refiere el escritor desde un confinamiento que padece —“soy muy poco casero, detesto estar en mi casa”—, pero que, a la vez, le ha permitido avanzar en su próxima novela.
“Es una labor de ajuste, de reinvención, recreación, adaptación a una realidad completamente nueva. Por más que siempre hiciéramos algunas actividades digitales, de pronto hubo que reconvertir el grueso de la programación presencial, para hacerla en línea. Todo el equipo trabajó intensamente para lanzar el programa ‘Cultura UNAM en casa’ que empezó con 700 actividades. Ahora tenemos cerca de mil y una amplísima respuesta, hemos multiplicado nuestras redes sociales con un impacto de cerca de 11 millones de personas. Lanzamos, además, un programa de talleres y diplomados, muchos con valor curricular, que nos parecían importantes para aprovechar esta cuarentena.
Reconvertimos la Fiesta del Libro y la Rosa en una fiesta virtual, lo mismo el Día Internacional de la Danza. Se lleva a cabo, en estos días, el festival ‘El Aleph’, el mayor esfuerzo que se haya hecho hasta el momento para tratar de entender las consecuencias de la pandemia en todos los órdenes, en todas las disciplinas, además de un estudio de cuáles son las consecuencias de esta pandemia en el sector cultural.
¿Cuáles serían estas posibles consecuencias?
Es un sector particularmente afectado, no solo en México sino en el mundo. La mayor parte de los espectáculos son en vivo y esa es su naturaleza, música, teatro, danza y artes visuales. En esta época en la que es imposible, la merma para los artistas, pero en general para los trabajadores de la cultura y desde luego para la economía cultural es terrible. En todo el mundo se están buscando alternativas, soluciones, apoyos, para tratar de reactivar a un sector que es imprescindible para la vida cultural de cualquier país.
¿Por qué es imprescindible la cultura precisamente ahora?
Ya se ha citado aquella frase de Winston Churchill: “Si no, para qué luchamos”. Tenemos que luchar por nuestra capacidad de creación, de crítica, de ser solidarios, empáticos. El arte y la cultura son las cuestiones que más humanos nos hacen. No deben ser considerados nunca un mero entretenimiento o algo que puede ser recortado porque es superfluo. Todo lo contrario, es justamente aquello que nos distingue como humanos.
Con esta experiencia, ¿cambiarán los parámetros en el consumo de cultura?
Por supuesto deben de cambiar. Al mismo tiempo tenemos que encontrar, por lo pronto, una manera de regreso. El arte es parte esencial de la vida humana y eso se comparte normalmente con la gente. Ahora tenemos que guardar esta distancia que no va a disminuir en eventos públicos hasta que no exista una vacuna. Mientras eso ocurre hay que imaginar nuevas formas de cultura y, por lo tanto, sin duda, la cultura tendrá que centrarse de nuevo en plantear alternativas y opciones, muchas de ellas a través de la tecnología. Ojalá esta pandemia realmente termine y nos permita volver no a la “nueva normalidad” sino a aquella normalidad que existía, por lo menos en el mundo del arte y la cultura. Pero, como esto es improbable, por lo menos en los meses próximos, tenemos que imaginar otra forma de convivencia, de solidaridad, de empatía y, al mismo tiempo, guardar las medidas sanitarias adecuadas para evitar brotes y contagios.
Has dicho que la austeridad es la peor receta en estos momentos
Creo que la austeridad es una manera de paralizar a la propia acción de gobierno. Sacar el dinero del sector público solo para ciertos programas específicos y eliminar por completo la capacidad de operación del gobierno, me parece una medida muy poco acertada por parte de esta administración, en donde debería de impulsarse justamente esa misma acción de gobierno que sería una política de izquierda, frente al recorte que es una política que hemos asociado más bien con el neoliberalismo y con la derecha. Por otro lado, también está todo un sector de la población, sectores políticos, que quieren aprovechar esta coyuntura para avanzar su agenda. La pandemia también se ha politizado en muchos lugares. Se ha politizado de manera considerable en Estados Unidos, y México no es la excepción, en donde cualquier error del gobierno es aprovechado también por los sectores más reaccionarios y ultraconservadores para tratar de imponer su agenda.
Las medidas de austeridad se van a reflejar en la UNAM. ¿Cómo se perfila el horizonte?
Es un horizonte difícil. Hay que luchar para que los recortes hacia la cultura sean los menores posibles y, desde luego, a la educación y a la educación superior que proporciona la Universidad. Debería de ser una prioridad absoluta más allá de los recortes en otros sectores y tenemos que luchar precisamente por ello.
¿Qué opinión te merece la política del gobierno y las instituciones de salud frente a esta crisis?
Ha habido una especie de dicotomía. Hemos tenido una primera fase, sobre todo por parte del Presidente, una especie de descreimiento, de escepticismo frente a lo drástico de la pandemia —que se mantiene un poco hasta el día de hoy— con esta urgencia por decir que ya la hemos vencido cuando estamos en la fase más alta de contagio. Por otro lado, también hay un sector muy importante de gobierno tomando medidas adecuadas para tratar de resolverla. Entonces, estamos en esta especie de esquizofrenia —y quizá es lo que termina trastornando mucho a la gente— entre la respuesta científica y la aparente urgencia por ya salir de la pandemia y comenzar la vida real en este extraño eufemismo que ahora llaman “nueva normalidad”.
¿Cuál sería tu visión al futuro? Hay quienes pronostican una nueva era, otros aseguran que nada cambiará.
No creo que todo por completo siga igual. Dudo que, como ha pronosticado Žižek, vaya a ser el final del neoliberalismo, del capitalismo, no parece que esa sea la condición. Tras cada crisis que hemos tenido, el capitalismo resulta muy resiliente y capaz de enroscarse sobre sí mismo sin que encontremos otra alternativa todavía. Pero sí creo que habrá cambios que estamos analizando y justo para eso organizamos El Aleph, para tratar de escuchar diversas voces sobre cómo podría cambiar nuestro mundo.
¿Cómo nace “El Aleph”?
Ya lo teníamos proyectado, iba a tratar de la vida y sus orígenes. De pronto, la erupción de la pandemia nos hizo darle un enfoque distinto. Ahora se llama “Las posibilidades de la vida, el covid-19 y sus consecuencias". Intentamos ampliarlo a todos los órdenes, revisar las implicaciones políticas, sociales, económicas, científicas, artísticas, relacionadas con este periodo tan extraño para la historia de la humanidad. Son 170 invitados de más de 20 países, figuras estelares como Ada Yonath, los filósofos Markus Gabriel o Jean-Luc Nancy, científicos como Antonio Lazcano, artistas de muchas partes.
Un enorme esfuerzo de la Universidad en su conjunto para crear el programa más vasto de reflexión en torno a la pandemia que se ha hecho hasta el momento.
¿A qué lecturas te has acercado en estos días?
Terminé un libro que me parecía importante leer en esta época de asilamiento, Until the end of time (Hasta el fin del tiempo), de Brian Greene, sobre el origen del universo, el origen de la vida y el origen de la conciencia. Un libro apasionante. Y una novela muy interesante, Come tierra, de la escritora argentina Dolores Reyes.
PerfilJorge Volpi
Jorge Volpi (Ciudad de México, 1968) es coordinador de Difusión Cultural de la UNAM. Doctor en Filología Hispánica por la Universidad de Salamanca, es autor de una obra que incluye cuento, novela y ensayo, con títulos como En busca de Klingsor, Una novela criminal y Examen de mi padre.
Frases
- "La cultura es un sector particularmente afectado, no solo en México sino en el mundo".
- "La austeridad es una manera de paralizar a la propia acción de gobierno".
- "El capitalismo resulta muy resiliente y capaz de enroscarse sobre sí mismo sin que encontremos otra alternativa todavía".
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