Juan José Millás: “La muerte es banal, le sucede a todo el mundo”

El escritor presenta 'La muerte contada por un sapiens a un neandertal', segundo libro que escribe con el paleontólogo Juan Luis Arsuaga.

El paleontólogo Juan Luis Arsuaga y el escritor Juan José Millás. (Foto: JEOSM)
Jesús Alejo Santiago
Ciudad de México /

En 2020, en plena pandemia, se unieron el escritor Juan José Millás y el paleontólogo Juan Luis Arsuaga alrededor del libro La vida contada por un sapiens a un neandertal, celebrado en el ámbito de habla hispana, si bien cuando empezaron a idear su contraparte, La muerte contada por un sapiens a un neandertal, no era en respuesta al éxito, sino porque “son la cara y la cruz de la misma moneda”, en palabras del narrador español.

No era fácil, porque no se trataba sólo de contar la muerte, sino también los procesos de envejecimiento y de decrepitud, que son exclusivos de la especie humana. Hay un capítulo llamado Plenitud o muerte, porque tal como dice Arsuaga, en la naturaleza no hay vejez tal como la entendemos los seres humanos, como una pérdida de facultades progresivas: en la naturaleza hay plenitud o muerte, porque un ciervo que necesita correr a 60 kilómetros por hora, si corre a 50 está muerto, aunque sea joven”, explica Juan José Millás (Valencia, 1946) en entrevista con MILENIO.

Deseo de eternidad

Desde su perspectiva, la vejez es un invento de la cultura, por lo cual había que abordar el tema de la muerte desde esa perspectiva, lo que es muy curioso, porque vemos que solamente atañe a los seres humanos, a sus mascotas y a los animales del zoológico, “pero inevitablemente antes teníamos que hablar de la vida, son la cara y la cruz de la misma moneda”.

“Realmente, la muerte es algo muy banal, en el sentido de que le sucede a todo el mundo y pasa desde que el mundo es mundo: es algo de todos los días, a lo que, quizá, no deberíamos darle la trascendencia que le damos, pero resulta que con la muerte del cuerpo muere también el yo, y por el yo sentimos un aprecio enorme”.


En ese sentido, cuenta Juan José Millás, hay en el ser humano un deseo de eternidad y no es en todos, porque hay quienes no la desean, tan sólo “a mí, la palabra eternidad me suena a domingo por la tarde inacabable y no hay cosa que más deteste que los domingos por la tarde”, por lo que siempre “creo que está bien morirse llegado el momento”.

Discursos inseparables

En La muerte contada por un sapiens a un neandertal (Alfaguara, 2022) se abordan temas como como la muerte y la eternidad, la longevidad, la enfermedad, el envejecimiento, la selección natural, la muerte programada y la supervivencia, donde se juntan el conocimiento científico con la imaginación literaria, dos aspectos que nunca deberían haberse separado.

“Las humanidades y la ciencia fueron de la mano hasta un momento histórico muy desgraciado en que se separaron; lo que nosotros hemos intentado es unir esos dos discursos y, además, a la manera en que se hace la aleación de los metales: la característica de una aleación es que es imposible separar sus elementos originales. Pues, en nuestros libros es imposible separar el discurso humanístico del científico. Están trenzados de tal manera que son la misma cosa”, a decir de Juan José Millás.


Juan José Millás. Foto: Josep Lago/AFP

En una conversación a la distancia, el autor de títulos como El jardín vacío, Lo que sé de los hombrecillos o Desde la sombra habla acerca de su relación con la muerte, un asunto sobre el que se empieza a pensar seriamente cuando mueren nuestros “coetáneos y ves que las generaciones se van yendo como si fueran vagones de tren”.

“Los avances de la medicina han conseguido alargar la vida, pero no han logrado mejorar el estado de esa vida: vemos que hay gente que vive muchos años, pero en un estado lamentable y eso no lo queremos para nadie, basta con ir a una residencia de ancianos y ahí ver gente que es un desastre por su estado cognitivo. Es decir, la medicina ha logrado alargar la vida, pero no la calidad de esa vida”.

Un joven viejo

Por ello, hay un instinto natural que hace que nos aferremos a la vida, incluso a veces en circunstancias tan desastrosas, porque eso está en nuestra naturaleza, en lo que llamamos el instinto de conservación. Sin embargo, la gente no busca tanto la vida eterna, como la eterna juventud, porque en la juventud la muerte prácticamente no existe, “es algo que le ocurre a los demás, no le ocurre a uno”.

Creo que fui un joven viejo, lo que ha dado como resultado que sea un viejo joven, de manera que he pensado mucho en la muerte en mi juventud, incluso en mi infancia he coqueteado mucho con ella, porque me parece que es un modo de alejarla. De manera que creo que no le tengo miedo a no estar, incluso, no estar me parece un descanso”, destacó Millás.

El escritor español tiene tal convencimiento porque “no tengo un gran aprecio por mi yo, el mundo está lleno de yos, el mío no hace falta”. Si un día le dieran un diagnóstico médico fatal, seguramente su sensación sería distinta, “pero hoy por hoy, mi verdadero sentimiento es este: miedo a la muerte, no; miedo al sufrimiento, sí”.

Perspectiva en pandemia

Si hay quienes han llegado a pensar que la pandemia nos llevó a sostener una relación distinta con la muerte, Juan José Millás es más pesimista: “La sociedad prefirió mirar para otro lado”, sobre todo en las sociedades urbanas, donde la relación con la muerte es de negación: “la gente no se muere en casa, se les lleva a un cementerio en coches camuflados; es distinto al rural, donde está más familiarizada con la muerte, porque en la naturaleza hay mucha vida y, por lo tanto, hay mucha muerte”.

hc

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