“La migración japonesa en México”, FILC 2019

Shinji Hirai impartió la conferencia en la que habló sobre cómo miles de asiáticos llegaron a nuestro país entre los años 1900 y 1910.

En la historia se registran 7 oleadas de migrantes a México. (Ana Ponce
Ana Ponce
Arteaga, Coahuila /

En el marco de las actividades de la Feria Internacional del Libro en Coahuila (FILC) 2019, Shinji Hirai, especializada en estudios etnográficos sobre la migración internacional, impartió la conferencia “La migración japonesa en México”.

En esta abordó el contexto en el que se realizó y cómo se desarrolló la comunidad en períodos tan difíciles de la historia como la Revolución Mexicana o la Segunda Guerra Mundial.

Explicó que la oleada más grande fue de los años 1900 y 1910, integrada por más de 10 mil personas, en su mayoría hombres, esto gracias a los tratados que se firmaron entre los gobiernos. 

Nuestro país buscaba un desarrollo económico basado en la atracción de inversiones extranjeras y Japón basado en una política de expulsión de los habitantes más pobres.

Destacó que desde principios del siglo pasado México ha sido un país de paso o “trampolín” para quienes buscan llegar a los Estados Unidos, siendo este el motivo principal de los migrantes.

Señaló que debieron hacerlo de “mojados” pues la política de Estados Unidos fue cerrar las puertas a la migración, principalmente a la comunidad japonesa, pues en esa época se rompió el lazo diplomático.

Aunado a ello empresas migratorias y el Gobierno de Japón iniciaron una campaña para expulsar a los japoneses más pobres a base de engaños, ofreciéndoles trabajo “bien remunerado, buenas condiciones laborales, sin riesgos, contratos por 3 años y la posibilidad de regresar a su país”, sin embargo nada de eso resultó cierto.

En las primeras embarcaciones que salieron con cientos de campesinos de Ojinaga, Nagasaki y otras comunidades de poco desarrollo, a estados como Baja California, Chihuahua, Veracruz, Nuevo León y Coahuila, para trabajar como braceros o mineros, sin embargo muchos de ellos murieron por las malas condiciones laborales, incluso más de 120 japoneses murieron en dos explosiones de mina en la Región Carbonífera de Coahuila.

Con el movimiento revolucionario todos los japoneses perdieron sus empleos y debieron buscar formas de sobrevivencia, así que empezaron a migrar hacia el norte, pese a que habían sido expulsados de la región por ser considerados como un “peligro” según los había catalogado el Gobierno norteamericano.


Hubo quienes perdieron todo en la revolución, unos la vida en su trayecto hacia el norte intentando cruzar a Estados Unidos, también quienes lograron emprender sus negocios y otros trabajaron de todo, panaderos, mayordomos, médicos, militares, comerciantes. La mayoría formaron sus familias con mexicanas y con mujeres de Japón a través de acuerdos matrimoniales con las familias que se pactaron a través de intercambio de cartas y fotografías.

Destaca que hay registros de al menos 7 oleadas de migrantes japoneses a México, esto de 1892 hasta 1970 con un número de 14 mil 735 japoneses.

Shinji Hirai advirtió que se busca realizar cursos de capacitación para los descendientes de japoneses, en San Luis Potosí y actividades de su cultura en México, destacando que su presencia en la FILC 2019 es el primer paso para que esto sea posible.

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