El otro ‘Goyo’ Cárdenas

A fuego lento

Bernardo Esquinca ha extraído el néctar de la inteligencia y la sensibilidad auténticamente literarias.

Portada de ‘La región crepuscular’, de Bernardo Esquinca. (Almadía)
Roberto Pliego
Ciudad de México /

GregorioGoyoCárdenas Hernández, el llamado Estrangulador de Tacuba, el primer feminicida serial —o al menos conocido— del México moderno sigue ejerciendo una atracción inconfesable. Buceador de las profundidades del alma humana, Bernardo Esquinca no podía sustraerse a tal atracción. A esas regiones desciende La región crepuscular (Almadía/ BUAP), exploración del Horror representado por la pulsión masculina de borrar cualquier rastro de humanidad del cuerpo femenino.

¿Una biografía como muchas que se han escrito sobre ese protagonista de la nota roja en la década de 1940 y de los primeros estudios psiquiátricos que intentaban explicar la conducta homicida? ¿Una aproximación ensayística? Ni una ni otra sino una novela que es también el fresco de una ciudad y de una época a medio camino entre los resabios rurales y la industrialización.

El retrato de Goyo Cárdenas se nutre de los archivos y expedientes policiacos: es “el monstruo” creado por la prensa. Al mismo tiempo, es pura invención, un artificio literario que termina triunfando sobre la figura real. Nada impide entonces a Bernardo Esquinca internarse en los terrenos de la especulación psicológica y la pura fabulación, ni de conjurar a un coro cuyas voces, provenientes del pasado y el presente, enfrentan o practican la violencia en su estado preternatural.

Quienes se asomen a La región crepuscular en busca de caramelos sociológicos se llevarán una enorme decepción pues el horizonte de Bernardo Esquinca está en otra parte: no aquí sino allá donde es posible la existencia de puertas o túneles o agujeros que conducen hacia lo sobrenatural. El propósito documental cede muy pronto el paso a un ánimo espectral que convoca a fantasmas; legiones de seres, habitantes de los subterráneos, empeñados en sembrar el caos; vengadoras abortistas conducidas por una médium milenaria; zonas en penumbra donde los muertos interrumpen la paz de los vivos, y ese mismo Goyo Cárdenas transformado en personificación del Mal.

De la materia pueril —sensacionalista—, Bernardo Esquinca ha extraído el néctar de la inteligencia y la sensibilidad auténticamente literarias. No solo es uno de los más dotados maestros del horror en lengua española; es un creador de mundos cuyos interiores están hechos de nuestros miedos ancestrales.

La región crepuscular

Bernardo Esquinca | Almadía/ BUAP | México | 2024

AQ

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