Escritoras, dramaturgas, artistas plásticas y actrices fueron convocadas hace 23 años por la revista Moho para escribir un texto que se publicaría después en Látex azul cielo (1999), antología que buscaba vencer la censura y romper con la “literatura maternal” en el mercado editorial mexicano.
“Las autoras transgredieron límites sociales, morales y literarios. Cada una escribió un relato en el que la libertad creativa y la voz individual resultaba fundamental para crear un mosaico de rebeldía. Vivíamos el fin de siglo e intentamos cultivar la ruptura, la introspección y el alejamiento de lo que se imponía entonces como correcto en la escritura femenina”, dice Yolanda M. Guadarrama, coeditora y diseñadora de Moho.
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Látex azul cielo compila a 10 escritoras. Hoy se lanza una segunda edición que espera provocar a nuevas generaciones.
“Nosotros los editores deseábamos hacer la guerra y bostezábamos; cuando salíamos en busca de una perturbación que nos permitiera escapar de un destino al que nos condenaban las formas y argucias de un mercado literario en general dominado por las historias cándidas y sentimentales escritas sobre los escombros de un país en ruinas”, escribió Guillermo Fadanelli en el prólogo.
Transgresoras
“Si pensamos que probablemente la libertad creativa y la expresión transgresora son características esenciales del arte, encontramos que estos textos pueden el día de hoy ser voces que resuenen en lectoras y escritoras jóvenes que aún se ciñen a modelos de corrección política y literaria”, agrega Guadarrama.
La coeditora dice que los textos son ejemplo de un temperamento artístico que se originó en México desde hace 23 años y que ahora podría parecer radical: “Serán las nuevas lectoras y lectores quienes nos harán saber si estamos añadiendo literatura valiosa para el bien de su experiencia”.
Julieta Aranda, Constanza Rojas, Alejandra Maldonado, Patricia Castellanos, Ali Gardoqui, Carmina Narro, Rocío Boliver, Norma Lazo, Norma Fadanelli y Tanya Sandler participan con sus voces perturbadoras, crudas, y los relatos hoy día aún pueden ejercer efectos conmovedores.
Algunas escritoras de la antología. (Colección Moho)
“Actualmente cualquier mujer puede verse confrontada por estos relatos, ya sea reflejándose en ellos o rechazándolos, pero es posible que no sean las mismas personas después de la lectura de estos textos”, dice la coeditora.
Carmina Narro, dramaturga y directora, considera que los textos de Látex azul cielo tienen una libertad absoluta y carecen de la victimización de la mujer que vemos actualmente.
“Mi cuento es el más timorato: un güey que secuestra a su amor platónico; en general, yo veo en los relatos una libertad en la sexualidad y diferentes temas; mujeres que no temen que les digan putas y que, de alguna manera, tienen el control o el descontrol de su vida y fue una manera de decir: ‘No me estén chingando’, creo que están muy vigentes”, dice Narro.
Moho sigue ahí
Después de muchos años de transgredir y proponer temas e ideas, la revista Moho dejó de publicarse; sin embargo, la editorial siguió con vida y logró sobrevivir a todo, hasta a la pandemia.
“Estamos haciendo un esfuerzo para distribuir mejor nuestros libros ya que, durante el cautiverio casi obligado durante los años 2020 y 2021, la exhibición de nuestras publicaciones se detuvo. Hoy se encuentran en el Fondo de Cultura Económica, Educal, Porrúa, etcétera, y estamos lanzando la colección de libros Moho de manera digital, como ebook”, explica Guadarrama.
Próximamente publicarán novelas de Juanito Podrido, Filpio Arroyo y Miguel Navarrete.
“Parece que nuestra esencia es ‘no aprender’, volveremos a lanzar autores mexicanos no muy conocidos que probablemente se mantendrán en la marginalidad, pero si tenemos fortuna, avanzarán y transitarán en la literatura como lo han hecho varios como Rodrigo Márquez Tizano, Andrés Cota Hiriart, Fadanelli, Alejandra Maldonado, José Ángel Balmori, Adrián Román, Daniel Herrera, y varios autores más de nuestra colección o catálogo”, concluye la coeditora.
hc