Lecturas para entrar en línea con la UANLeer

La edición online de este festival de las letras trae algunos libros y autores, de los que enseguida se da reseña con diversas temáticas

Foto: Especial
Israel Morales
Monterrey /

Crónicas de Guerrero: De Acapulco Punk a diarios de la carretera

Algunos de los libros que llegan a la UANLeer tienen aires de crónica. El primero es El Acapulco punk (UANL), de Paul Medrano, que reúne algunos relatos que se desgranan en estos ambientes tropicales que van desde la histeria del punk, en tanto que se trata de encontrar el lado salvaje, como “Tras el rastro de la Golden” o “Apuntes kafkapulqueños”, a las historias que lo atraparon en su andar: “El último vuelo de La Mosca”, en referencia a la revista de rock, o “Ayotzi y yo”, y su relación con esta escuela; después se va al sur para ilustrar esta parte con más del contexto en que busca su narrativa: “Hilario Mesino, el blasón de la masacre Aguas Blancas”, “Así fue crecer en Actopan” o “El amor en tiempos de narco”, entre demás crónicas acapulqueñas.

La escala ahora se da en Chilpancingo con Vicente Alfonso. A la orilla de la carretera (UANL) se adentra en “esa especie de gris laberinto que se vislumbra a ambos lados del camino”. Y es que transitar por esa “ciudad pequeña, escondida entre montañas” depara en crónicas con datos y estadísticas precisas, puesto que “esta ciudad tiene los ciudadanos más insatisfechos del país” y lleva a varias experiencias del autor, desde la perspectiva de los desechos “¡La basura, jefa!”, porque ésta no tiene un destino, o a donde van a quedar los cuerpos: “Semefo: la penúltima morada”. De “Llámeneme Ismael”, cuando acude a recoger a su hija al kínder y escucha una balacera, a las historias que nacen de los personajes de esos sitios como “Carne de mi carne de cañón”, sobre Luiza Carreto. “Norteños en la sierra de Atoyac” aborda la obra de Carlos Montemayor y lo que le dio a la crónica de Guerrero, con algunos de los pasajes que mejor han descrito situaciones sociales y políticas, que parte de una charla con Juan Villoro. Y es precisamente el nombre del autor de Guerra en el paraíso que motivó al Premio Bellas Artes de Crónica Literaria Carlos Montemayor, el cual obtuvo Vicente Alfonso en el 2018.

Los autores estarán en un conversatorio llamado Guerrero, Crónica y Ficción, al lado de Marxitania Ortega en la UANLeer el viernes a las 16:00, en transmisión por @Cultura UANL Facebook y YouTube.

Poesía con premio y otra dispersa

Rocío G. Benítez ganó la primera edición del Premio Iberoamericano de Poesía Minerva Margarita Villarreal 2020 con Donde una vez tus ojos ahora crecen orquídeas (UANL-FFyL-Inbal), que desarrolla la poesía desde la pérdida de una hija, en ese vacío de violencia que subyace en un país que “no cicatriza”, que “no entiende”. Desde los “dos fragmentos de su cráneo”, el encuentro poético es tan doloroso y desgarrado: “Grité más fuerte/ y me arrancaron el cabello, /Me rompieron la lengua/ el lenguaje” (pág. 51). Una voz que se vuelve concreta, de referencia a lo tristemente habitual: “Aparezco en los periódicos./ Mi madre sostiene mi fotografía a la altura de su corazón./ Tengo 18 años y traigo puesta una sonrisa que ahora no sé dónde está./ Ni ella ni yo. (pág. 67). Porque la voz se despliega desde ese ser que grita, estremece: “Mi cuerpo no es una fotografía./ Mi cuerpo no es un hallazgo./ Mi cuerpo no es una tumba adentro,/ no es un vientre ajado,/ no es una caverna./ Mi cuerpo no son dos fragmentos de cráneo”. (pág. 68). La autora presenta esta obra el viernes a las 15:00 en las redes de la UANLeer. Participa Margarito Cuéllar.

A Eduardo Zambrano se le da lo del despiste poético y se le agradece una obra llena de todo aquello que de pronto nos arrolla sin saberlo. Agradable fruición de no saber por dónde viene la palabra: “De un libro usado o en un blog/ De la biblioteca más íntima o ante un performance en la calle/ Del correo de un amigo/ o de lo que dejó escrito la nube en el cielo/ Las palabras que te hacen el día/ nadie sabe de dónde/ ni cuándo/ ni cómo llegarán/ Escuchado así parece increíble/ pero hay que confiar en sus promesas” (pág. 52). Poemas que se esparcen, que se difuminan en el yo, que desmienten con propiedad hacia dónde apunta la pluma, porque cambiamos de humor como de poemas; dolores, inventarios, observaciones para encontrar las siete diferencias, álbumes, unos de gratitud. Para Eduardo Zambrano y su poemario Disperso (UANL) se antoja decirle: échese otro: “Doy gracias a los dioses por los días inútiles./ Por no tener nada qué hacer y no angustiarme./ Gracias por la lectura./ Gracias por la poesía o por un simple aforismo./ Gracias por que puedo escribir la palabra belleza y entrar en ella” (pág. 25). El autor estará en el Salón de Poesía, dirigido por Margarito Cuéllar, el domingo a las 16:00, donde también se presentará Poesía reunida (1984-2020) de Leticia Herrera. No dejen de conectarse en las redes de la UANL.

Premio José Alvarado

Hiram Ruvalcaba obtuvo el Premio Nacional de Cuento José Alvarado 2020 con Padres sin hijos, una obra que aborda esta relación, que se va desde la complejidad, la soledad, la incerteza o la desventura. En ese estigma tan universal del abandono cabe “Visita familiar 1”, cuando el mundo juega a ser distinto para un pequeño que ve regresar a su padre en distintos giros del tiempo, y de la tragedia con “Elefantes marinos”, porque el desconsuelo y el descuido de dejar al pequeño en un carro no tiene definición, la desesperanza y lo complicado que le da un giro en la vida a Santiago, el papá de este relato, es cómo se refleja en esta narrativa de Hiram Ruvalcaba. La visita familiar que se espera algún día, las flores que adquieren otros matices, la palabra divina o la muerte son otros de los temas que se despliegan en este volumen que presentó online en la UANLeer.

Inminente Catástrofe

“Fibras sensoriales, emociones, memoria, pensamiento y lenguaje”, así es cómo Ernesto Lumbreras se reconstruye al lado de la obra de grandes artistas en De la inminente catástrofe (UANL-UACM). Nutre sobre los pasajes de Francisco Toledo con delicada armonía. Así construye una fase numeral hasta mostrar la pulsión del imaginario de Toledo (1940-2019), ante quien descubre su “inventario de la realidad y de la irrealidad, minas inacabadas del deseo, manantiales de la eterna canción de la infancia, fertilidad lúdica de la naturaleza, disparates y bromas del amor y la muerte” (pág. 31). De aquí salta a “El ojo del fulgor”, de Arturo Rivera (1945-2020), a quien le concede la dinámica de su cosmovisión: es el “veedor” que “profundiza, desentraña, dilucida, descifra”. Parte también al viaje de Rafael Coronel (1931-2019) en “El intemporal drama **em gente” al que le agrega “dos apostillas”. Ricardo Martínez (1918-2009) también entra en su observatorio, así como José Clemente Orozco y su bestiario. Ernesto Lumbreras tendrá un conversatorio de creadores este viernes a las 10:00 en la UANLeer, en línea.

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