La Agencia Espacial Europea (ESA, por sus siglas en inglés), realizó el mapa más detallado del campo magnético producido por la corteza terrestre, cubierta exterior rígida de la Tierra, a través de observaciones de la misión Swarm.
Se trata del plano que muestra las pequeñas señales magnéticas generadas por la litosfera del "planeta azul", el cual usará para comprender de mejor forma la historia geológica de la Tierra.
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El mapa es resultado de cuatro años de mediciones del trío de satélites Swarm, datos históricos del satélite CHAMP alemán y observaciones de barcos y aviones. La ESA explicó que la mayor parte del campo magnético de la Tierra se forma en las profundidades del núcleo externo por un océano de hierro líquido sobrecalentado y turbulento; no obstante, también existen fuentes de magnetismo con mayor debilidad.
Asimismo, la misión Swarm fue usada por los científicos para generar algunos descubrimientos sobre dichas señales más elusivas, como la litosfera terrestre. El estudio muestra que una pequeña fracción del campo magnético proviene de rocas magnetizadas en la litosfera superior, esto incluye la corteza rígida y manto superior de la Tierra, que debido a su debilidad es difícil de ver desde el espacio.
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Conforme se forma una nueva corteza oceánica mediante la actividad volcánica, los minerales ricos en hierro en el magma ascendente se orientan al norte magnético en el momento y se solidifica a medida que la lava se enfría. Ya que los polos magnéticos con el tiempo se mueven hacia adelante y atrás, el magma sólido forma "rayas" magnéticas en el lecho marino para brindar un registro de la historia magnética de la Tierra.
Las huellas magnéticas, producidas por el movimiento, en el fondo del océano se pueden emplear para reconstruir los cambios de campo pasados y mostrar el desplazamiento de las placas tectónicas desde cientos de millones de años hasta el presente.
FM