María Pagés presenta 'De Scheherezade'; “el flamenco es arte escénico”

La bailaora y coreógrafa española cuenta a MILENIO los detalles de De Scheherezade, que presentará el 21 y 22 de julio en el Conjunto Santander, en Jalisco.

María Pagés | Ariana Pérez
Ciudad de México /

Hablar de flamenco es hablar de María Pagés, a quien en 2022 le fue otorgado el Premio Princesa de Asturias por su aporte a las artes. La bailaora y coreógrafa (Sevilla, 1963) está en México para presentar el espectáculo De Scheherezade, basado en el personaje de Las mil y una noches.

María Pagés (MP) y El Arbi El Harti (EAEH), dramaturgo y director del Centro Coreográfico María Pagés, hablan a MILENIO de esta obra que se presentará los días 21 y 22 de julio en el Conjunto Santander, en Jalisco, así como de las mujeres en estas narrativas, las artes escénicas y el flamenco.

María Pagés | Ariana Pérez

Porque, de acuerdo con la bailaora: “el tablao también puede ser flamenco, pero es una parte, donde hay unos límites. El reducir el flamenco, que es solo el tablao, y solo asociarlo a eso y a términos que son peligrosos y engañosos, es lo que debemos saber distinguir: dónde estamos, dónde está el flamenco ahora”.

Tanto María Pagés (MP) como El Arbi El Harti (EAEH) trabajan para crear espectáculos que surjan de la palabra y lleguen a la escena. “El flamenco puede ser un gran arte escénico”, aseguró el dramaturgo.

¿Qué se puede ver en De Scheherezade?

MP. Es un espectáculo que creamos, donde la protagonista es Scheherezade, esta mujer que con la palabra supera y vence el terror, el miedo y la muerte. Hacia la vida lanza el mensaje de que la palabra es el mejor instrumento del ser humano para entenderse, para comprenderse y para evitar los conflictos.

EAEH. Lo que hace que los seres humanos podamos pervivir y orientarnos al futuro es el uso adecuado de la palabra y la escucha: entendernos, generar empatías, resolver conflictos; De Scheherezade es un espacio ideológico fundamental porque al fin y al cabo lo que hace durante Las mil y una noches es convencer al rey para que deje de matar, porque si él hubiera seguido matando habría aniquilado a la humanidad. Ucrania como base, como fondo. Ese es un poco el espacio ideológico de Scheherezade.

¿Cómo se lleva la palabra al lenguaje dancístico?

MP. Nosotros en todos los procesos creativos trabajamos juntos. Nuestro proceso parte de la palabra siempre, es decir, surge la idea y El Arbi hace una dramaturgia, hace la letra. Todas las obras que hemos ido creando de alguna manera están conectadas, pero hay algunos temas que siempre están en común: la palabra y la mujer como figura central. Partimos de la palabra porque hace ver e imaginar mundos, imágenes que, naturalmente por lo que somos y nos dedicamos, situamos en un escenario. Es ahí donde la puesta coreográfica la entendemos como una obra de creadores porque a medida que van avanzando las ideas y tomando forma, inmediatamente surge lo musical, la idea de qué iluminación usar, dónde se van a situar los espacios escénicos y, con todo eso, las imágenes en movimiento.

María Pagés | Ariana Pérez

Letra, música y danza están presentes, ¿por qué importa el diálogo entre las artes?

MP. Las artes escénicas y las artes vivas tienen ese objetivo: compartir y enriquecerse. Por todo ello, lo que sí creo que conviene es poner en valor o dar visibilidad al flamenco como arte escénico. Nosotros entendemos que la trayectoria vital del flamenco es muy particular, pero lo que tiene de especial es que cuando se sube al escenario de un teatro, ya no baja (la vitalidad), al contrario, empieza a crecer y desarrollarse y no para. Eso es lo que ahora vemos, lo que ahora creamos, lo que nos interesa más del aspecto flamenco, donde todas las artes confluyen y el flamenco es el que las convoca.

EAEH. Hay una idea errónea sobre el flamenco: centrarlo al tablao. El flamenco no es tablao, y el que defendemos, protegemos, creamos y promocionamos es el gran flamenco coral: si la ópera está donde está es porque alguien ha creído en ella. El flamenco hoy en día está en esa contextura, es un gran arte escénico porque puede crear grandes escenografías, porque los creadores están ahí. Si no lo conseguimos parcialmente es porque no hay un reconocimiento social y políticamente certero sobre la grandeza del espectáculo coral.

¿Un arte lleno de emociones?

MP. Depende de quién lo ejecute, del creador, del intérprete. Un espectáculo es un proceso y esto es teatro, es combinarlo con la danza, donde se construye un proceso emocional con el espectador; te tiene que coger desde un principio y no soltarte porque en el momento que se escapa, el espectáculo se ha perdido.

¿Seguirán las historias de mujeres en la compañía?

MP. Sí, claro.

EAEH. Hasta la muerte.

La historia está contada en 11 escenas, a las que dan vida 12 bailarinas, músicos en vivo y dos cantaoras. La música es de Rubén Levaniegos, Sergio Ménem y David Moñiz. “Aquí las cantaoras cantan para ser entendidas, están narrando una historia y se les entiende porque hay un mensaje, un trabajo sobre lo que son los textos, lo que se cuenta y se quiere transmitir. Las cantaoras son narradoras: cantan y cuentan, son Scheherezades”, concluye El Arbi El Harti.

DAG

  • Viridiana Contreras
  • viridiana.contreras@milenio.com
  • Reportera y coeditora. Licencia en Comunicación y Periodismo en la Facultad de Estudios Superiores Aragón (UNAM). Doce años en el periodismo cultural.

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