Mariana Mendivil (Sonora, 1995), directora y productora, conversó con MILENIO sobre el proceso de creación de su ensayo fílmico Memoria de un cuerpo desplazado y de su exploración en el collage análogo.
El filme ganó la Medalla Pluma de Plata al mejor cortometraje en la selección “Aciertos. Encuentro Internacional de escuelas de cine” del Festival Internacional de Cine UNAM (FICUNAM).
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Memoria de un cuerpo desplazado, explicó su creadora, “fue una herramienta de autoconocimiento muy grande y empecé a ver cosas que me remitían a la niñez, como la migración, porque nací en Sonora pero, muy chica, como al año, me fui a España con mis papás y regresé como a los cinco. Mis primeros recuerdos eran en España; yo aprendí a hablar allá y después volví a Sonora. Actualmente cuando digo ‘quiero volver a mi casa’, lo pienso y es allá, en el desierto”.
Esta situación la llevó a experimentar el desarraigo, el sentido de destierro al migrar en la primera infancia no solo del espacio sino también de su propio cuerpo, lo que la llevó a dar vida al cortometraje, junto con fragmentos de los diarios que recopiló desde los 18 años. “Después surgió la idea de trabajar el collage en movimiento, como algo intuitivo, muy personal, y decidí llevarlo al cine y buscar algo íntimo que pudiera conectar con otras personas”.
Pero el trabajo artístico de la alumna de la Escuela Nacional de Artes Cinematográficas ENAC-UNAM no termina ahí, pues ha expuesto collage análogo y realizado videoinstalación, codirigida con miembros de la Cátedra Gloria Contreras, en el Museo Universitario de Arte Contemporáneo en 2022.
¿Qué encontraste en el collage como soporte visual?
¡Me encanta!, porque el collage nunca ha tenido una definición, es una libertad en la que cada artista crea un lenguaje propio a partir de imágenes que muchas veces se repiten pero se llevan a lugares diferentes. Yo hago collage análogo, no hago digital porque creo y pienso en el cine como documental, que es un diálogo con la realidad, porque a veces no encuentras la imagen que quieres.
¿Qué te dejó esa exploración con tu pasado?
Sigo sin saberlo (risas). El cortometraje también es como un ritual para volver a mí, porque a partir de estos fragmentos de imágenes de diarios, estos fragmentos de mis fotos de mi infancia me ayudaron a volver a construirme, entenderme y volver a mí misma. Fue como un ritual y por eso que fuera como celuloide, en fílmico, representaba esa materia viva. Ahora conecta con otras personas y ya no solo es mío porque se conecta con otros.
¿Puede ser tu historia y la de alguien más?
Totalmente. Cuando lo hice sentía mucha soledad por este desarraigo, por sentir que no soy de aquí ni de allá y saber que hay mucha gente que se siente así de alguna manera me hace sentir más acompañada.
¿Cómo llegó tu proyecto al FICUNAM?
El festival ha sido sumamente importante en mi vida. En 2016 que entré al CUEC, iba a ver películas todo el día, y para mí fue tan importante en la formación como la misma escuela. Me acuerdo que en el primer semestre hice el sonido del making off del FICUNAM y ganó El buzo, de Esteban Arrangoiz, en la sección de Aciertos.Dije: ‘Wow!, mi sueño es que mi tesis llegue a estar en el festival’. Por eso, cuando estuvo listo mi corto, lo mandé al festival y cuando me seleccionaron no cabía de la emoción porque era como un sueño, una cosa de cerrar o completar ciclos porque se puede llevar el cine a lugares muy diferentes o propios del autor. Fui seleccionada y haber ganado significa todo.
¿Cómo recibiste la noticia?
No podía creerlo porque estaba en la premiación y estaba segura de que no había ganado porque además en la selección que estuve, Aciertos, vi los proyectos de mis compañeros de la categoría y eran unas cosas impresionantes y únicas.
¿Tu trabajo ha estado también en exposiciones y videoinstalaciones?
Sí, he expuesto con collage análogo pero también he hecho videoinstalación, codirigida con la Cátedra de Gloria Contreras y presentada en el MUAC en 2022. Justamente para Memoria de un cuerpo desplazado estoy preparando la versión para videoinstalación. Esta exploración ha sido una locura y me encanta porque sí hay imagen y sonido, pero al poder agregar el espacio y jugar con múltiples pantallas se vuelve otra cosa.
A partir de la misma semilla, salen más proyectos que son hermanos pero también tienen sus particularidades. Ese juego me encanta: explorar a profundidad hasta ese punto, y me emociona llevar Memoria de un cuerpo desplazado a otro espacio, incluir y que se pueda estar con el collage físico, jugar con el sonido, con el espacio.
¿Dónde se presentaría?
Como es parte de la Escuela Nacional de Artes Cinematográficas, del CUEC, el plan es que pase por el circuito de espacios de la UNAM.