Los mejores libros del 2021 de la literatura regiomontana, vol. 1

Y empieza el desfile de los 25 mejores libros del 2021 de autores locales. Un conteo que divisa el panorama y en esta primera parte nos vamos del 25 al 22

Los mejores libros del 2021 de la literatura regiomontana, vol. 1. Foto: Especial
Israel Morales
Monterrey /

Así empezamos este conteo con diversos temas, entre lo social-político, la dramaturgia, las crónicas musicales y algo sobrenatural en el género de la novela. Pásele y lea:

25. Héctor Manuel Tafoya Solorio - Historia de vida y lucha política - Oficio

Entiéndanse los libros de militancia política no como una idea de seguir a cierto partido, sino conocer cómo se construyó parte de la historia política en Nuevo León, en específico la historia de la izquierda. Y la de Héctor Manuel Tafoya lleva por esas rutas desde que empezó su andar, en una lucha que considera constante. Y hay que decir que esta es su historia personal, la que plasma en esta obra, y están los lugares y los personajes que han conformado esos pasajes para comprender la naturaleza de las protestas y cómo se gestaron asociaciones ligadas al acontecer noticioso y de la vida pública de esta entidad. Cable aclarar de nuevo que la historia se cuenta desde los sucesos del autor y además permite atender cómo convivían en ese diario de salir a la calle y buscar respuestas a problemas sociales. Nacido en 1953, Tafoya Solorio cuenta la historia familiar, su trabajo. En la secundaria conoció a “muchachos que se decían rebeldes sin causa y a jóvenes con ideas políticas revolucionarias”. Llegó a la preparatoria 3 y “estaba de oyente” en el Partido Comunista Mexicano y a l8 fue representante de casilla por el Partido Popular Socialista. De ahí empezó su vida ligada a la izquierda, y a los distintos partidos de esta corriente, que menciona, la mayoría se quedaron en el camino, hasta el nacimiento y su relación con Morena. Anécdotas y otros datos integran esta obra sobre lucha política.

24. Jorge Alberto Silva - Radiografía de un corazón en llamas - Ediciones El Milagro-Conarte

La dramaturgia tiene un sitio en este conteo con Jorge Alberto Silva, con esta obra que incluye tres piezas: Radiografía de un corazón en llamas, Una ventana a la calle y El canto de las aves disecadas. Lo que hay que destacar que el autor regiomontano le da un matiz atractivo a sus títulos y por supuesto el despliegue narrativo también cumple con esa intencionalidad. Además le agrega los toques de desconcierto, desesperanza, con situaciones en apariencia inverosímiles, pero que vienen a ser una suma de todos los elementos activos de una cotidianidad que raya en el absurdo, pero más en juego con la realidad que en ocasiones pareciera que no tienen un límite específico. La primera es un duelo de perfiles que alude a las relaciones complicadas donde arden los sentimientos y un joven en la desolada puesta al día de un submundo violento y encauzado más que en la psiquis, en el cuerpo. Braulio no roza la locura, pero la entiende al ser una sucesión de cosas que mutan en grados mayores de supervivencia emocional y física. La segunda tiene como protagonista a Ambrosio y el montaje de las emociones, más una obra que refiere al alma, a los planos existenciales y el contagio de Kafka, para captar el oficio del dramaturgo como el enlace con un discurso de expresiones y desenvolturas: el ser y su despliegue del otro, el que le confiere una carga profunda de significados. La tercera ya fusiona el cuerpo con el alma y viene la vida propiamente, con Gregorio, un taxidermista que explora la existencia como una configuración plena y elevada. No por ello complicada, en los ambages a que lleva la vida, aunque kafkiana, la preocupación es que viene después de ver cómo es que los animales disecados parecen respirar; es decir la vida después de la vida. Esta es la dramaturgia que propone Silva y que tiene un lugar en este conteo.

23. José Manuel Zapata - Giras. Crónicas de conciertos y desconciertos - Oficio

Hay situaciones que se viven previas cuando alguien se enfila rumbo al momento cumbre de la música: el concierto de rock. Porque hay que rolarse por el lugar, con los amigos, pero también viajar; conocer no solo a la banda, sino los sitios, además de como producto de su tiempo, recordar el contexto en que Soda Stereo dijo Nos Verán Volver solo para despedirse o U2 y la única vez que ha pisado esta ciudad. ¿Qué pasaba en la urbe?, ¿qué se comía?, ¿qué partido de futbol se jugaba?, sobre todo ¿cuáles eran las correrías de José Manuel Zapata? Músico y escritor de La Siniestra, con quienes grabó dos discos, estas son las memorias rockeras que se acompañan de todo el ambiente: las amistades que le sugieren conocer a los franceses de Dub Incorporation, tanto en Guadalajara como en Monterrey; los fuertes rumores colectivos que lo llevan a los festivales como el del Centro Histórico de la Ciudad de México, con Sargento García, La Maldita Vecindad y los catalanes Dusminguet, ya con un conecte en esa voraz urbe para tener donde llegar, porque si algo tiene el rockero es que se acomoda en donde se pueda. Y sí, la crónica es más bien qué significó ese momento que una radiografía de canciones y detalles de los aludidos, más bien es cómo se gira entre la raza para lograr el objetivo de ver y disfrutar el directo. También los flashes personales y un estilo propio de narrar, entre conciertos y desconciertos. Hay fotos del autor y las bandas, entre capítulos, así como un encore, porque en el rock siempre deja un eco de comentarios y reflexiones.

22. David Meraz - Nuevos reinos - An.Alfa.Beta- Conarte

Lo real y lo sobrenatural, dos temas que David Meraz maneja en esta obra a partir de la cacería que emprenden los primos Ovejo y Marlon Buenpotro de un pájaro salvaje. De esta manera lo que depara a estos hombres es una exploración en los lejanos bosques de Astorga, en los límites de un sitio ubicado en el universo de la ficción, conocido como El Gran Empalme, lo que también implica un viaje a lo desconcertante, para poco a poco verse en situaciones que obedecen a una lógica muy distinta a lo que se imaginaban. Hay sequía, hay enfermedades y el siguiente paso es la comida, aquella carne que ya falta en la mesa de los pobladores de esta suerte de confín. Los primos escapan así a una opción para degustar, la llamada bruya: 

“Un organismo no muy conocido, que si bien es aterrador dados su tamaño y parecido al cuerpo humano, resultó de constitución musculosa extraordinaria y un sabor exquisito. Pero la animadversión que estos seres han provocado por su errónea incursión en toda clase de relatos terroríficos de carácter sobrenatural fue el origen del nuevo nombre que se le daría al producto por motivos comerciales” (pág. 32).

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