En la tarde del 30 de septiembre de 1955, el actor James Dean se estrelló en su Porsche 550 Spyder —que él había bautizado cariñosamente como "Little Bastard"— en el cruce de las carreteras estatales 466 y 41 de California. El astro murió en el accidente.
Tras el fatal accidente, empezó a circular una leyenda que hablaba de que las partes que fueron rescatadas del choque, y fueron reutilizadas en otros vehículos, cargaban consigo una poderosa maldición que resultaba en accidentes y hasta la muerte de quienes entraban en contacto con lo que quedó del 'auto maldito'.
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Luego del accidente, el Porsche Spyder que perteneciera al 'rebelde sin causa' fue declarado pérdida total por la compañía aseguradora y, como compensación, pagó el valor comercial del vehículo al padre de James Dean. Los restos del auto siniestrado fueron puestos a la venta —en seguros, esto se llama 'venta de salvamentos', con lo que la compañía intenta recuperar una parte de lo perdido en el siniestro— y adquiridos por un doctor de Burbank, California.
Y aquí es donde empieza la leyenda: la primera víctima del 'Little Bastard' sería un tal Dr. McHenry, quien, manejando un auto impulsado por el motor del 'Little Bastard' de Dean, se mató cuando perdió el control del vehículo y se estampó contra un árbol en la primera carrera en que se usó el motor después de la muerte de Dean. Además, según el autor George Barris, el doctor Eschrid también corrió en la misma competencia con el tren motriz del Posche maldito, y resultó lastimado luego de una volcadura.
Además de estos accidentes, la leyenda habla de otros hechos misteriosos: por ejemplo, en 1959, el 'Little Bastard' ardió en llamas de modo inexplicable mientras se encontraba almacenado en Fresno, California, para una exhibición automovilística. Nadie salió herido ni ningún otro vehículo resultó afectado.
Para continuar con el misterio, luego del enigmático incendio, el 'Little Bastard' fue llevado de gira para ser exhibido por toda la Unión Americana y, en 1960, tras haber sido perfectamente resguardado en un tráiler para su transportación desde Florida hasta Los Angeles, cuando se abrió la puerta del tráiler el Porsche simplemente se había esfumado sin dejar rastro.
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Con todo lo mórbidos que pueden resultar estos relatos, al parecer todo es una invención de parte de George Barris, quien con su libro Cars of the Stars propagó la llama de la leyenda y convirtió al 'Little Bastard' de James Dean en un auto icónico de la cultura popular estadunidense.
En el primer caso, está registrado que los salvamentos del Porsche fueron vendidos al dr. William F. Eschrich —no Eschrid—, quien era conductor de autos de carreras y había competido contra el propio James Dean. Eschrich desmontó el motor del Porsche y lo instaló en su Lotus IX, y así corrió varias carreras en Pomona, California, donde sufrió un incidente menor con otro piloto. No hubo muertos en esa ocasión.
En cuanto a la desaparición del supuesto coche maldito, no existen elementos para sostener tal afirmación, y todo parece indicar que se trató de una estrategia de Barris para promover las ventas de su libro y, también, perpetuar la leyenda del joven y malogrado James Dean.
FM