El ex director del Instituto Nacional de Cancerología (Incan), Alejandro Mohar Betancourt, informó que como miembro de la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE) de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), impulsará un programa de salud basado en promover el uso de la morfina entre los pacientes que sufren de dolor crónico a causa de padecimientos como el cáncer.
“Soy ahora parte del JIFE, con sede en Viena, Austria, que se integra por 13 miembros del Consejo Económico y Social de las Naciones Unidas, todos independientes porque no representamos a ningún gobierno, y nuestra labor consiste en fiscalizar los convenios de estupefacientes, vigilar el apego, el adecuado manejo y control de las sustancias y que se realicen la mejores prácticas”, explicó el oncólogo, cuyo nombramiento fue difundido, la semana pasada, por la Secretaría de Relaciones Exteriores.
Su proyecto
En entrevista con MILENIO, Mohar detalló que luego de la renuncia del embajador Jorge Montaño como representante permanente de México ante la ONU, él presentó su proyecto sanitario con base en los resultados obtenidos en el Incan para tratar a enfermos con cáncer en etapas terminales.
“La candidatura quedó abierta, México decidió competir y yo de manera particular tuve varias entrevistas con los encargados de emitir su voto y a quienes presenté mi programa de salud, claro, con el respaldo del gobierno mexicano. Finalmente mi propuesta convenció por encima de otros candidatos de Irlanda, Irán y Eslovaquia”.
Para Mohar el nombramiento permitirá a México “tener voz dentro del comité sobre la importancia de mantener un mejor control y buenas prácticas de determinadas drogas ilegales, pero también colocará en breve en la agenda internacional la discusión sobre el uso terapéutico de la morfina”, sustancia que resulta fundamental para el apoyo paliativo del dolor crónico en pacientes con cáncer terminal.
“Estaremos, también, evaluando otros medicamentos de la familia de los opioides aprobados y que son legales. La mariguana, en este caso, está totalmente descartada”, acotó el médico egresado de la UNAM.
El oncólogo explicó que diseñó su propuesta con base en una realidad: en México los pacientes no tienen un acceso real a ese tipo de drogas legales para disminuir el dolor que sufren cuando ya padecen cáncer terminal o en etapas muy avanzadas.
Cifras de sufrimiento
Según investigaciones del Incan, 50 por ciento de los casos en México no recibe tratamiento cuando enfrentan dolor crónico y 30% de los que sí tienen receta farmacológica sufre porque les asignan medicamentos inapropiados. Además, 25% de los pacientes fallece finalmente con dolor intenso.
Se trata, dijo Mohar, doctor en Epidemiología por la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Harvard, de una situación que también viven otras naciones de América Latina donde los enfermos fallecen “en situaciones indignantes”.
El dolor crónico ocasionado por cáncer se ha convertido es uno de los más difíciles de tratar debido a su gran complejidad y a todas las estructuras relacionadas para su manejo.
“El dolor oncológico influye notablemente en la calidad de vida de los enfermos; sin embargo, 75% de los pacientes con cáncer experimentará dolor severo y requerirá de tratamiento con opioides durante alguna etapa de la enfermedad”, comentó Mohar.
En cuatro de cada cinco casos el dolor intenso es ocasionado por el tumor mismo o la invasión tumoral en huesos, tejidos blandos o estructuras neurales. El resto son efectos secundarios de tratamientos como radioterapia, quimioterapia, cirugía, venopunción, aspiración de medula ósea, biopsia, endoscopia o como consecuencia de procesos no relacionados a la enfermedad.
Nuevas guías
En el Incan, además de otorgar tratamientos farmacológicos, se promueven las intervenciones neuroquirúrgicas para el alivio del dolor.
“Queremos que haya nuevas guías de atención, inclusive, modificaciones a la ley general sanitaria para que los pacientes tengan un acceso real, efectivo y sin trabas a la morfina legal y a diversos medicamentos controlados”, afirmó el especialista que concluirá con su nueva responsabilidad en 2017.
“En el país la dificultad de tener acceso a ellos no se debe a que sean caros, sino a un problema de prescripción. Hay médicos que, de forma injustificada, por sus creencias, desconocimiento o falta de capacitación simplemente no tratan a los pacientes con morfina, en otras ocasiones son las leyes las que a veces obstaculizan el uso de estas drogas. En nuestro país hay que resolver este conflicto”, concluyó Mohar.
Claves
Mitigar el daño
- Los cuidados paliativos se administran a lo largo de la enfermedad para mitigar el dolor y el daño que causa. Deben empezar en el diagnóstico y continuar con el tratamiento, durante los cuidados de seguimiento y al final de la vida.
- El especialista en este tema es un profesional médico que se especializa en el tratamiento de los síntomas, de los efectos secundarios y de los problemas emocionales que sufren los pacientes. La meta es mantener la mejor calidad de vida posible.
- Una persona puede aceptar este tipo de terapia y seguir con el tratamiento para el cáncer; sin embargo, cuando el paciente llega al punto en el cual ya no se justifica combatir las células cancerígenas, los cuidados paliativos se vuelven el enfoque total de atención.
- Los centros oncológicos y los hospitales suelen tener especialistas en estos cuidados como parte de su personal. El paciente puede también recibirlos en el hogar o en una clínica que ofrezca atención a largo plazo.