Ninfa Torres dibuja "Cielito lindo" en El Arte de la Canción, con Avelina Lésper

Colección Milenio Arte

Ese par de ojos negros maravillosos existieron y enamoraron al maestro Quirino Mendoza. Cielito Lindo es un pequeño cuento de una gran historia de amor verdadero. La maestra Ninfa Torres dibuja el cielo, los ojos negros y la mirada del amor ensimisma

Ciudad de México /

Cielito lindo

Ese par de ojos negros maravillosos existieron y enamoraron al maestro Quirino Mendoza. Cielito Lindo es un pequeño cuento de una gran historia de amor verdadero. La maestra Ninfa Torres dibuja el cielo, los ojos negros y la mirada del amor ensimismado.


Ninfa es pintora, maestra de muralismo en la Universidad de Chiapas, y recuerda esta canción: “No puedo identificar con qué interprete la conocí. Podría decir que me la cantaba mi mamá o que me la cantaba mi papá. Está en el alma de los mexicanos y hacia afuera también es muy representativa. Sentí una gran responsabilidad, y es una canción tan querida que realmente quise abordarla con una representación alegórica, con un retrato femenino y los elementos que se mencionan en la letra.”

El maestro Quirino fue maestro de primaria rural y amaba su vocación magisterial. En una de sus caminatas por la sierra, como dice la canción, vio a una chica muy guapa con un lunar junto a la boca. Le escribió la canción y, como en una novela de amor, se la cantó. La estuvo enamorando hasta que se casó con Catalina Martínez, la mujer hermosa del lunar junto a la boca.

Ninfa nos narra el proceso de dibujar esa hermosa mujer: “Consideré incluso hacer un retrato de mi hija que tiene un lunar, junto a la boca; mi hermana que tiene un lunar junto a la boca; yo que también tengo. Mi amiga Alita me hizo el favor de ser la modelo, que tiene un hermoso lunar junto a la boca, unos bellísimos ojos negros, llenos de ilusión. Trabajé con ella como en este gesto que yo buscaba que estuviera cantando. En un estado de concentración o de elevación, cuando cantamos”.

El arte es detonador de emociones, Ninfa nos describe su obra: “Cantar, llorar, reír, mueve algo ahí en nuestro pecho que es muy profundo, que es muy sanador y que nos permite conectar con el resto de las emociones de otras personas. Los elementos del cielo, de las nubes, la sensación de estar en medio de una ensoñación celeste y el nido del pájaro en el pecho, que acoge con sus manos, mientras mira hacia el cielo. Quería mostrar estos elementos del Cielito lindo y enfatizar la mirada que concentraba toda esa poesía y emoción que evoca esa maravillosa canción”.

“Canta y no llores, porque cantando, cielito lindo, se alegran los corazones”, y Ninfa nos dice: “Es muy liberador incluso cantar canciones tristes, las canciones más tristes cantadas a ronco pecho son una terapia, son catárticas. Quería hacer un gesto en el rostro con la emoción del canto y de ese punto que estamos un poco al borde del llanto o liberando esa emoción”.

El color es fundamental en la pintura de Ninfa, nos dice su experiencia con este dibujo: “Es un reto. Siempre es difícil moverse de los espacios habituales, técnicamente es complejo. Para mí es muy difícil abandonar el color. Sin embargo, siempre manejé el carbón, el dibujo, como parte de un proceso formativo y continuo, como parte del proceso pictórico. Recientemente, la mayor práctica que tengo con el dibujo tiene que ver con la docencia. Sí me costó muchísimo retomar el material, pero sobre todo tratar de llevarlo a las últimas consecuencias de una obra terminada y no un boceto o un estudio. Esta pieza me permitió explorar todas esas posibilidades del material, en las nubes, dejando algunas líneas finas de lápiz, manchar todos los bloques de tonalidad”.


  • Avelina Lésper

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