Renace en Nuevo León interés por conocer herencia judía

La Ley de Reparación Sefardí, aprobada en España y Portugal en 2015, provocó que más de 20 mil nuevoleoneses buscaran obtener un pasaporte.

Santiago, Salinas Victoria, Agua Fría y la zona citrícola resguardan mucha de la historía sefardí del estado. Foto: Archivo.
Gustavo Mendoza Lemus
Monterrey /

Cuando se anunció que más de 20 mil nuevoleoneses iniciaron el trámite para acceder a la nacionalidad española, mediante la Ley de Reparación Sefardí, se revivió un antiguo debate local.

Aunque desde hace 30 años se ha discutido sobre el origen judío de los primeros colonizadores del norte de México y sur de Texas, el tema se trataba con reservas y, quizá, negación.

Gracias al auge que ha despertado esta ley en la entidad, historiadores y genealogistas aplauden que, por fin, en Nuevo León se conozca el origen judío de muchos ciudadanos.

¿Cómo se investiga?

La Ley de Reparación Sefardí se aprobó en España y Portugal en 2015. A grandes rasgos, propone que toda familia que pudiera demostrar su ascendencia judía, y que haya sido perseguida por la Inquisición Católica, podría acceder a obtener el llamado “pasaporte comunitario”, vía estos dos países.

El gobierno de España cerró el trámite en octubre de 2019, con cifras no oficiales de hasta 20 mil solicitudes desde Nuevo León.

Por su parte, el gobierno de Portugal mantiene abierto el proceso para los interesados.

“En el archivo firmé miles y miles de actas de gente que estaba buscando a sus antepasados. Ahora con esto de Portugal, no se ha destacado tanto, ha sido mínima la afluencia”, refiere Héctor Jaime Treviño, director del Archivo General del Estado.

Sin embargo, el trámite no es sencillo. Se necesitan las actas de nacimiento, matrimonial o por defunción de las tres generaciones anteriores al solicitante.

Los costos ante el gobierno de Portugal, registro aún abierto, asciende a los 750 euros. A esta cifra habría que añadir los honorarios de abogados e historiadores.

"Es un procedimiento bastante costoso, vemos que algunas familias pudientes son las que están más interesadas. Se habla (de) que si yo me hago ciudadana europea, pues tendré mayores oportunidades en el área de empleo, la escolaridad, y hay gente (que) lo hace por ese motivo", indica Alma Elisa Reyes, presidenta de la Sociedad Nuevoleonesa de Historia, Geografía y Estadística.

Justicia histórica

La llamada Ley de Reparación Sefardí no es sólo un asunto de obtener una nacionalidad europea, afirma la investigadora Katia Schkolnik, directora y fundadora de la asociación Centro Carvajal Sefarad.

Se trata de una reparación histórica hacia la comunidad judía expulsada de la Península Ibérica a partir de 1492, cuando los Reyes Católicos culminaron la Reconquista. Se estima que entre 250 mil y 300 mil personas tuvieron que vivir un éxodo por esta situación.

“La ley no inicia buscando llevar migrantes o porque falta población. Esta ley existe porque hubo una injusticia histórica hace más de 500 años”, comenta la investigadora.

El Centro Carvajal Sefarad ha investigado la herencia judía en Nuevo León. Lo ha hecho a través de entrevistas a personajes en los pueblos, análisis de ADN, acompañado por historiadores y genealogistas.

“Para la gente de Nuevo León es importante porque está conociendo una estela de la cual venimos hablando desde hace años, pero que muchos historiadores no creían por el negacionismo”, apunta Schkolnik.

Develando secretos el historiador Eduardo Cázares Puente trabajó cerca de 300 genealogías mientras estaba disponible la Ley de Reparación por el gobierno español.

Todo este trabajo ha abierto diversas vetas de investigación para los historiadores. Temas como la endogamia, que por muchos años se trató como un tabú, hoy se conoce que fue una costumbre extendida.

“En muchos casos se practicó la endogamia, es decir, casamientos entre hermanos, primos o sobrinos, esto para mantener el linaje o por tradiciones sefardíes. (Hábito) que por mucho tiempo la historia tradicional la negó”, afirma el autor de Monterrey: revoluciones, guerras y comerciantes.

Si pudiéramos hablar de una “población original”, Cázares Puente ubicaría a Santiago, Agua Fría (Apodaca), Salinas Victoria, Doctor González, Cadereyta, China, Bravo, Marín, Higueras y la zona citrícola como referentes.

“Con toda esta información, me imagino lo difícil que fue para estas familias ocultarse del poder de la Inquisición”, agrega.

Frente al interés que ha despertado en los regiomontanos la posibilidad de obtener una nacionalidad europea, la efervescencia por la investigación histórica ha servido para conocer un pasado que parecía olvidado.

“(Para) lo que esto está sirviendo es para motivar a que la gente conozca a su familia, a sus antepasados y comprenda por qué tenemos ciertas costumbres”, menciona Cázares Puente.

LAS MÁS VISTAS