En mayo se presenta la ópera Juana sin cielo, que compuso Alberto García Demestres para María Katzarava, con libreto del poeta granadino Antonio Carvajal.
“Es la primera vez que me dedican una ópera, estoy muy agradecida con García Demestres, un compositor catalán muy destacado, que además hizo una exhaustiva investigación sobre mi voz; buscó los puntos en los que puede explotar, dónde puede brillar. Fue un trabajo de investigación como de un año”, relata la soprano nacida en Ciudad de México en 1984, y cuya carrera comenzó en 2002 en el concurso de canto Carlo Morelli.
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En noviembre de 2019, Katzarava estrenó esta ópera para soprano, coro y orquesta en el auditorio Manuel de Falla de Granada, España, con García Demestres en la dirección musical, Héctor E. Márquez y Pablo Guerrero, como directores, y el montaje de Rafa Simón.
La diferencia con aquel estreno, meses antes de la pandemia por covid-19 –explica en entrevista la soprano mexicana-georgiana– es que ahora se presentará escenificada, con orquesta, coros y actores, que también estará bajo la dirección del compositor García Demestres, quien decidió escribirla para Katzarava tras escuchar a ésta en su papel de Liù en Turandot. La puesta en escena es de Diego del Río.
“Se plantea la revisión de las ideas sobre esta desdichada mujer, víctima de la explotación masculina general –expone el compositor, quien describe también la ambientación–: Interior de una iglesia. Frente al altar un ataúd con el evangeliario sobre él. Junto al féretro, el cirio pascual. Se escucha el coro en la lejanía. Juana, alma en pena, está sentada en el suelo junto al ataúd, abrazándolo, evoca su vida de dolor. Las voces del coro, atemporales, la acompañan, ahora en el Oficio de Difuntos, ahora recordando versos de Cátulo o la palabra de Job, ahora poniendo una mirada contemporánea a la vida de doña Juana y subrayando lo que hoy se vería como violencia de género”, señala García Demestres, autor de más de 100 composiciones sinfónicas y de cámara y de óperas cantadas en catalán.
“Cuando me dijo que quería hacerme una ópera, solo lo conocía de nombre. Me vio en el Festival de Castell de Peralada (agosto de 2016), en Girona. Me contactó y me dijo que quería componerme una ópera. Y así surgió. Le mandé videos en los que creía yo que me escuchaba bien para que conociera mi voz, y fue armando el papel”.
¿Qué se siente que le compongan una ópera?
Me siento muy agradecida, porque jamás me lo habría esperado. Cuando García Demestres me lo dijo, me quedé muy sorprendida, agradecida, feliz. Que un compositor te dedique una obra no ocurre todos los días, menos una ópera. Lo que quiero lograr con esto es llevarla a todos los lugares posibles, que sea escuchada en todos los rincones posibles, ahora esa es mi labor, porque es una ópera preciosa.
En el contexto de la violencia contra las mujeres, ¿por qué diría que es necesaria una ópera sobre una reina a la que hombres apodaron La loca.
Presentarla hoy vale mucho la pena, por lo que se está viviendo en movimientos feministas. Juana fue una mujer muy fuerte que fue sometida, maltratada, callada, que por ser inteligente, diferente en pensamiento, por no seguir las normas la llamaron loca. Antonio Carvajal se enfocó mucho en eso en el libreto. Hay muchas partes en las que el coro grita: “Libéranos de los opresores, de los hombres, de aquellos que nos han lastimado, oprimido, que nos han llevado a las sombras”. Hay muchas frases que quedan justamente con lo que vive una mujer en la actualidad. Es necesaria por lo que dice el texto: la mujer ha sido oprimida, callada, sometida. Y hay muchos momentos en los que, tanto yo como el coro, hablamos de ese tema, desde una mujer oprimida, amenazada, callada, atormentada, silenciada por los opresores: los hombres. Es nuestro granito de arena en esta ópera y que cae justamente con todo lo que está sucediéndonos a las mujeres no solo en México, sino en toda América Latina.
¿Qué características tiene Juana sin cielo?
El compositor supo sacar de mí todo lo mejor que tiene mi voz y mi personalidad; hizo de Juana un personaje muy fuerte, de personalidad grande, arrolladora. Y, vocalmente, tiene todos los límites que existen en mi voz. Cantar hora y media sin parar es muy pesado, un monólogo es algo muy pesado, más cuando se habla de un tema tan fuerte, las emociones tienen que ir siempre controladas. Se muestra todo lo que mi voz ha adquirido a lo largo de los años: madurez, control y toda la paleta de colores que fui adquiriendo.
¿En qué medida es un reto?
Es muy difícil, tiene extremos vocales muy demandantes para la cantante, debes tener madurez vocal y, sobre todo, emocional para que no te rompas a la mitad de la ópera. Es una pieza muy, muy difícil. Es verdaderamente hermosa, pero para la solista y el coro es muy difícil armónicamente.
¿Cómo han sido estos 20 años de carrera?
Se han pasado como agua. No puedo creer que hayan pasado dos décadas. He viajado tanto, más de lo que he soñado, conocido teatros que jamás imaginé, mucha gente con la que compartí escenarios. Veinte años parecen muchos, pero no lo son, porque me faltan otros tantos. Han sido momentos gloriosos, también algunos tristes, eso te va haciendo más fuerte, más madura y más asentada en la Tierra.
¿Cómo ha evolucionado el público estos años?
El público mexicano siempre ha sido de tradición, desde la época de oro, cuando vinieron María Callas o Giuseppe di Stefano, estaba acostumbrado a escuchar voces extraordinarias y famosas, hoy también. Es muy agradecido, es algo que atesoro: cuando el público agradece al artista al estar ahí. México ha sido siempre muy especial, me gusta mucho cómo va generosamente a los conciertos. Por eso estoy tan contenta por traer mi festejo de 20 años, quiero celebrar aquí donde inicié.
Juana sin cielo se presentará los domingos 22 y 29 de mayo, 17:00 horas; martes 24 y jueves 26 de mayo, a las 20:00 horas, en el Palacio de Bellas Artes, con la Orquesta y Coro del Teatro de Bellas Artes. _
La soprano y sus inicios
Después de ganar el primer lugar en el Carlo Morelli en su segunda participación, Katzarava debutó en el Palacio de Bellas Artes en 2005 en el papel de Stephano, en la ópera Romero y Julieta, de Charles Gounod, que protagonizaron la soprano rusa Anna Netrebko y el tenor mexicano Rolando Villazón. También ganó el primer lugar en Operalia 2008, en Canadá, en las categorías de ópera y zarzuela.
DAG