Para el arqueólogo Eduardo Matos Moctezuma, director-fundador del proyecto del Templo Mayor, ya con más de cuatro décadas de existencia, a lo largo de la historia se ha buscado una manera de explicar ese pasado sustentada más en los mitos o en las leyendas, antes que en los hechos como tal.
“Parte del pasado sí ha sido mitificado. Ya en el siglo XIX se van a dar pasos en este sentido y es interesante ver cómo en la historia misma de la conquista se manifiestan varias cosas que no son ciertas. Por ejemplo, desde niños nos enseñaron en la escuela que, a la llegada de Cortés, éste quema las naves y nunca lo hizo; hemos tachado, a lo largo de mucho tiempo, de traidora a la Malinche y a los Tlaxcaltecas, cosa que no es así”.
En ese sentido, enfatizó Matos Moctezuma, hay que saber bien cómo ocurrieron estos acontecimientos y no estar generando una serie de mitos que, “a la mera hora confunden, porque la gente ya da por hecho que así fue: la Malinche no fue traidora porque no era mexica, ella era de un pueblo cercano al actual Coatzacoalcos, y lo que hacía, igual que los tlaxcaltecas, era defenderse de la expansión mexica, que dominaba a otros pueblos indígenas y les imponía un tributo tremendo”.
Ese es uno de los motivos que llevaron a esos pueblos, cuando tuvieron la oportunidad, a unirse al contingente español “y van a apoyar en la conquista de Tenochtitlan, porque era el enemigo a vencer”.
En entrevista con MILENIO, a propósito del ciclo de conferencias En busca de Tenochtitlan y Tlatelolco, que forma parte de la programación de El Colegio Nacional, a desarrollarse a partir de hoy y hasta el 13 de agosto, el arqueólogo refirió que la construcción de una maqueta gigantesca del Templo Mayor en la Plaza de la Constitución, por parte del gobierno de Ciudad de México para conmemorar los 500 años de la caída de México-Tenochtitlan, no deja de ser una acción “efectista”.
“Imagínate que se hace esto teniendo a pocos metros los vestigios del Templo Mayor, un museo de primer orden en el que se explica mucho del pueblo mexica y de otros pueblos contemporáneos, simplemente es acudir a cosas efectistas. Mejor que ese presupuesto lo empleen en otra cosa”, comentó.
Aportes de la arqueología
Si bien Matos Moctezuma se muestra convencido de que la palabra revisionismo es un término que se ha acuñado para reflejar determinadas posiciones, en este caso frente al pasado mesoamericano sí resulta necesario revisar la historia desde una perspectiva académica para clarificar lo que fue esa historia, dentro de un proceso que existe en muchas disciplinas.
Todos estos pasajes de nuestra historia siempre han sido vistos de otra manera, por lo cual es indispensable recapacitar en torno a ellos, analizar su verdadera dimensión y su verdadero alcance, señaló el arqueólogo.
En busca de Tenochtitlan y Tlatelolco es un ciclo que busca contar la historia de las exploraciones en ambas ciudades mexicas, a decir de Eduardo Matos Moctezuma. “El ciclo pretende que se vean los aportes que la arqueología ha hecho para el conocimiento del pueblo mexica: a lo largo de la semana, algunos de mis colegas ofrecerán un panorama de los principales hallazgos”.
La intención es mostrar cómo, por más de 200 años, se ha aportado el conocimiento de los mexicas, desde el siglo XVII, cuando se encuentran en la Plaza Mayor de México, el actual zócalo, las monumentales estructuras de la Coatlicue o la Piedra del Sol, estudiadas por un sabio de la época, don Antonio de León y Gama.
Las conferencias se van a desarrollar a lo largo de la semana, a partir de las 18 horas, por las redes sociales de El Colegio Nacional, con la participación de Leonardo López Luján, Raúl Barrera, Patricia Ledesma y Salvador Guilliem, además de Eduardo Matos Moctezuma.
En la primera conferencia, el fundador del Proyecto Templo Mayor ofrecerá un panorama general de la historia de la arqueología mexica a partir del hallazgo de la Coatlicue y la Piedra del Sol en la Plaza Mayor de la capital novohispana.