“Mary Prince nació el 1 de octubre de 1788 en Bermudas y falleció en Londres en 1833. En su condición de esclava fue vendida por primera vez a la edad de 10 años”. Unas líneas del periodista colombiano Miguel Ángel Florez Góngora que marcan el sentido de un relato considerado como único: el testimonio de una mujer esclavizada desde niña”
“Este fue un documento original que conseguimos con la British Library, en Londres. Ellos pusieron a consideración tanto de Ediciones del Lirio, como del Instituto de Historia de Cultura el documento original, en PDF, al que fue necesario hacer una revisión previa del contexto lingüístico y cultural del documento, porque representaba un desafío debido a la serie de referencias culturales e históricas y muchas cosas de las que o no tenemos referencias o ya no existían”, comparte el investigador, de los principales impulsores de la publicación en español de La historia de Mary Prince, una esclava de las Indias Occidentales. Contada por ella misma.
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Traducido del inglés al español por la traductora literaria cubana Ana Elena de Arazoza Rodríguez, es un documento biográfico escrito en 1831 por Mary Prince (1788-1833), aunque más que escritor, narrado al editor Thomas Pringle, con el propósito de vender el folleto y obtener algún dinero para la protagonista.
“A partir de la entrega de la Biblioteca Nacional Británica”, a decir de Florez Góngora, “empezamos a acometer los pasos de traducción al español de este relato en primera persona que, como lo ha señalado Elena, conmovedor de la primera mujer esclava que se atreve a contar su historia”.
Ana Elena de Arazoza Rodríguez, encargada de la traducción, explicó en una videoconferencia de prensa que el editor británico encargado de la transcripción de su relato mantuvo la simplicidad del idioma, para que se comprendiera en aquella época: “no tiene un lenguaje bozal —el español que aprendían los esclavos africanos—, salvo algunas líneas muy breves”.
“Pero sí fue un desafío muy grande llevar ese lenguaje de principios del siglo XIX, de una mujer sin educación, sin saber realmente la importancia de lo que estaba contando, tratar de actualizarlo, a la vez de mantener ese sabor de principios del siglo XIX y tratar de comunicar al lector cuál era la situación que había en el Caribe”.
Para la egresada en Lengua y literatura inglesa por la Facultad de Lenguas Extranjeras de la Universidad de la Habana, los ingleses se ocuparon de documentar para el mundo cómo era la vida de los esclavos en sus colonias, salvo en Estados Unidos donde sí se ha conocido un poco más, siendo muy respetuosos de mantener ese lenguaje y las experiencias que había mantenido Mary Prince.
“Es el símbolo de la lucha de una mujer y lo primero que se conoce de una mujer en esta lucha por sus derechos, porque se conozca cómo ha sido su vida, porque se conozca la vida de un esclavo, y se reconozca que son personas que tienen derechos, en especial a ser libres.
“Se mantuvo la esencia de su relato, ella no tenía la manera de escribirlo, puesto que su educación era muy elemental: a pesar de que conocía algunas palabras, podía escribir algo, ella no hubiera sido capaz de escribir un relato tan dramático y tan conmovedor como el que ellos contribuyeron a que llegara al resto de las personas”, destacó Ana Elena de Arazoza.
Editado en 1831 en Reino Unido, hoy por primera vez se publica su traducción al español —publicado Ediciones del Lirio, Centauri Press y el Instituto Historia de Cuba y su Editorial Historia— el que es considerado la base del movimiento abolicionista. La historia de Mary Prince. Una esclava de las indias occidentales contada por ella misma, se acompaña del anexo La historia de Louis Asa-Asa, un africano capturado.
PCL