Las 6 mil 132 personas que se desnudaron hoy en la céntrica Plaza Bolívar de Bogotá y posaron para el fotógrafo estadunidense Spencer Tunick tuvieron que superar el pudor y el frío en la carrera contra el Sol que el artista inicia cada madrugada que realiza sus instantáneas.
La carrera de este domingo comenzó horas antes de la madrugada, cuando empezaron a llegar los convocados a una plaza habitualmente desierta de noche y no exenta de peligros, pero que apareció rodeada de seguridad para la ocasión.
Quienes se acercaban, algunos apurando las últimas -casi primeras- horas de la fiesta nocturna no sabían bien a qué atenerse.
"Estoy un poco ansiosa porque veo que hay mucho contacto con los demás, pero (que venga) lo que sea. Me inscribí y me enviaron un correo en que no me dijeron 'esto es lo que vamos a hacer'", reconoció a Luisa Fernanda Vázquez.
Como ella, muchos de los madrugadores bogotanos que decidieron acudir a un momento histórico para la ciudad escudriñaron fotos anteriores de Tunick para intentar pergeñar lo que les esperaba.
Las razones que les llevaron a tomar la decisión de inscribirse variaban, desde "reencontrarse y reconocerse" tras una cirugía, como explicó Vázquez, hasta un acto reivindicativo por la paz en Colombia o combatir la "mojigatería" de un país "muy conservador".
El lugar elegido favorecía esa última posibilidad, ya que Tunick, nacido en Nueva York en 1967, escogió una plaza rodeada por el Capitolio, la sede de la Alcaldía de Bogotá, la Corte Suprema de Justicia y la Catedral Primada y a pocos metros de la Presidencia.
Es su forma de reivindicar la belleza y naturalidad del cuerpo humano frente a las principales instituciones del poder en Colombia.
Para algunos de los asistentes, como Junior Mesa, la localización no es fundamental, puesto que para él lo importante era que "Colombia esté a la altura de los demás países"
"Me da igual, como si fuera delante de una catarata", comentó Mesa, quien confesó que siempre le gustó el trabajo de Tunick y pertenece a un club naturista en Bogotá.
Poco a poco los asistentes, muy por encima de los 4 mil que habían sido convocados pero por debajo de los casi 17 mil inscritos, fueron ubicándose en los laterales de la plaza en una gélida madrugada que combatieron con café y agua de panela, una bebida caliente típica del país.
Mientras se prolongaba la espera y los nervios se combatían con aplausos, risas y gritos, Rubén Eyes, otro de los participantes, confesó a que a él le motiva que las fotos de Tunick sirvan para "romper estereotipos y conceptos sociales".
"Tengo nervios al ser la primera vez que me desnudo ante una multitud y en conjunto. Significa mucho por el concepto del fotógrafo", destacó.
No parecía menos nervioso Tunick, que se movía de lado a lado de la escalinata de la Corte Suprema de Justicia controlando todo y dando disposiciones al equipo de trabajo.
Este, compuesto por personas de su confianza con las que trabaja hace años y que se refieren a él con un sencillo "el jefe", no descuidaba el menor detalle en la plaza.
Alrededor de las cuatro de la madrugada (9.00 GMT), Tunick se dirigió a los congregados con un lacónico "Hola Colombia" que fue suficiente para que el griterío se adueñara de la Plaza de Bolívar.
Comenzó entonces el movimiento, los más de 6 mil asistentes se despojaron de la ropa y se dirigieron al centro de la plaza donde el fotógrafo había dispuesto unas piezas de madera a modo de tablas de surf encima de las que se debían subir algunos de los participantes.
Con órdenes someras pidió a los asistentes silencio, que bajaran los brazos y miraran al frente y tomó varias fotografías en esa posición mientras un "dron" sobrevolaba la plaza.
Posteriormente, las mujeres fueron protagonistas con una foto frente al Capitolio que continuó con otras en el cercano Teatro Colón y el Centro Cultural Gabriel García Márquez a las que Solo unos pocos privilegiados tuvieron acceso.
"Fue definitivamente, algo nuevo y fue muy 'chévere', muy agradable ver todos los cuerpos sin sentido de morbo y hacer parte de algo que realmente va a trascender", concluyó Wilmer Velez, otro participante, tras hacer parte de la fotografía.