Médico especialista en neuropsiquiatría por parte del Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía (INNN), Jesús Ramírez-Bermúdez también se ha dado a la tarea de vincular la ciencia con las humanidades a través de algunos de sus libros, en especial para tratar de comprender y explicar realidades que se encuentra en su consultorio o en su cubículo de investigación, y en la vida cotidiana.
Bajo esa mirada, por ejemplo, ha usado el término de dolor social para referirse a muchas formas de sufrimiento que tienen su origen en condiciones sociales, como puede ser el caso de las pérdidas y la desconexión social en general, bajo la certeza de que “vivimos en una sociedad en donde muchas personas se sienten cada vez más aisladas, a pesar de que, en teoría, tenemos una gran conectividad tecnológica”.
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“Pero el contacto físico, el contacto presencial, se ven alterados por muy diversas condiciones de nuestra sociedad y hay personas que experimentan formas de soledad extremas”, cuenta el también novelista, autor de títulos como Paramnesia, Breve diccionario clínico del alma, Un diccionario sin palabras o Depresión: la noche más oscura, a los cuales habría que sumar La melancolía creativa (Debate, 2022)
“Vivimos en una sociedad poco solidaria, donde quienes tienen estos padecimientos psiquiátricos, muchas veces son aislados por la misma sociedad y separados, en vez de que hubiera una sociedad más incluyente. Espero que esto pueda transformarse con las tendencias culturales, que se logre una mayor inclusión, pero esto es algo que está pendiente”.
El científico y narrador es un convencido de que uno de los temas sensibles de la sociedad contemporánea se refiere a todo el espectro de problemas generados, en particular, por la pandemia, que van desde el bienestar psicológico, la salud mental, las enfermedades neuropsiquiátricas y “su relación con el mundo en el que vivimos, un mundo que es problemático en la esfera política, económica, ambiental y también en el sentido de nuestro propio modo de vida”.
“Todo ello nos dispone a ciertos problemas de salud mental, sobre todo la ansiedad y la depresión; la pandemia tuvo el efecto de agudizar una problemática crónica: había un problema que se puede medir con indicadores muy objetivos, que ya mostraban una tendencia al incremento, pero se recrudecieron en todos los ámbitos, como en el biológico, por el efecto del virus sobre el organismo; en el social, porque intensificó muchas de nuestras experiencias de desamparo, soledad, falta de solidaridad, además del gran problema económico que se vino encima a muchas familias”.
PCL