La Zona Arqueológica de Tula (ZAT) es el emblema del corredor tolteca, y se sitúa dentro los primeros 10 sitios con más visitas a nivel nacional entre los complejos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).
Dicha zona arqueológica se encuentra cobijada por el Parque Nacional Tula, una reserva semidesértica que enmarca la grandeza del complejo que fue capital de la cultura tolteca.
Tula, el “el lugar de los tules o juncos”, fue fundada por Ce Ácatl Topiltzin Quetzalcóatl, sacerdote-rey, y es un sitio de relevancia en la historia mexicana, la cual da identidad a toda la zona.
De acuerdo al propio INAH en su portal oficial, “la zona arqueológica de Tula, localizada el norte de la Cuenca de México, es el asentamiento que posterior al periodo epiclásico o clásico tardío, unificó, a través del comercio y la conquista, un vasto territorio de Mesoamérica, notándose sus influencias desde la zona del bajío hasta la península de Yucatán, y aún hasta El Salvador y Nicaragua”.
El sitio precolombino que tuvo una extensión de aproximadamente 16 kilómetros cuadrados, tuvo dos complejos arquitectónicos, el primero de ellos, y más conocido, es el denominado Tula grande, que contempla las estructuras más sobresalientes del lugar.
Dichas estructuras están basadas en el modelo clásico de las plataformas piramidales; en este sitio se encuentra el Palacio quemado; la pirámide templo de Tlahuizcalpantecuhtli, que posee en su parte superior los distintivos atlantes, figuras de guerreros, de aproximadamente más de cuatro metros y medio de altura; la pirámide C; el edificio de gobernantes; un juego de pelota; el adoratorio central de la plaza; y el Tzomplantli.
La zona atrae miles de visitantes al año, lo que la ha situado en el onceavo lugar de zonas arqueológicas más visitadas del INAH.
Además se encuentra también el complejo denominado Tula chico, el cual se ubica hacia el noreste, y se conforma por una plaza y edificios, no obstante dicho complejo no es muy conocido debido a que su acceso es remoto y pocas personas saben de su ubicación.
La zona arqueológica también cuenta con un museo, sin embargo por el momento se encuentra cerrado debido a trabajos de remodelación que se efectúan en el sitio; cuenta también con una zona de venta de artesanías, sobre el corredor principal, y en ella los turistas pueden adquirir las creaciones de los artesanos locales.
El acceso a la zona arqueológica, ubicada a 88 kilómetros de Pachuca y a 93 de la ciudad de México, se encuentra sobre el bulevar Tula-Iturbe, en los carriles en dirección al centro de Tula.
El horario de servicio es de 9 de la mañana a 5 de la tarde y el costo de la entrada es de 90 pesos por persona mayor de 12 años de edad, mientras que para estudiantes, maestros, personas jubiladas, pensionadas, con discapacidad, el acceso es gratuito, presentando su identificación vigente.
Catedral de San José en Tula de Allende
Dentro de este corredor se encuentra el convento y la catedral de San José, en Tula de Allende, una obra franciscana construida entre 1543 y 1554, como parte del proceso evangelizador en este municipio, también capital de la cultura tolteca.
Esta fortaleza franciscana de estilo gótico y plateresco, ubicada en la zona centro de Tula, es una construcción relevante de ese periodo de la historia mexicana, pues fue de los primeros conventos edificados en el país.
El edificio del templo es de una sola nave y cuenta con un campanario en la parte superior izquierda, además de catorce contrafuertes y noventa almenas, con una portada sencilla, lo mismo que su acceso, con arcos escarzados, pilastras con relieves, frontón curvo, así como ventanas en el coro; además tiene dos capillas, una de las cuales data de 1750 y otra construida en 1858.
También cuenta con un tríptico monumental sobre el altar principal. Al centro de este tríptico se encuentra la imagen de Cristo resucitado, además de otras imágenes alusivas a la evangelización franciscana, además de tener a Quetzalcóatl, la serpiente emplumada, además de tener referencias otomíes.
Zonas históricas en Tepeji del Río
Construido por franciscanos en el siglo XVI, el ex convento y la iglesia de San Francisco de Asís, en Tepeji del Río, forman parte del patrimonio histórico-cultural de la zona.
Ambos monumentos históricos, ubicados en la zona centro de Tepeji, forman parte del Camino real Tierra adentro, declarado en agosto de 2010 como Patrimonio de la Humanidad por parte de la UNESCO.
De acuerdo a registros históricos de diversas investigaciones, el 21 de agosto de 1558 pobladores nahuas de Tepexic y otomís de Utlaxpan, dos poblaciones vecinas acordaron ante Alemán y Luis Ramírez de Vargas, alcalde mayor de Xilotepec, construir un templo franciscano entre los límites de ambas localidades.
Para octubre de ese año, Diego de Almodóvar, teniente de alcalde mayor en la provincia de Tula, dio posesión del predio a Fray Diego de Grado Cornejo, para establecer ahí la iglesia y el convento.
De Grado Cornejo inició el proyecto de construcción en 1560 y fue hasta 26 años después cuando este concluyó. Una vez lista comenzó a dar servicio y en 1627 se emitió la primera fe de bautismo en castellano, y ya no en nahua u otomí, hecho que marcó la unión de las dos poblaciones para conformar Tepeji del Río.
Estos inmuebles tipo fortaleza, con muros gruesos y contrafuertes, son de estilo clásico, y en el caso del templo cuenta con una fachada sobria de estilo renacentista, además de que cuentan con murales realizados por Juan Correa y Francisco Martínez.
El complejo cuenta con dos capillas posas y una capilla abierta, además de un claustro de dos niveles con arcos rebajados, mientras que el atrio parroquial está rodeado de almenas; actualmente el campanario de la iglesia se encuentra dañado a raíz de un rayo que cayó el 12 de septiembre de 2015.
Conventos en Tlahuelilpan
También dentro de este corredor se encuentra el templo y ex convento de San Francisco de Asís, ubicado en Tlahuelilpan; es otro de los monumentos de la orden franciscana, el cual aún se conserva en buen estado.
Catalogado como monumento histórico bajo el número 00233 en el Registro público de monumentos y zonas arqueológicas del INAH, este inmueble cuenta con la protección federal al formar parte del patrimonio del país.
El inmueble, ubicado en la calle Benito Juárez, en la zona centro del municipio, forma parte de las obras franciscanas desarrolladas en la zona durante el siglo XVI, y en específico, de acuerdo a las autoridades, su construcción se dio entre 1560 y 1570.
El edificio es de estilo plateresco, cuenta con una bóveda de cañón, y en su fachada tiene una chambrana con rosas, jambas y el cordón de la orden franciscana, además de contar con una capilla abierta.
Este edificio, que cuenta con un campanario tradicional y una cruz de piedra en la parte alta de la fachada, tiene también múltiples elementos indígenas, por lo que destaca la unión de estilos que se utilizaron para su edificación.
Monumentos en Atitalaquia
Una construcción de estilo churrigueresco es la parroquia de San Miguel Arcángel, construida en 1563 en el centro de Atitalaquia, un monumento histórico hidalguense de importante valor arquitectónico.
La parroquia sobresale por su torre con un basamento que sostiene un botarel de proporciones considerables, el cual resalta la estructura de esta construcción religiosa ubicada sobre la calle Altamirano.
Tiene tres fachadas, una de ellas de cantera rojiza y detrás del nivel de esta se encuentra la torre; además destaca por sus dos contrafuertes los cuales tienen remates elegantes, los cuales llegan hasta el final del tercer cuerpo.
En el primero de ellos tiene en el centro una ventana con arco de medio punto, mientras que el segundo tiene una ventana oval, y el último cuerpo tiene una escultura de San Miguel Arcángel.
Mientras que sus pilastras tienen adornos, algunos tipo follaje y frutos, además de que son una representación de una tradicional pilastra churrigueresca mexicana; por su parte, el bautisterio tiene una puerta de cantera pintada y un nicho adornado.
Templos en Tezontepec de Aldama
Otro de los templos franciscanos de suma relevancia es el de San Juan Bautista, ubicado en las inmediaciones de Tezontepec de Aldama, construido en el siglo XVI, la construcción cuenta con particular arquitectura.
En la fachada tiene aspectos relevantes, lo mismo que en las jambas, impostas y arquivolta del vano; de estilo plateresco, la parroquia fue la sede de la evangelización que efectuaron los frailes franciscanos en esta zona, de origen otomí.
Dicha evangelización estuvo a cargo de Fray Alonso de Rangel, quien asumió dicha labor, y para ello hizo construir la parroquia, que cuenta con rosetones, grutescos y figuras fitomorfas, con relieves en cantera rosa, tiene una punta de diamante.
De igual manera tiene en cada lado de la entrada dos escudos, y a su vez los escudos poseen las cinco llagas de San Francisco de Asís, aunque también cuentan con detalles prehispánicos, incluidos y mezclados en el edificio.
Y aunque tiene aspectos platerescos predominantes, en la actualidad también posee algunos indicios de arte barroco; la estructura tiene una sola nave construida con mamposteo reforzado con contrafuertes gruesos.
Construida con vista oriente-occidente, con bóveda de cañón, cuenta además con una sacristía que preserva el mismo estilo de la parroquia en general; también tiene un campanario, el cual junto con el bautisterio, fue construido en épocas posteriores.
Y es que es una construcción religiosa que ha estado sujeta a cambios a lo largo del tiempo, por lo que en su exterior e interior pueden notarse algunos aspectos referentes a las distintas remodelaciones que ha tenido durante su existencia.