Uno de los mejores pitchers en la historia de las Grandes Ligas, no es exageración. No por nada se convirtió en el más joven pelotero en entrar al Salón de la Fama a los 36 años, consecuencia de un sorpresivo retiro a tan solo sus 30 años. Nos remontamos 64 años en el tiempo, al 18 de noviembre de 1966, el día en que Sandy Koufax tomó por sorpresa a todos sus seguidores y a la liga al anunciar su retiro del diamante tras haber tenido la mejor temporada de su carrera.
Justamente venía de conseguir su tercer Cy Young y ya contaba con cuatro Series Mundiales hasta ese momento, todas con Los Angeles Dodgers, novena con la que jugó sus 12 temporadas en la Gran Carpa. ¿A qué se debió entonces el anuncio de su retiro menos de seis semanas después de perder la Serie Mundial de aquella temporada? La razón no fue del todo descabellada para los que conocían de su condición, Sandy Koufax padecía artritis crónica y ya comenzaba a afectar cada vez más su juego, pero más allá de su pasión, fue una decisión de salud y calidad de vida para un futuro.
“En aquellos días no había cirugía” declaró tiempo después la leyenda, hoy de 84 años de edad. El temor a no poder usar en absoluto su brazo izquierdo si lo forzaba a seguir pitcheando lo orilló al retiro, pero siempre quedará la incógnita de lo que pudo haber logrado algunos años más en la MLB si tan solo en 12 años hizo gran historia, no solo como jugador, si no como atleta judío.