Uno de los momentos más esperados de cada calendario ha llegado. Los amantes de la pelota caliente estarán extasiados y tendrán la compañía de millones de aficionados a los deportes para presenciar la batalla entre Rays y Dodgers, los equipos que definirán al nuevo monarca del beisbol de Grandes Ligas en el Clásico de Otoño número 116.
Esta será la 75ª combinación diferente de rivales en un duelo por el título de MLB, los Dodgers disputarán su 21ª Serie Mundial (su marca hasta ahora es de 6-14), los Rays apenas su segunda (su marca es 0-1), y lo más importante es que los de Florida buscarán su primera corona mientras los angelinos intentarán romper con su larga espera de 32 años sin poder ser campeones.
Esta será la primera ocasión en la historia en que la Serie Mundial se juegue en un estadio neutral, pues toda ella se llevará a cabo en el Globe Life Field, casa de los Texas Rangers, ubicado en Arlington y recién estrenado hace apenas tres meses.
No obstante, será la cuarta vez que el Clásico de Otoño se dispute por completo en un solo estadio, pues esto sucedió en 1921 y 1922, cuando Giants y Yankees de Nueva York jugaron por completo en Polo Grounds y luego en 1944, cuando Browns y Cardinals de San Luis definieron todo en Sportsman's Park.
Los aficionados mexicanos deben poner atención especial en tres peloteros. Todos ellos han sido estelares en esta postemporada. Dos son nacidos en México y el otro está próximo a convertirse en mexicano. Ellos son Julio Urías y Víctor González, par de serpentineros de los Dodgers, y Randy Arozarena, jardinero con los Rays.
Aunque los rosters oficiales para la Serie Mundial se anunciarán hasta este martes, es prácticamente seguro que estos tres estén incluidos.
De solamente 24 años de edad, Urías, nacido en Culiacán, Sinaloa, disputará su segunda Serie Mundial luego de haber participado en la de 2018; el zurdo fue el 14° nacido en nuestro país en jugar en un Clásico de Otoño, es hasta ahora el cuarto sinaloense, pero el único culichi en alcanzar ese logro.
González, también zurdo y también de 24 años de edad, es originario de Tuxpan, Nayarit, y apenas debutó esta temporada, por lo que también lo hará en Serie Mundial. Cuando reciba la pelota para relevar será el 17° pelotero nacido en México en esta instancia y el primer nayarita en alcanzarla.
Arozarena, en tanto, es el 'veterano' del grupo a sus 25 años de edad y llega como el flamante MVP de la Serie de Campeonato de la Americana, y aunque nació en Arroyos de Mantua, una ciudad de Pinar del Río, llegó a México hace 5 años, aquí vio nacer a Lía Antonella, su pequeña hija, y ha dicho que quiere representar a nuestro país en el próximo Clásico Mundial. En consecuencia, tiene corazón mexicano y seguramente celebrará con alguna bandera verde, blanco y rojo en caso de conseguir el título.
Equipos diferentes
La diferencia de filosofía entre los Dodgers y las Rays es tan grande como sus nóminas, pues mientras que Los Angeles paga la segunda más alta en MLB (107 millones 917 mil 397 dólares), Tampa Bay tiene la tercera más baja de la liga (28,290,689).
Los californianos consiguen sus triunfos con bateo de poder y pitcheo de élite, los de Florida logran los suyos a base de estrategia, con menos carreras y un cuerpo de lanzadores de relevo súper efectivos que no suelen lanzar por más de dos o tres entradas.
Como dato curioso, el equipo que gane el título completará un doblete para su ciudad.
Si los Dodgers ganan, la ciudad de Los Angeles tendrá al campeón de béisbol y al del básquetbol de la NBA (los Lakers), algo que no ha logrado desde 2002, cuando Angels y Lakers se hicieron de sus respectivas coronas y que también fue la última vez que se presentó este fenómeno.
En tanto que Tampa Bay hará lo propio si los Rays logran coronarse luego del título del Lightning, que se quedó con la Copa Stanley de la NHL en el hockey sobre hielo. Que el campeón de MLB y NHL sean de la misma ciudad el mismo año es algo mucho más extraño, pues la última vez que sucedió fue en 1933, cuando los Giants y los Rangers, ambos de Nueva York, lo consiguieron.
Para Dodgers el objetivo es ‘simple’: ganar el título o fracasar; para los Rays es menos imperativo, pero además de un reto, es una cuestión de orgullo. Es hora de que cada quien elija su favorito.