Cuna de grandes exponentes del pancracio mexicano, la Comarca Lagunera ha visto nacer a gladiadores como Dr. Wagner Jr, el desaparecido Silver King, Último Guerrero, al gran maestro Blue Panther, La Sombra (hoy en WWE), entre muchos otros, pero en Torreón nació un personaje de los encordados que ahora le planta una lucha férrea a la pandemia del coronavirus, él es El Hijo del Soberano, proveniente de una familia de luchadores y que, además, es fabricante de atuendos y máscaras para los gladiadores del ring.
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“Yo soy la cuarta generación, el primero fue mi papá, Soberano Sr, mi hermano, El Misil, mi hermano, Euforia y yo, El Hijo del Soberano”, expresa el luchador.
Entre el golpeteo de las bandas de las máquinas de coser, hilos e infinidad de telas de todos colores, la mayoría brillantes, colores característicos que dan vida a una de las tradiciones más arraigadas de México, la lucha libre, El Hijo del Soberano comienza a explicar cómo le nació la idea de fabricar cubrebocas de los grandes ídolos de los encordados.
“Vivimos de hacer trajes de lucha libre y se nos acabó el trabajo con la pandemia, por ende, se acabaron los pedidos de máscaras”. Sus ojos toman un brillo especial entre la máscara que cubre su rostro y explica orgulloso:
“Mi esposa y yo fuimos a comprar tela, y ahí vImos a una señora que compraba telas para hacer cubrebocas; entonces, mi esposa me dijo ‘por qué no los hacemos’, y le respondí,‘vamos a hacer cubrebocas, pero que sean como una máscara de lucha libre”.
Y así comenzó la historia. El lagunero es reconocido en el ámbito luchístico local, en Torreón, pero ahora que su idea ha tomado fuerza, su nombre está en todos lados; él es el pionero de los cubrebocas de luchadores y un orgulloso microempresario del norte del país:
“Gracias a Dios se hizo viral esto y la gente ya nos pide muchos cubrebocas; compramos otra máquina y tenemos a otras dos personas trabajando con nosotros. Estamos ayudando también a generar empleos”.
CUBREBOCAS DE EXPORTACIÓN
Por las redes sociales, su principal ventana de difusión, el personaje de El Hijo del Soberano ha logrado trascender a diferentes estados del país, pero no solo eso, ya empieza a ser reconocido en distintas partes del mundo.
“Nos están hablando de Australia, de Canadá, de Estados Unidos, estamos recibiendo muchos pedidos; no me queda más que darle gracias a Dios por ponerme esta herramienta para sobrevivir en este terrible momento de crisis sanitaria”.
En México, la pandemia del covid-19 ha cobrado más de mil vidas, por lo que la labor de El Hijo del Soberano cobra mayor importancia y se limita a trabajar de manera ardua para cumplir con los pedidos que le llegan a diario.
También explica que no tiene predilección entre sus clientes, ya que atiende órdenes desde una pieza hasta de 150, por lo que hace una lista y va formando a sus clientes, con la finalidad de atenderlos sin excepción; es más, ha surtido pedidos del IMSS. “Se siente padre que nuestro producto se esté viendo en muchos lugares; me han hablado doctores del IMSS, a quienes ya les he hecho cubrebocas”, dice orgulloso.
Sobre el precio, El Hijo del Soberano aclara que asciende a 150 pesos, aunque puede variar un poco por el costo de envío. ¿Pero, qué tan importante puede ser su idea, plasmada en un cubrebocas?... “Hay niños que les pones un cubrebocas y no lo soportan, luego, luego se lo quieren quitar, pero ponles uno de su luchador favorito y claro que lo van a traer”.
Y ante la crisis, una reflexión: “¿Buscándole poquito a poquito, Dios nunca nos abandona; él siempre nos va a ayudar para sobrevivir?”.