El rugby es como el ‘amor masoquista’: aunque los jugadores estén expuestos a serias lesiones físicas, su pasión por la disciplina no disminuye y continúan dispuestos a defender su playera a ‘capa y espada’.
Este deporte inglés surgió en el siglo XlX, y se destaca por el contacto físico que hay dentro de la cancha en cada jugada donde los rivales se enfrentan .
En dicha disciplina los jugadores son las principales ‘víctimas’ de sus propias agresiones, pues al no traer equipamiento completo de protección como en el futbol americano, esto ha provocado graves lesiones que resultan en la baja automática de varios jugadores.
Pese a que el futbol y el rugby son deportes ‘totalmente distintos’, ambos deportes coincidieron en su nacimiento, por lo cual tienen similitudes en el porte de su uniforme; lo que explicaría el bajo nivel de protección que en ambas especialidades comparten.
A diferencia del americano, los rugbiers son jugadores propensos a las lesiones de la parte posterior del torso, de acuerdo con su técnica del tackleo, por lo que sólo se apoyan en la protección de un bucal, y utilizan un casco, que por su forma no rígida, amortigua los golpes en la cabeza.
Este deporte de contacto está siendo cada vez más reconocido a nivel mundial, pero donde ha destacado es en las islas británicas: Escocia, Irlanda, Inglaterra y Gales, así como en Australia, Nueva Zelanda, Sudáfrica, Francia, Nueva Guinea y Argentina.
CCH