En el centro de capacitación en robótica colaborativa de la empresa Universal Robots en Querétaro, seis pequeños robots están listos para ser programados y controlados a través de una tableta.
En este lugar, en un espacio similar a un salón de clases, hasta 12 personas pueden aprender desde cómo programar hasta cambiarle el motor a un robot, o bien, tomar un curso express en línea con duración de 90 minutos. Se trata del centro de capacitación más grande de su tipo en América Latina, una réplica del que tiene la empresa en Dinamarca, su país de origen.
Solo en la sala de capacitación, con los seis robots colaborativos, se invirtieron cerca de 200,000 euros, dice Manuel Sordo, director general para Latinoamérica de Universal Robots, una compañía que fabrica brazos de robots industriales y cuyo principal cliente en México es la empresa alemana de Continental.
“Son pocas las compañías de robótica que se esfuerzan por llevar su conocimiento y tecnología más allá de sus clientes y de quien esté dispuesto a comprarles; Universal Robots cree que la manera de que esta tecnología llegue a las pequeñas y medianas empresas, es conociéndola y sabiéndola manejar”, dice Sordo.
Este es un ejemplo del potencial que tiene la industria de la robótica en el mundo y en México, para ayudar a crecer no solo a las grandes compañías manufactureras como la automotriz, la electrónica y la farmacéutica; sino también a las de menor tamaño.
- Te recomendamos María Eugenia Bellazetin: Fomentar habilidades de los menores desde la tecnología Negocios
El área de oportunidad
Uno de los clientes de Universal Robots pensaba que la automatización no era para su pequeño negocio de solo cinco obreros pero, después de sumar un robot se dio cuenta del potencial que le ofrecía, ahora tiene 20 obreros y 3 robots, “el crecimiento ha sido exponencial para ellos”, comparte Sordo.
De acuerdo con el directivo, el primer paso es darse cuenta de los beneficios en productividad, en calidad y en homogeneidad de los procesos de producción y los resultados. En tiempos de pandemia esto fue más evidente. Según el reporte Ingeniería Digital: El nuevo motor de crecimiento para fabricantes discretos de la consultora Capgemini, aprovechar la tecnología puede ser muy redituable para la industria manufacturera global, que podría generar entre 519,000 y 685,000 mdd en ingresos adicionales para 2021, a través del desarrollo y la venta de dispositivos inteligentes.
No obstante, para capitalizar esta oportunidad de negocio, las empresas también deben reorientar sus inversiones en tecnología e innovación. En 2019, 62% de los robots se instalaron en la industria automotriz, en la del plástico y química se instalaron 11% de ellos. Mientras que en la de electrónicos se encuentra en los inicios de la automatización pues, en 2019, era apenas 5%, es decir, 235 unidades las que tenían, según la consultora.
“En México hay muchas industrias que están entrando con bastante fuerza en el tema, como los fabricantes de bienes de consumo, los de maquinaria, pero en la manufactura continua es donde vemos más oportunidades de automatización y robotización”, dice Bruno Juanes, director de transformación digital de Xignux.
La industria de alimentos y bebidas, la farmacéutica y la metalmecánica tam- bién están creciendo mucho en lo que se refiere a automatización, señala Manuel Sordo, director de Universal Robots. De hecho, el país se ubica en el número 9 de los 15 países con más instalaciones de robots industriales al año, según el reporte World Robotics 2020, de la Federación Internacional de Robótica (IFR).
En la industria manufacturera, según el reporte de IFR, en América del Norte hay en promedio 437 robots por 10,000 empleados. En Estados Unidos (EU) el promedio es de 228 robots por 10,000 empleados, en Canadá 165 robots por 10,000 empleados y en México solo 44 robots por 10,000 empleados.
Sordo se siente optimista ya que espera que en los próximos tres a cinco años, este mercado crezca por arriba de 50% en México. Las ventas globales de robots colaborativos o cobots, como les llaman en Universal Robots, alcanzarán un valor de 3,100 millones de dólares (mdd) en el mercado en 2021 y 12,000 mdd para 2025, según el estudio The rise of co-bots: Sizing the market, de la firma Barclays Equity Research.
Aunque se debe hacer una inversión fuerte para adquirir los robots colaborativos, que cuestan en promedio entre 20,000 y 25,000 euros, el retorno de la inversión en México llega en menos de dos años y, en algunos casos, en menos de tres meses, según la empresa danesa.
La función de los cobots
Este fenómeno de colaboración entre personas y máquinas dentro del sector manufacturero se conoce como “industria 5.0” o “quinta revolución industrial”. Consiste en “regresar al ser humano a la línea de producción de las plantas, apalancando su poder y su creatividad con la fuerza que proporciona el robot”, explica Jordi Pelegrí, country manager de Universal Robots para España y Portugal, durante el evento virtual en México “Innovando con cobots 2021”.
Aunque la quinta revolución industrial aún es joven, cada vez más empresas apuestan por adquirir cobots que trabajen junto a los seres humanos. Un ejemplo es Continental, empresa alemana que desarrolla tecnologías y soluciones innovadoras en la industria automotriz. Con 23 locaciones en México, la compañía adquirió alrededor de 60 robots colaborativos para su planta en Nogales, Sonora.
Esos cobots de Universal Robots no sustituyeron a ningún empleado, son un complemento que desde hace cuatro años los hace más competitivos, dice Rafael Ibarra, ingeniero de automatización de la planta en Nogales, y señala que la meta es llegar a 150 robots, pues invertir en estos es redituable, ya que se adaptan a distintos procesos y son cada vez más sencillos de programar.
Además, durante la pandemia las líneas de producción que utilizan equipos colaborativos fueron más fáciles de activar. “Estamos transfiriendo algunas de las actividades, como el empaque de las pie- zas, a los robots colaborativos. El objetivo es optimizar los recursos y asignar todo el tiempo disponible de los operadores para actividades con valor agregado”, dice Ibarra. Además, estas actividades incluyen la inspección de piezas para detectar cualquier defecto de fábrica.
El directivo de Continental explica que los cobots ayudan a que el ritmo de trabajo no se interrumpa, pues el personal tiene un descanso y un tiempo para comer, lo que se traducía en tiempos muertos de 2.5 horas al día. Aunque los cobots pueden llevar a cabo las tareas sencillas, Continental no prescindirá de sus empleados, que actualmente suman 25,500 en México.
No obstante, la industria 5.0 obliga al personal a “estar más capacitado y tener un conocimiento adicional para darle un valor agregado a su actividad”, dice Ibarra. Para Natalia Sanchon, gerente Senior de Marketing para la región de América Latina y Caribe de Avaya, la transformación digital sin un complemento humano se convierte en “distopía digital” (un escenario indeseable).
“Los seres humanos son especialmente adecuados para hacer lo que la tecnología no puede, y eso es lo que fomenta las conexiones y relaciones increíbles”, dice. La mayoría de los profesionales de más de 22 años quiere trabajar para empresas digitales. Estos empleados constantemen- te están buscando nuevas oportunidades profesionales y, por esta razón, las compañías no solo tendrán que atraer su talento, sino también retenerlo, señala la consultora Deloitte en su estudio Strategy,
not technology, drives digital transformation (La estrategia, y no la tecnología, dirige la transformación digital).
En el caso de la empresa Universal Robots, la filosofía de la compañía es que no fabrica ni vende un cobot hasta comprobar que la tarea que realizará no la puede llevar a cabo un ser humano.
La compañía detalla que sus máquinas llevan a cabo tareas monótonas y peligrosas dentro de la industria manufacturera, sin desplazar a la mano de obra. De hecho, muchos de los robots pueden estar trabajando junto al personal, que se dedica a tareas más complicadas y minuciosas. En el 80% de los casos, los cobots operan sin resguardo de seguridad, después de una evaluación de riesgos.
Por esta razón, empresas como Con- tinental, Xignux y Avaya apuestan por la transformación digital en México con robots colaborativos, sin descuidar su talento de carne y hueso.