Los soft skills son un imán para reclutadores de empleo e impulsan la carrera profesional

REGRESO A CLASES

Pero también son la base para tener éxito en el plano personal.

Los Soft skills, son lecciones para la vida.
Georgina Navarrete
Ciudad de México /

Ya antes de la pandemia, las empresas y los especialistas en talento humano venían rediseñando el catálogo de soft skills que debía dominar “el trabajador del futuro”. Sin embargo, los retos emocionales, personales y profesionales que trajeron los confinamientos y el trabajo a distancia aceleraron el proceso, dejando ese futuro prácticamente en la puerta. 

Por ello, a partir de 2020, competencias como la adaptabilidad, la empatía y la resiliencia se agregaron a la lista que durante más de una década habían dominado el pensamiento crítico, la creatividad, la comunicación efectiva y el trabajo en equipo, según la consultora Ernst & Young México (EY). 

Desde luego, no solo el conjunto de deseos de los reclutadores se amplió y evolucionó en sus conceptos —de hecho, varía un poco cada año; también cambiaron las expectativas de los empleados sobre cómo debe ser el trabajo ideal —flexible y sanitariamente seguro— y, en la unión de ambas cosas, las habilidades blandas cobraron aún mayor relevancia en el camino hacia los mejores resultados: empresas productivas y colaboradores contentos. 

Cada vez es más común que estas competencias determinen la selección de un candidato para un puesto, pues “aunque el empleador valora el conocimiento teórico y técnico de cada profesión, cuando pone en la balanza todas las competencias del postulante, las blandas determinan al más apto y es ese quien se queda”, afirma Mónica Porres, rectora institucional de la Universidad del Valle de México (UVM)

Y es que hoy, los reclutadores reconocen que “las habilidades disciplinarias técnicas son el mínimo necesario, pero no son suficientes para concretar los proyectos, las iniciativas y responsabilidades que los universitarios encontrarán en el mundo laboral. Un líder del siglo XXI, no puede serlo sin estas habilidades blandas”, explica Juan Pablo Murra Lascurain, rector de Profesional y Posgrado del Tecnológico de Monterrey

Habilidades disciplinarias técnicas.

Rápidos y nada furiosos 

Las competencias profesionales, blandas y técnicas, han existido siempre y han sido necesarias para ganar movilidad y ser exitoso en el mundo laboral, solo que no se hablaba tanto de ellas; se adquirían sobre la marcha en el día a día laboral y los de más rápido aprendizaje o poseedores de habilidades natas llevaban las de ganar. 

Conscientes de ello, las universidades también han hecho su tarea y hoy apuestan, desde la declaración de su Misión y Visión institucionales, a formar profesionales aptos “para el empleo y también para la vida”, dice Murra y señala que el Tec de Monterrey busca “formar líderes con espíritu emprendedor, sentido humano y una visión global que les permita ser competitivos internacionalmente”. 

En 2020 y 2021, mientras implementaban la estrategia de educación a distancia con la que enfrentaron los confinamientos, las universidades modificaron también sus modelos educativos para integrar “de manera transversal, práctica y vivencial” un buen catálogo de habilidades blandas al entramado formativo. 

Algunas, como la UVM, prometen impulsar en sus alumnos el desarrollo de 11 habilidades blandas, “y hasta 18 extendidas”, a través de su Modelo Educativo Certeza. “Cada docente las trabaja de manera tangencial en todas las materias, pero más formalmente, el modelo tomó seis áreas de especialización que potencian todas las competencias”, explica Mónica Porres, la rectora de la institución. 

Estas seis áreas conforman un programa teórico y práctico, dividido en el mismo número de materias, en el que los alumnos identifican un problema y desarrollan un proyecto social durante toda la carrera. “Así ellos se dan cuenta de que estas habilidades blandas tienen un impacto real en nuestra vida y son necesarias para cumplir el objetivo; le ven el sentido a trabajar en equipo, a comunicarse efectivamente, a ser empáticos”, agrega la rectora Porres Hernández. 

Habilidades disciplinarias técnicas.

Por su parte, el Tec de Monterrey definió siete habilidades transversales que todos sus alumnos tienen que desarrollar. Al respecto, Murra Lascurain comenta que “de manera adicional a las competencias técnicas disciplinarias de cada carrera, las blandas le permiten a los alumnos ser líderes a lo largo de la vida y les ayudarán a construir nuevas habilidades el día de mañana”, un punto a considerar en un mundo donde los escenarios cambian constantemente de un día para otro. 

Los modelos académicos se han adaptado a los nuevos tiempos.

Practicar o morir 

Así como nadar o conducir, las soft skills no se aprenden en un libro, no se memorizan ni tienen un paso a paso que nos permita adquirirlas con estudio. Sin embargo, “cualquiera puede desarrollarlas, siempre que sea de manera intencionada, monitoreada y con la retroalimentación necesaria”, señala Murra. 

Desde luego, “cada alumno tiene su personalidad y carácter y es más o menos hábil para algunas habilidades o para otras, pero existen metodologías que apoyan su desarrollo”, agrega el rector Murra. “Es importante empezar pronto e ir sembrando y formando desde edades tempranas para construir estas habilidades. Como país es necesario que desarrollemos estas competencias en la sociedad”. 

La lista es cada vez más larga y cada año los consultores identifican un nuevo Top 10 que, al final, siempre se centra en “el desarrollo del ser humano y su capacidad para relacionarse de manera efectiva con sus pares”, finaliza Juan Pablo Murra, del Tec de Monterrey.

srgs

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