El cineasta israelí Nitzan Gilady (Beerseba, 1970) se asombró cuando estudiantes que asistieron a su conferencia en el Centro de Capacitación Cinematográfica (CCC) le comentaron que deben pasar siete años en la escuela antes de trabajar en un primer filme. “¡Oh, dios!”, exclamó el director autodidacta.
Gilady, con 13 premios internacionales y participación en más de 120 festivales desde 1999, llegó a México para presentar dos largometrajes de ficción: In Bed (En la cama, 2022), que se estrenó en la reciente edición 38 del Festival Internacional de Cine de Guadalajara con el que compitió por el Premio Maguey, enfocado a películas con temática LGBT+; y Wedding Doll (2015), que se exhibió ante apenas un puñado de cinco alumnos en el auditorio del CCC con presencia del cineasta.
En la charla, habló con sarcasmo que cuando llegó a Nueva York a estudiar actuación soñaba con ser una estrella como Robert de Niro, pero que los papeles que le ofrecían por su físico eran de terrorista. Regresó a Israel y gracias a una amiga comenzó a hacer documentales, sin haber estudiado jamás cine.
Cinéfilo de todos los géneros, reconoció haber sido influido por el cine de Pedro Almodóvar y de su colega Amos Gutmann, “un valiente pionero del cine gay”, quien dirigió el primer filme de temática LGBT+ en Israel, Drifting (1982), y que cuando de joven “seguía en el clóset” se convirtió en su voz.
En entrevista, Gilady defendió la vigencia y necesidad de festivales como Mix: Cine y Diversidad Sexual (que se lleva a cabo en diversos foros culturales y salas comerciales del 4 al 26 de junio), que proyecta en su edición 2023 En la cama, no obstante que en espacios como la Cineteca Nacional la programación de filmes nacionales e internacionales sobre personajes o temas LGBT+ ya es cotidiana.
“Mientras sea necesario, deben existir estos espacios para películas LGBT+, y mientras las salas comerciales de cine no programen estos filmes, son necesarios estos festivales o espacios. Aún en varios festivales rechazaron mi filme; estaba en shock. En Guadalajara fueron muy valientes”, aduce.
“Es como si me preguntaras por qué se siguen haciendo desfiles por el orgullo LGBT+, si todos somos tan abiertos, pongámosles fin. No es cierto. Ojalá llegásemos a un nivel de apertura con que en todas partes pudieran verse películas gay, pero la mayoría de esos filmes no tienen una plataforma. Quizás la Cineteca sí tiene esa apertura y variedad, pero no los cines comerciales, que rara vez los programan”.
Agrega que la etiqueta gay o heteresexual no debería aplicarse al cine para exhibirlo, sino tomar en cuenta si es buen cine. “Mi experiencia con En la cama es que persiste la homofobia para la exhibición”.
Rompe con los tabúes
Iconoclasta, Gilady escribió el guion y produjo y dirigió En la cama a partir de dos fenómenos, todavía tabués en muchos países, no sólo Israel: un crimen de odio que ocurrió en el Youth Bar de Tel Aviv en 2009, donde un encapuchado vestido de negro disparó contra los asistentes a este espacio frecuentado por población LGBT+, mató a dos personas e hirió a por lo menos 15, en una ataque similar, aunque con reinvidicaciones distintas, al ocurrido el 12 de junio de 2016 la discoteca Pulse de Florida.
“Quien disparó al parecer pertenecía a la comunidad y hasta el día de hoy sigue caminando libre”, dice.
Agrega que él hizo pública su preferencia sexual muy tarde en su vida, a los 35 años, y, aunque sus amigos lo sabían, sus padres no. “Eso me estaba matando por dentro literalmente, ya no podía vivir así. Mucha gente expresa eso con odio no sólo hacia otros, sino hacia sí, con el uso drogas, por ejemplo”.
En la cama cuenta la noche sin freno de sexo con drogas (chem sex) y paranoia después de un tiroteo en un desfile del orgullo LGBT+ entre los amigos Guy (Israel Ogalbo) y Joy (Moran Rossenblat) con Dan (Dean Miroshnikov), otro de los manifestantes quien se encuentra en shock tras el atentado a tiros.
“El chem sex sigue siendo tabú, no se habla de él. Lo abordé porque vi a muchos amigos que perdieron la vida, se suicidaron, fueron a prisión o terminaron en hospitales psiquiátricos por las drogas sintéticas. Hay que hablar de ello, no es algo que debamos esconder bajo la alfombra. No puedes evitar que la gente use drogas, lo hará, lo hace desde siglos; al menos debería tener más protección”.
También rompe tabúes con su primer largometraje, Wedding Doll, una joya enternecedora sobre una hermosa joven con Asperger, Hagit (Moran Rossenblat), que trabaja en una fábrica de papel de baño en el desierto del Néguev, donde se enamora del hijo del dueño y aspira a convertirse en diseñadora de vestidos de novia y casarse, mientras su madre Sara (Asi Levi) renuncia a rehacer su vida por cuidarla.
“No se habla de la sexualidad de personas con discapacidad en el cine. Un distribuidor en Europa la rechazó porque me dijo que había elegido a una mujer demasiado hermosa para interpretar a Hagit, de ese nivel son los prejuicios sobre las personas con discapacidad”, refiere Gilady.
Cuenta que la relación entre Hagit y su madre se basa sobre todo en la historia entre su propio padre y su hermano que sufría de trastorno de estrés postraumático tras haber estado en el Ejército israelí.
Rebate la percepción de Israel como un país violento para hacer cine, por su contexto político en relación con los palestinos y los países árabes, tras señalar que la violencia ocurre en todo el mundo.
“La gente me pregunta mucho sobre la violencia, como si sólo hubiera violencia en nuestro pequeño país Israel; esto ocurre en todo el mundo, por desgracia. Los tiroteos en Estados Unidos, por ejemplo. Y es algo que tenemos que combatir. Ir ahora a Guadalajara y escuchar sobre todas estas desapariciones de gente, de miembros de la comunidad LGBT+. ¿Desaparecen personas que conoces y te quedas sentado callado? La gente debería salir a las calles a protestar, en Israel ya está ocurriendo”.
Sus películas
- En la cama (2022)
- Wedding Doll (2015)
- It Runs in the Family (2010)
- Jerusalem is Proud to present (2008)
- Zugaim dama (2007)
- In Satmar Custody (2003)
jk