Lori Loughlin, mejor conocida por dar vida a la tía Becky en la comedia Full House de los años 90, fue liberada el día de hoy de la Prisión Federal de Dublin, California (al este de San Francisco), tras completar una sentencia de dos meses por pagar $500,000 dólares para hacer pasar a sus hijas por remeras de alto rendimiento y así facilitar su ingreso a la Universidad del Sur de California.
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Loughlin y su esposo, el diseñador Mossimo Gianulli, se declararon culpables de fraude por dicho acto el pasado agosto, después de negarlo por meses. La condena para ella fue de 2 meses en una Prisión Federal más 2 años de libertad supervisada, 100 horas de servicio comunitario y una multa de $150 mil dólares, aún por cumplir en su totalidad. Él, por su parte, fue condenado 5 meses de prisión, 250 horas de servicio comunitario y una multa de $250 mil dólares, ya que jugó un papel más activo en el fraude.
Este caso forma parte de una investigación más amplia apodada “Operación Varsity Blues” sobre una red de conspiración, liderada por el empresario californiano William “Rick”Singer”, que ayudaba a hacer trampa en exámenes de admisión y a sobornar entrenadores para que hijos de individuos de alto perfil, como financieros, abogados y celebridades pudieran ingresar a universidades prestigiosas. Desde 2018 que se descubrió, más de 50 personas han sido sentenciadas.
Loughlin, cuya carrera se estancó por este asunto, afirmó haber aprendido las lecciones de la "terrible decisión" que la llevó, junto con su esposo, a pagar 500.000 dólares a un intermediario para garantizar la admisión de sus dos hijas en la Universidad del Sur de California (USC).
Habían acordado con el cerebro de la operación, William Singer, que sus hijas serían presentadas como buenas aspirantes para el equipo de remo de la universidad, aunque no practicaban ese deporte.
pm/ nerc