El empoderamiento femenino y la cultura mexicana destacaron en el segundo día de la novena edición del Electric Daisy Carnival (EDC) 2023 en la capital Metropolitana.
El festival de colores comenzó desde los focos de luces led que colgaban de carpa en carpa. El color pintaba vestidos ajustados, calzado cómodo, labios y los rostros de las personas que acudían al Autódromo Hermanos Rodríguez.
La feria de música electrónica empezaba… carritos chocones, ruedas de la fortuna, torres de adrenalina, maquillajes alegóricos y hasta algodones de azúcar.
Las filas para los juegos mecánicos tardaban 20 minutos en el acceso general. Al subirte a alguna de las tres ruedas con las que contaba el evento… daban seis vueltas, de 2 minutos cada, para visualizar el punto más alto del festival.
“Aquí andamos representando Iztapalapa”, gritaba la DJ y productora mexicana, Rayben, mientras electrizaba a su público con “Infinity” en el escenario principal “kineticFIELD”.
La fuerza femenina se hacía presente desde la decoración del escenario de dos mujeres que sostenían una flor, hasta las presentaciones de Azzecca, Diana Estrada, y Enith.
Espacio que una noche antes se habia enloquecido al son de Mariana la “Reina de México" y el éxito “53” de Bizarrap y Shakira.
Los rayos de sol vislumbraban los rostros de las personas que esperaban para tomarse foto en las esculturas traídas desde Las Vegas. La más demandada, era la madre tierra “Anima” del escultor sudafricano, Daniel Popper, reconocido por haber esculpido un arte similar en Tulum, Quintana Roo.
Era un campo de gorras en las que se leía “EDC”, algunas las habían adquirido por los vendedores ambulantes fuera del Autódromo por 150 pesos, otros portaban las capuchas guardadas en el closet y que permitía cubrirse de los 25 grados centígrados que calentaban la explanada del lugar.
“Hace mucho sol, pero al rato va hacer un buen de frío”, decía una pareja que esperaba sentada a sus amigos que ingresaron a los sanitarios.
“La otra vez traíamos chamarras y nos morimos del frio”, recordaba el novio a su pareja.
EL AMBIENTE
La cultura mexicana en el festival de origen estadunidense no faltó… entre el público se asomaban penachos, sombreros texanos, y de mariachis, faldas folclóricas así como, vestuarios de arte huichol.
Dance, Electro y Tecnho… Algunos con las manos arriba, banderas de Latinoamérica ondeándose y el respeto por todxs entre los fanáticos con pancartas en las que se leía “Respect Women”.
Además de “tótem” de “memes”, con lo que algunos académicos consideran como patrimonio cultural mexicano en contexto de giro icono textual .
Ya anochecía y el búho tradicional del EDC se asomó en el centro del escenario. La pirotecnia y fuegos artificiales formaban parte del espectáculo eléctrico.
Los ojos del animal se desvanecían para formar una flor, que provocan que los espectadores por un momento, se olvidaran de la bebida y grabaran el show con su teléfono celular.
Un festejo entre el cielo y la tierra, así lo era para Lorena, quien llegó acompañada de la foto de su amiga, Daniela Martínez, quien habría perdido la vida en un accidente de moto, pero que también celebraba y bailaba como todos los seres terrenales que ahí estaban.
Cinco escenarios y la musica continuaba… “Get up” , “We don’t need”, 1,2,3,4 y los fanáticos sacudían todo su cuerpo… todas, todos y todxs eran parte de la celebración de colores.
Las luces comenzaban a apagarse al salir de las puertas del recinto, en la oscuridad de Granjas México, Iztacalco.