A través del auricular, Alejandro Lerner se percibe entusiasmado, y al iniciar la charla comparte la razón: “El reencuentro con los afectos, el público y un país que me ha demostrado tanto cariño, como es México, me tiene feliz”.
El próximo martes viajará de su natal Argentina a México para celebrar 35 años de su carrera y de su tema “A todo pulmón”, el jueves en el Lunario; pues considera que es momento de seguir haciendo historia en la música, donde ha dejado huella con sus propias interpretaciones y con el apoyo de los cómplices que ha encontrado en el camino como Armando Manzanero, Air Supply, Alejandra Guzmán, Mijares y Luis Miguel, entre tantos más.
Que vienes a México para estar en el Lunario y festejar 35 años en la música…
Sí, por eso estoy muy contento. Feliz.
¿Qué ha sido para ti este largo camino por la música?
Es mi vida, mi identidad, no es solamente un trabajo, porque a través de la música descubrí mi vocación, descubrí un universo para expresarme, para encontrarme, para compartir y para dar, así que estoy muy contento, que después de casi cuatro décadas pueda seguir compartiendo, sobre todo con México, que me ha dado tantas satisfacciones. Entonces, es un gusto volver para cantar para ustedes.
¿Qué tan complejo ha sido escribir tu historia en la música?
Bueno, de jovencito, yo encontré mi vocación en la música, y eso es una experiencia de absoluta libertad, el poder decir: ‘Eso es lo que quiero hacer’ y entonces llevé mi voluntad, mi esfuerzo y toda mi antena para una sola dirección. Poder decir: ‘Esto es lo que quiero, quiero tocar el piano, componer canciones, me gustaría que mis canciones me las canten otros artistas’. Y luego pasó la vida, y la vida me dio a conocer el éxito, la popularidad, la soledad, los inconvenientes; y así sigue mi camino.
“Y en medio de eso, tuve la gran oportunidad de formar una familia, de ser padre, por lo cual de alguna manera decidí tomar un tiempito para mí, para esa familia; y hoy vuelvo con toda la fuerza al ruedo, con un disco nuevo, con nuevas canciones, vengo haciendo conciertos con Armando Manzanero a dos pianos por diversos países de la región, así que me siento muy feliz”.
¿Cómo nace ese gusto y pasión que tienes por tu profesión, cuándo supiste que querías ser músico, compositor, cantante?
Bueno, esa es una bendición, porque yo escuchaba el rock argentino, a los Beatles; y un día a la casa donde nací y me educaron mis padres llegó un piano, y de todas las opciones que tenía a mi alrededor, el piano fue lo que elegí como algo que me daba una identidad y que me daba una individualidad a otros chicos que querían jugar al futbol o querían hacer otras cosas; yo quería tocar el piano.
“Y enseguida aparecieron mis primeras composiciones instrumentales, mis canciones y empecé a investigar y hasta el día de hoy lo sigo haciendo con la misma pasión”.
Dices que en este andar has conocido el éxito, la fama y la soledad… eso es cierto…
En invierno hace frío.
Pero todo sirve para la inspiración, hasta esa soledad, ¿no?
Cuando uno es artistas sí, porque lo que uno siente, descubre, piensa, documenta lo convierte en obra de arte, eso es lo que hace un artista que tiene una necesidad imperiosa no solo documentar su paso por la vida, sino de compartirlo. Por eso muchas miles de personas se pueden sentir acompañados y reflejados por esa obra de arte.
Y vaya que en ese andar has tenido cómplices. Primero, tus intérpretes, todos esos cantantes que han cantado tus canciones; y después, el público que te hace coros en cada actuación.
En el primer viaje que tuve por México, tuve el honor mágico de conocer a don Armando Manzanero, y ahí descubrí un intérprete. un músico, un pianista y un gran compositor que tenía la generosidad de darle sus canciones a grandes intérpretes del mundo. Y ahí descubrir una gran opción, que se parecía mucho a algo que yo buscaba, que era poder ser un intérprete, pero también desarrollarme como creador, como autor y que mis canciones viajen, dejarlas ir, y que las tomaran artistas como Mercedes Sosa, Miguel Ríos, Santana, Luis Miguel, Mijares, Celine Dion; y así se empezó a abrir un panorama que no tiene límites porque esos intérpretes siguen cantando mis canciones, las llevan a todo el mundo y yo estoy, de alguna manera, presente a través de la creación.
¿Cómo se da esa relación con tus intérpretes, tú ofreces tus temas o los cantantes te piden canciones y escribes por encargo?
De todo, algunas son por amistad y otras por respeto o por afinidad musical, como en el caso de Luis Miguel hace unos veintipico de años. Porque escuchaba canciones mías que le gustaban y me dice: ‘Alejandro, te invitamos a mi casa de Acapulco, quiero escuchar canciones tuyas, que conversemos; y de ahí surgió el éxito de la canción “Dame” y de “Nada desigual”, que también lleva el título de uno de sus discos.
“Con Mijares sucedió algo parecido, él escuchó un disco mío que se llama Lerner 3 y ahí escucho una canción que se llama “No hace falta”, que también es uno de los temas preferidos de Armando, y de ahí viene mi amistad con Armando, con Mijares y luego conozco a Alejandra Guzmán y hace poquito compusimos canciones con Mario Domm, o sea que son diferentes generaciones de talentos mexicanos que me han dado su amistad, por eso yo quiero tanto a ese pueblo”.
Tu gira se llama Todo a Pulmón? Y refleja lo que ha sido tu carrera…
Sí ha sido una canción que nace hace 35 años y que me sigue reflejando y se mantiene vigente.
¿Cómo nace esa canción?
Al inicio de mi carrera por el año 81, casi al final de la dictadura militar, un jovencito de veintipico de años en su primer apartamento alquilado, aprendiendo los primeros pasos de popularidad, enfrentándose a las compañías discográficas, a los mánagers, a los contratos, al éxito, que siempre tiene una parte luminosa y una parte desconocida y oscura; así que de ahí surge en una noche fría.
“Es una canción muy, muy personal, muy íntima y luego se convirtió en una canción referente de Hispanoamérica”.
¿Qué te inspira?
La vida porque el pasar por esta experiencia de ser una persona sensible me lleva a componer.
Cuando me enteré que iba a ser padre y mi mujer estaba embarazada, le escribí una canción que se llama ‘Luna’, luego nació mi hija Luna y en el disco se escucha que estoy cantando la canción, que compuse cuando ella no había llegado, pero se le escucha corriendo alrededor mío.
También me inspira la realidad de mi país, de mi planeta, por eso en mi repertorio hay demasiadas canciones que tienen un gran contenido social. Definitivamente la mujer, la belleza, el amor son otros detonantes de la inspiración.
¿Hay momentos especiales para escribir o puede ser en cualquier momento?
No, por supuesto que hay momentos más cómodos para crear, por ejemplo, cuando estás en tu casa y hay un piano, una computadora, pero puede pasar en un café. Cuando partió Mercedes Sosa, yo estaba tomando un café con mi mujer y de repente sentí que me estaban dictando una letra. No tenía ni papel, ni lápiz, tuve que pedir una servilleta y una lapicera para poder escribirla.
¿Qué fue lo que escribiste?
Una canción maravillosa que se llama “Carta por la dignidad del hombre”, que está en mi último trabajo auténtico.
En los últimos años la industria musical ha cambiado mucho, ¿cómo te has adaptado a esos cambios para mantenerte vigente?
He sabido alejarme cuando mi necesidad era la intimidad, mi familia, los afectos, y he sabido volver al ruedo con ganas, excitación, con entusiasmo, donde hoy puedo poner el objetivo en la vocación y no en la búsqueda del éxito.
¿Es momento de la reconquista?
Creo que es un reencuentro con afectos, con amigos, con un país (México) que me ha dado mucho.
¿Hay algo que te falte por hacer?
El día de mañana, eso es lo que nos falta a todos.
Twitter @Adriana_jiramil