El Festival de la Canción de Eurovisión anunció que la competencia del próximo año se realizará en Tel Aviv, reduciendo la controversia política tras la designación de Israel como anfitrión del concurso en 2019.
El gobierno israelí había insistido inicialmente en realizar el popular evento en Jerusalén, pero tras una serie de críticas por el reconocimiento de Estados Unidos a la ciudad como capital del Estado judío y el subsecuente temor de boicots, abandonó esa exigencia para poder recibir el concurso musical televisivo más longevo y que aglutina a más espectadores en el mundo.
Eurovsión dijo que eligió Tel Aviv, el epicentro cultural y comercial de Israel, por encima de Jerusalén y la sureña ciudad de Eilat por su “oferta creativa y convincente”.
“Eurovisión queda perfecto para nuestra ciudad que ha sido aclamada a nivel internacional por su energía vibrante, espíritu creativo, escena cultural viva y su celebración de la libertad”, dijo el alcalde de Tel Aviv Ron Huldai. "Buscamos ofrecer un evento alegre e incansable con el espíritu de Tel Aviv".
Israel ganó el Eurovisión este año con la deslumbrante canción pop "Toy" de la carismática y hasta entonces desconocida Netta Barzilai, quien encantó a los espectadores con sus letras feministas y apariencia poco convencional, así como su característico baile de la gallina.
Su victoria le dio a Israel el derecho de recibir el concurso el próximo año.
Generalmente las capitales reciben al concurso cuando sus países resultan ganadores, pero la ciudad que Israel considera su capital no es reconocida como tal por la mayoría en la comunidad internacional.
Haber realizado el concurso en Jerusalén habría puesto en aprietos a las televisoras que conforman la Unión Europea de Radiodifusión, desatando críticas acerca de que podrían estar tomando partido en el conflicto israelí-palestino.
La campaña propalestina BDS, que insta a boicots, retiro de inversiones y sanciones contra Israel, pidió que Eurovisión fuera boicoteado si se realizaba en Jerusalén.
Omar Barghouti, el cofundador de la iniciativa dijo que la decisión de Eurovisión "le dio un duro golpe” al “reclamo ilegal de soberanía sobre la ciudad”, y pidió que el evento de Tel Aviv sea boicoteado pues “no debería haber un asunto normal con el apartheid israelí”.
Israel capturó Jerusalén oriental en la Guerra de los Seis Días de 1967 y anexó la zona en una medida que no es reconocida internacionalmente. Israel considera que toda la ciudad es su capital, mientras que los palestinos reclaman Jerusalén oriental como la capital de un futuro Estado.
Israel realizó el concurso Eurovisión en Jerusalén sin incidentes tras sus victorias anteriores, la más reciente fue en 1999. La vocal ministra israelí de cultura y deportes, Miri Regev, impulsó fuertemente la propuesta de Jerusalén, argumentando que Israel, y nadie más, debería decidir dónde se realizará el concurso, incluso recomendó que el país no recibiera al Eurovisión si Jerusalén no era elegida.
Después de que la selección argentina de fútbol suspendió un partido de exhibición en la ciudad este año, Israel redujo su insistencia. Temiendo que fuera acusado de politizar un evento positivo, el primer ministro israelí Benjamín Netanyahu concluyó que el gobierno no intervendría.
Los debates culturales al interior de Israel también han llegado al programa Eurovisión, un miembro ultraortodoxo del gobierno de coalición de Netanyahu pidió a las autoridades que evitaran que el sabbat fuera desacralizado. La final del concurso suele realizarse un sábado por la noche, poco después del final del sabbat, lo que significa que los preparativos para el programa podrían violar el día sagrado de la semana judía.
Al elegir a Tel Aviv, Eurovisión parece haber buscado una apuesta más segura. La ciudad costera suele atraer a turistas internacionales mucho más cercanos a su famosa vida nocturna que a sus políticas. Además tiene a los fans israelíes más fervientes de Eurovisión.
Después de que Barzilai ganara en Portugal, una multitud llegó a la plaza Rabin de Tel Aviv frente al ayuntamiento, algunos saltaron eufóricamente a una fuente para celebrar el triunfo. El edificio del ayuntamiento se encendió con las letras “Toy” y en la ciudad letreros electrónicos la felicitaban.
Tel Aviv, que recibirá el concurso por primera vez, dijo que espera unos 20 mil turistas y unos 100 millones de nuevos séquel (28 millones de dólares) en ganancias directas por el espectáculo despampanante y amigable con los gay.
Eurovisión dijo que las semifinales se realizarán en Tel Aviv el 14 y el 16 de mayo, mientras que la gran final será el 18 de mayo.
El concurso le ha dado a Israel varios hitos culturales.
"Hallelujah" se convirtió en una especie de himno nacional no oficial después de que ganó el concurso para el país cuando recibió el festival a finales de la década de 1970, y la cantante Dana International se volvió una heroína y un ícono transgénero más allá de sus fronteras cuando ganó con "Diva" en 1998.
ES