El portal, un crudo retrato de la explotación sexual en México

La serie documental retoma el caso de Zona Divas, la página web que sirvió de máscara para la explotación sexual de mujeres en México; esta semana llega a la pantalla de Netflix

Abordan la explotación sexual en serie documental / Especial
Ciudad de México /

El caso de Zona Divas se reabre en la pantalla de Netflix con El portal un documental dirigido por Fernanda Valadez y Astrid Rondero, con el cual exponen lo ocurrido con cientos de mujeres que fueron víctimas de explotación sexual, a través de una red de escorts online.

“Nos parecía que la información se había tratado de forma sensacionalista y el caso servía para hablar de cómo opera la trata en México y América Latina. Eran casos evidentes para demostrar cómo las mujeres fueron violentadas”, comentó Laura Woldenberg a MILENIO.
“Decidimos tomar el caso en una serie, nos interesaba que la narrativa estuviera centrada en las víctimas, que se entendiera desde otra manera, porque son mujeres que migraron a México en busca de una mejor vida para apoyar a sus familias”, agregó la productora.

La serie documental reúne los testimonios de familiares y amigos de las cinco víctimas de feminicidio, así como algunas voces de mujeres que sobrevivieron al grupo encabezado por Ignacio Antonio Santoyo Cervantes, alias El Soni, quien fue liberado por falta de pruebas.

“La percepción era que iban a morir todas, era como una especie de juego del miedo”, dice la voz en off de una mujer durante los primeros minutos de la serie, respecto a los feminicidios de Andreína, Génesis, Kenni, Karen y Wendy, así como de las compañeras desaparecidas.

La forma de operar de Zona Divas “era engañosa para ellas y para el público”, explicó Rondero, una de las directoras del documental.

“Ofrecía anuncios para trabajadoras sexuales libres, escorts o acompañantes, pero lo que estaba detrás era una red de trata de mujeres”.
“Había un ecosistema alrededor de la página, estilistas, fotógrafos y, hablando con las chicas, nos pareció importante la figura de las agencias, parecían de modelos, pero eran grupos criminales que hacían la inversión para, al final, explotarlas sexualmente”, agregó Rondero.

El modo de operar era el mismo para la mayoría de las mujeres. Un ‘reclutador’ las convencía de viajar a México para convertirse en modelos y ganar dinero a través de una página, a su llegada les quitaban documentos y les hacían pagar la ‘deuda’ por su traslado.

La serie dpcumental cuenta con testimonio de familiares de las cinco víctimas / Especial
“La trata con fines de explotación sexual se perpetúa por muchos factores, pero la era digital lo viene a cambiar todo, lo vuelve más fácil, hace que el trabajo de calle sea menor y que migre a lo digital. Zona Divas fue la primera en México, pero hay más”, explicó Woldenberg.

De ahí la urgencia de generar un diálogo al respecto: “hay muchas más páginas que tienen el mismo modus operandi, La boutique VIP es una calca de Zona Divas, las mujeres siguen llegando de centro y Sudamérica bajo los mismos esquemas y engaños”, agregó Rondero.

El reto: dar voz a las víctimas

Como una regla a seguir, tanto Astrid Rondero, como Fernanda Valadez tienen algo muy claro en cada una de sus historias: no revictimizar y hacer eco de las voces que merecen ser escuchadas. En el caso de El portal, son las víctimas y sus familias quienes tienen el foco.

Ese fue uno de los grandes retos de la serie, pero también el de proporcionar seguridad y privacidad, uno de los problemas alrededor del trabajo sexual y la trata es la estigmatización, las supervivientes son vulnerables a la revictimización”, explicó Fernanda Valadez.
“Fue complejo encontrar los procesos que nos permitieran tener un testimonio fiel y en su caso poner palabra por palabra de ese testimonio en actrices para contar sus historias, sí hay mecanismos de ficción, pero todo está sustentado y documentado”, agregó Valadez.

Desarrollando un true crime

A través del género del true crime, la producción desarrolló los cuatro episodios que conforman la serie, “en México la realidad se siente como un thriller, y si tenemos suerte como un thriller feminista”, explicó Fernanda Valadez, sobre el método para abordar el caso.

“La realidad es tan violenta que hacer un true crime no fue complicado, pero debíamos tener perspectiva, no solo de género, sino de no revictimización. Nos observábamos para no caer en los prejuicios y violencias de las que las víctimas fueron sujetas”, agregó.

Un proyecto para el mundo

Contar con el apoyo de Netflix para el desarrollo de la serie, fue fundamental, explicó Laura Woldenberg, “sería imposible sin el apoyo de una plataforma, implicó tres años de trabajo, se filmó en México, Estados Unidos, Venezuela y Argentina, con un equipo enorme”.

“Un equipo de periodistas robusto y profesional, abogados penalistas y todo el equipo cinematográfico, fue un apoyo total que permite que la serie se pueda ver en más de 90 países, el esfuerzo vale la pena por el hecho de que se vea y genere conversación”, agregó.

AJR

  • Ivett Salgado Méndez
  • ivett.salgado.mendez@gmail.com
  • Periodista y conductora de entretenimiento, con más de 15 años de experiencia. Durante la última década mi especialidad ha sido el cine, en combinación con la producción de televisión.

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