Inversión millonaria para plantas purificadoras de agua en La Laguna, no funcionó

Especialistas señalan que el problema del arsénico en el agua siempre han venido de la Conagua, aunque el sector salud se ha mantenido distante al tema.

Plantas potabilizadoras de agua. (Archivo)
Luis Alberto López y Jessica Ayala Barbosa
Torreón, Coahuila /

El reportaje 'Filtros removedores de arsénico: el costoso y simulado compromiso para La Laguna', publicado con el apoyo del Hub de Periodismo de la Frontera Norte en noviembre pasado, reveló que la inversión de 154 millones 304 mil 29 pesos, para instalar plantas purificadoras en las norias de los municipios coahuilenses no funcionó y que incluso hubo municipios donde nunca operaron.

La investigación da cuenta que en municipios como Torreón más del 80 por ciento de las fuentes de abastecimiento de agua están por encima de la Norma Mexicana NOM-127-SSA1-2021 y que en las localidades más pequeñas (con alta presencia rural) como Francisco I. Madero, San Pedro y Matamoros, hay opacidad en cuanto a la medición de los sistemas operadores, aunque la Conagua tiene estudios técnicos que muestran que todas sus norias rebasan los límites permitidos de arsénico.

Al respecto, Gonzalo García Vargas, toxicólogo y catedrático de la Facultad de Medicina de la Universidad Juárez del Estado de Durango (UJED) en Gómez Palacio, acotó que las alternativas para tratar el problema del arsénico en el agua de La Laguna siempre han venido de la Conagua, como un tema técnico y de competencia ecológica, y aunque el sector salud se ha mantenido distante, ahora con la investigación que realizan con el Conacyt buscan algo diferente.

"Se han hecho estudios oficiales y creado alternativas por parte de la Conagua, pero en Salud no se ha estudiado, hasta ahora con el planteamiento de Agua Saludable. Lo que queremos hacer es mostrar y probar un instrumento de vigilancia epidemiológica que permita recolectar (ahora sí) información en los poblados, que hagamos ensayos de cuánta gente tiene arsénico en la orina por arriba de lo normal”.

De forma adicional, expuso que se pretende conocer el número de personas que tiene alguna lesión o síntoma relacionado con el arsénico, además de que en los muestreos se involucre a las Secretarías de Salud, tanto de Coahuila como de Durango.

“La idea es estudiar alrededor de unos ocho poblados con distintos niveles de exposición al arsénico”, comentó García Vargas.

Puntualizó que en estudios que datan del siglo pasado, hubo muestreos de entre 100 y 300 personas para conocer la incidencia de la presencia del arsénico. El estudio actual va por mil 500.

Autoridades evaden el tema

Gonzalo García Vargas, junto con Martín Federico Soto Jiménez, doctor en Ciencias del Mar con especialidad en Química Acuática e investigador de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y el abogado, Miguel Ángel Hernández Muñiz, coinciden en que mientras la problemática siga con una visión meramente ambiental, no habrá soluciones contundentes.

El mega proyecto de Agua Saludable para La Laguna que tiene proyectada una inversión cercana a los 15 mil millones de pesos, no considera una política de seguimiento a las personas que por años bebieron ese líquido contaminado con arsénico.

No existe un padrón de personas con enfermedades por arsénico

A través de las solicitudes de información con los folios 33002692 3000632 y 330026923000630, la Secretaría de Salud Federal evadió responder si tiene un padrón de las personas con enfermedades derivadas al consumo de agua con arsénico en municipios de La Laguna de Coahuila y Durango, además de si cuenta con protocolos para esto o bien, si tiene alguna competencia en el proyecto Agua Saludable.

“Considerando la naturaleza de la información que solicita, este Sujeto Obligado no es competente para contar con las documentales solicitadas, por lo que, se sugiere ingresar una nueva solicitud al Instituto Nacional de Pediatría, quien pudiera tenerla”.

Esa misma información también fue solicitada al Instituto Nacional de Pediatría pero al cierre de esta edición no había sido entregada.

La Secretaría de Salud Federal tampoco proporcionó estadísticas sobre casos de cáncer de piel, pulmón, vejiga, enfermedad del pie negro, enfermedades cardiovasculares, abortos, enfermedad de bowen, queratosis y amputaciones. En el plano local la postura no es muy distinta a la de la federación.

La Secretaría de Salud en Coahuila contestó a la solicitud con folio 050098800008923 que “no existen registros relativos a los daños a la salud ocasionados por hidroarsenicismo en el estado”.

Tampoco dio información sobre campañas que la dependencia realiza mediante sus jurisdicciones sanitarias para la prevención de enfermedades vinculadas al consumo de agua con arsénico.

Sin embargo, la dependencia estatal reconoció en octubre de 2021, mediante la respuesta a la solicitud 050098800005421, que se instauró en el Informe Semanal de Casos Nuevos SUIVE-1 la enfermedad de hidroarsenicismo con la EPICLAVE T57.0-Efecto tóxico del arsénico y sus compuestos.

“Al día de hoy jueves 21 de octubre de 2021, se han registrado 0 casos a nivel estatal en el Informe Semanal de Casos Nuevos”, puntualizó el oficio.

Al pedirle a la Secretaría de Salud vía transparencia el seguimiento a este mecanismo de vigilancia, no respondió en el plazo marcado por la ley. Fue interpuesto un recurso de revisión al respecto sin que hasta el cierre de edición fuera resuelto.

Pozos de agua deben perforarse donde no haya arsénico

A esto se suma la postura que recién emitió Miguel Ángel Riquelme Solís, gobernador de Coahuila, quien afirmó el pasado 6 de marzo que “desde hace tiempo el arsénico no es tema en La Laguna”.

Durante la rueda de prensa posterior a la reunión semanal del Subcomité Técnico de Salud de La Laguna, el mandatario fue cuestionado en torno al proyecto Agua Saludable para La Laguna y la visita para supervisar el proyecto que realizó a principios de marzo el presidente, Andrés Manuel López Obrador.

Más allá de los avances técnicos de la obra, Riquelme Solís refirió que cuando fue alcalde de Torreón se perforaron pozos que no extraen agua contaminada y que la obra federal solo solventará lo relacionado con el abasto.

“Yo perforé 28 pozos con cero arsénico y Román Alberto Cepeda (alcalde de Torreón) lleva ocho, igual, con los niveles normales, entonces no sé mucho, pero creo que estaban perforando donde no debían”.

Por su lado, Eduardo Aaron Fuentes Silva, director del Organismo de Cuenca, Cuencas Centrales del Norte (OCCCN) de la Conagua, descartó que la actualización a la NOM 127-SSA-SSA1 represente un problema.

“Esa parte no me preocupa, pues este año vamos a tener Agua Saludable”, respondió tras ser cuestionado en la rueda de prensa en la que presentó avances del megaproyecto el pasado 14 de marzo.

Sobre el papel que jugará el organismo en mayo próximo que entre en vigor la actualización de la norma que establece que municipios con más de 500 mil habitantes deben bajar las concentraciones de arsénico de 0.025 miligramos por litro a 0.010 miligramos por litro, refirió que todavía revisan cómo la harán cumplir.

Fuentes Silva dijo que, “estamos hablando con los organismos operadores y nosotros como área normativa tenemos que hacer que cumplan. Es un tema a nivel central que me gustaría que ellos lo vieran”.

Hidroarsenicismo. (Milenio Diseño)

El funcionario federal argumentó que pese a que el avance del proyecto Agua Saludable para La Laguna es del 17.2 por ciento en su obra física, estarán en condiciones de entregar agua potable de calidad a finales de este año para los municipios más poblados de la Zona Metropolitana como Torreón, Gómez Palacio y Lerdo.

No obstante, la norma oficial también tiene elementos cuestionados por la comunidad científica por un asunto de injusticia hacia los poblados más vulnerables.

Pese a que los municipios con más comunidades rurales presentan la mayor cantidad de arsénico en sus fuentes de abastecimiento de agua potable, la NOM 127-SSA-SSA1 contempla hasta siete años en estos lugares para que las autoridades bajen la presencia del metaloide.

"Se discrimina a poblados pequeños", Observatorio

El Observatorio Socioambiental de la Universidad Iberoamericana Torreón, se pronunció el año pasado en torno a esta situación y señaló que la normativa tardó más de dos décadas en cambiar, pese a la sugerencia hecha por la Organización Mundial de la Salud (OMS), y que demuestra que se discrimina a los poblados más pequeños y marginados que hay en La Laguna.

“Consideramos importante señalar la discriminación que la norma referida hace a las comunidades más empobrecidas, en donde se vive con más crudeza la problemática del hidroarsenicismo”, expusieron mediante un comunicado.

El investigador Martín Federico Soto Jiménez, señaló que existe un contrasentido con la norma, pero hasta cierto punto entendible por la lógica en que opera la administración pública.

“Desde el punto de vista técnico y financiero es entendible, pero desde el punto de vista de salud pública no lo es, porque en este caso, esas ciudades o poblaciones más pequeñas, son las que presentan el mayor problema”.

Refirió que las autoridades de los diferentes órdenes de gobierno deberían revisar opciones para que se cumpla la normativa, aunque más allá de eso, es su obligación atender el tema de salud que implica consumir agua contaminada.

Efectos por beber agua contaminada con arsénicos con lentos

“Independientemente de que la norma esté desfasada para ellos y que vaya entrar el año que entra o el siguiente, las autoridades municipales deben actuar, no solamente por cuestión de la norma, porque la norma es un valor, es un decreto, es un documento que los obliga, pero que el efecto de salud pública esté ocurriendo, debería de ponerlos en acción, no esperar a que venga una ley y los obligue”.

Explicó que el arsénico provoca daños a largo plazo, “los efectos son por exposición crónica, no es inmediato, no es ‘ya tomé agua y voy a tener algún síntoma’, no, es lento, pero cuando ya se detectan esas afectaciones, normalmente no hay mucho qué hacer”.

Esto termina afectando principalmente a la población ya de por sí vulnerable y los obliga a destinar parte de sus ingresos a comprar agua purificada.

El desamparo en que viven los habitantes de estos sectores, se refleja en decisiones como la de María de la Luz, como se mencionó al principio de este reportaje, que renunció al tratamiento del cáncer de estómago.

Dijo que, “no quise nada. Firmé una hoja que señala que decidí no atenderme, a veces sí me dan dolores muy fuertes, empiezo a vomitar sangre. El doctor me dijo que era porque se reventaban unas úlceras. En el estudio que me hicieron se ve como si fuera una masa y alrededor tiene muchas cositas, como honguitos, ese es el cáncer, pero si le soy sincera yo de eso no quiero saber nada”.

Este reportaje es parte del Hub de Periodismo de Investigación de la Frontera Norte, un proyecto del International Center for Journalists en alianza con el Border Center for Journalists and Bloggers.

aarp


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