Cañón de Fernández se muere y los laguneros "cierran los ojos"

Desde el 2008 además de ser un Área Natural Protegida, el parque estatal se convirtió en Sitio Ramsar, lugar esencial para la sobrevivencia de sus beneficiarios.

Conagua debe regular los cercos o construcciones ilegales en la zona. (Archivo)
Isis Rábago
Lerdo, Durango /

El 2 de febrero de 2008, el Área Natural Protegida del Parque Estatal, Cañón de Fernández, recibió el nombramiento como Sitio Ramsar. Para la mayoría de los laguneros no representa nada, pero para las conciencias abiertas ante la realidad del planeta tierra, representa una oportunidad para evitar su desaparición.

Ramsar es una ciudad iraní en donde se firmó en 1971 la convención del mismo nombre, luego de la lucha e insistencia de organizaciones no gubernamentales, quienes involucraron a países en la elaboración de un tratado intergubernamental que sirve de marco para las acciones nacionales y de cooperación internacional para conservar y hacer uso de los humedales y sus recursos.

¿POR QUÉ?

Detectaron que los cuerpos de agua, de todo el mundo y en todas sus clasificaciones, son esenciales para la sobrevivencia de sus principales beneficiarios, en el caso de El Cañón de Fernández, los laguneros.

La importancia de los humedales, además de sus reservas de agua, es por ser espacios de conservación de mucha biodiversidad, ser determinantes en el funcionamiento de un ecosistema, además son fundamentales en las vías de migración de las aves.

A nivel mundial existen alrededor de 2 mil 200 sitios Ramsar, en México entre 200 a 250, sin embargo, lo impresionante del Cañón de Fernández, es parte del semidesierto chihuahuense y en él se encuentran especies de flora y fauna, totalmente contrastantes con las de una zona desértica.

En las 17 mil hectáreas del Área Natural Protegida, se han registrado 35 familias de plantas, 103 géneros y 240 especies, además se tienen avistamientos de aproximadamente 210 especies de aves, 53 de mamíferos, 44 de reptiles y 7 especies de anfibios.

RIQUEZA BIOLÓGICA

Mauricio de la Maza, presidente de Pronatura A.C., en su reciente visita a La Laguna, enfatizó en la importancia de este lugar, “es por su riqueza biológica, junto con otros criterios internacionales que le han conferido a este sitio, el título de Sitio Ramsar, en el convenio de las Naciones Unidas”.

Sin embargo, recordó que el Cañón de Fernández tiene otros beneficios de importancia sobre todo en una región, asolada por el fantasma del abasto del recurso hídrico, pues este es fundamental para la recarga de los acuíferos, por eso lo convierten en un sitio crucial para el desarrollo humano de los pobladores, no solamente para quienes habitan en las localidades cercanas, sino para todos los laguneros.

En ese sentido, el presidente de ProDefensa del Nazas. A.C., Francisco Valdés Perezgasga, impulsor de obtener el reconocimiento del Sitio Ramsar para el Cañón de Fernández, en conjunto con otros ambientalistas locales como la doctora Amorita Salas Westfhal y Gladys Aguirre Balza, ya con anterioridad había puesto el ejemplo de la importancia de su función, pues son como los riñones de La Laguna, es un filtro en donde se mejora la calidad del agua, en donde se captura el bióxido de carbono.

Pese a que su reconocimiento, que tiene poco más de once años, hasta el momento no se ha podido hacer mucho para evitar su deterioro, principal amenaza Gerardo Jiménez González, integrante también de la asociación ProDefensa, que en la franja federal del río, por ambas márgenes a través de imágenes satelitales, indican que en un periodo de 20 años se perdió un 30% de las especies vegetales.

La principal amenaza son los cambios de uso de suelo, la eliminación de la vegetación nativa para introducir cultivos o para hacer construcciones de recreación, o los que se denominan “ranchetes”. La vegetación rivereña es la más afectada, y esta se comprende del bosque de galería, como sabinos o ahuhuetes, alamos y sauces.

“A la orilla del río, también crecen los renuevos, y al modificarse eso pues, si yo quito la vegetación nativa y pongo un cultivo, ya alteré, la vegetación nativa también tiene una función dentro del ecosistema”.

Aunque La Ley de Aguas Nacionales establece que en una distancia de quince metros del rio, después de la última avenida extraordinaria, considerada como franja federal, no se debe alterar, la ley también permite extender concesiones, y existen personas que la han solicitado.

Cabe destacar que pese a contar con una concesión, nadie puede hacer obras sin el permiso de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), sin embargo, esto no ha tenido mucho impacto, pues en tramos del Parque Estatal, se observan espacios cercados con maderas, e inclusive la posibilidad de que sean para introducir ganado, lo cual son actividades totalmente prohibidas.

“Todas las construcciones o cercos son irregulares, pero corresponde a la Comisión Nacional del Agua, regular eso”, enfatizó.

CONAGUA SE COMPROMETE A REVISAR CONCESIONES

Los resultados del estudio con imágenes satelitales que solicitó la asociación ProDefensa del Nazas, se presentaron hace tres años, en reunión ante el Organismo de Cuenca, Cuencas Centrales del Norte, de la Conagua y la Subsecretaría del Medio Ambiente del Gobierno de Durango, sin embargo, ya no se tuvo avances.

A raíz de la firma del convenio de colaboración entre la Fundación Iberdrola México, de origen español, el gobierno de Durango, la organización Pronatura, que consiste en una inversión de 6 millones de pesos durante cinco años, el director del OCCCN de la CONAGUA, Oscar Gutiérrez Santana, dijo que participarán a fin de buscar la legalidad en todas las actividades que se llevan a cabo a través de las concesiones federales entregadas a las cauces del río.

Por lo pronto dijo que se están haciendo las revisiones en la ANP con la finalidad de verificar que la superficie concesionada, tenga el uso correspondiente.

“Hasta el momento no tenemos una denuncia específica, pero es parte del trabajo que se hará a través del convenio, buscar que las organizaciones ambientalistas pudiéramos establecer un mecanismo en el que ellos puedan autorregularse, y en caso necesario pudiera actuar la autoridad, por si existe una resistencia en cumplir con los lineamientos de la concesión”, finalizó Gutiérrez Santana.

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