A sus 85 años, Francisco Ríos sigue luchando por vivir. Y ante la falta de agua a la orilla del ejido La Coruña, en Francisco I. Madero, Coahuila, él dice que debe comprar la que circula por el canal de riego.
Aunque se piensa afortunado porque en otras comunidades sobreviven personas que ni siquiera pueden pagarle a quienes se las venden, él piensa que el robo del agua que realizan los pequeños propietarios debería ser sancionado por las autoridades competentes.
“Ahorita la estoy sacando porque me voy a bañar; no hay agua en las pilas ni en las llaves, ya no sale nada. Así me quería encontrar a unos como ustedes, que vienen especialmente a preguntar. Bueno, si la gente de allá (apunta hacia el ejido Lequeitio) la está cobrando, ¿por qué no vienen y miran? Que pregunten si sale el agua, nadie viene, si quieren que paguemos, ¿cómo le hacemos si la compramos?".
”Es que el agua se está yendo por otro lado, pero a las bolsas. ¿Sí sabe que es? Esa se va por allá, por donde la necesitan los ‘ricailos’. Mire ahí en Hidalgo, ahí sale el agua, pero ahí nomás, adelantito de Buenos ojos, o quién sabe cómo se llama, son los únicos. De ahí pa’allá hay agua, y pa’acá no; ni pa’tomar, allá tienen como dos meses que no toman agua porque no hay y pues los que la acarrean quieren lana”.
Don Francisco agradeció la presencia de los trabajadores de MILENIO, a quien por los chalecos quizá confundió con los llamados funcionarios de la nación, pues dijo, que sería bueno que el Presidente fuera por allá, a Lerdo y encontró lo malo y propuso algo.
“Qué bueno porque mucha gente aquí está padeciendo del agua, usted dígame si quiere saber si sale sola, así no, ni aunque le pongan dos motos, dos motores, no sale nada. Esta la están trayendo desde el canal porque también, pobres animales. Qué ganan con pagar si no sale el agua. Yo le decía a mi hija que iba a pagar, antes eran 3 mil pesos, y pa’qué paga. ¿On’ta el agua?".
“Qué bueno que esto llegara a uno que de veras buscara el agua, el pa’onde está corriendo y luego no la hallan, la van a hallar guardadita. ¿Quién le puede dar un vaso de agua? Luego van a venir conmigo a querer golpearme, si está duro. Allá, donde están haciendo la mafia, ahí es donde está duro. Y andaba yo con eso de que ojalá y me encontrara con uno de los que tiene el Presidente para decirle este chisme, hombre. Nadie viene aquí a preguntar”.
A Francisco Ríos se le dijo que es posible que su Presidente sepa lo que piensa. Que quizá algún funcionario de Coahuila le extenderá sus comentarios.
“Dicen que soy chismoso, no le hace, pero por mi bien y el de toda la gente. No quieren decir porque tienen miedo, ¿lo entiende? Es gente aprovechada la de adelante, que piensa, que se mueran de sed”.
CALE