El 30 por ciento de las estudiantes deja de ir a la escuela en sus días de menstruación por miedo a mancharse, por dolores o por incomodidad. Esto llega a generar retraso en su aprovechamiento escolar durante el año, lo que puede ocasionar que pierdan tantas clases que optan abandonar la escuela.
Pero la llegada y recurrencia de la menstruación pueden ir acompañadas de consecuencias de largo plazo. Después del abandono escolar "vienen los matrimonios infantiles y los embarazos no planificados", advierte Anahí Ramírez, vocera de la organización Menstruación Digna, conformada por varias asociaciones.
A menores que viven principalmente en zonas rurales y con cierto grado de pobreza, sus padres las sacan de la escuela cuando llega la menstruación; creen que se vuelven adultas en automático y las ponen a trabajar en los quehaceres domésticos, a cuidar a los hermanitos, a los ancianos enfermos, a hacer tortillas, a ir por leña.
"El principal factor para la deserción es el económico", dice Alejandra Brito, coordinadora para el Servicio Educativo de la Comisión Nacional de Fomento Educativo (Conafe) en Oaxaca, "pero también hay un factor cultural importante y es que con la menstruación comienza la etapa reproductiva de las mujeres y casan a las niñas, o estas se embarazan y se dedican a la crianza. Es un factor que aquí sí pesa".
La deserción escolar en la secundaria medida por Conafe, que atiende a localidades de alta y muy alta marginación, es de 14 por ciento para hombres y 13 por ciento para mujeres en el estado.
Pero la estadística cambia en las coordinaciones en comunidades indígenas. En Tlaxiaco, por ejemplo, la deserción en varones es del 10 por ciento, pero en mujeres se eleva hasta 15 por ciento, revela Brito.
Ausentismo por "temas de mujer".
María José López es educadora comunitaria en Oaxaca, pertenece al programa piloto Gestión Menstrual, que aplica Conafe en esa entidad además de Sonora y Estado de México. Su tarea es capacitar sobre este tema a las educadoras comunitarias, pero le toca también orientar a las niñas de primaria y secundaria debido a que los papás no quieren que esa información la den los maestros hombres "porque pueden decir cosas que no van".
Las estudiantes empiezan a faltar por ahí de los 12 años. Los maestros le reportan que faltó tal niña "por tema de mujer".
En su experiencia, la razón por la cual las chicas abandonan la escuela es la pobreza, también la falta de información –"porque no saben qué les está pasando"–, y la falta de productos para atender su menstruación. Y todo se desencadena con la menarca, es decir, cuando sobreviene la primera menstruación.
Según la plataforma del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), con datos de la Secretaría de Educación Pública (SEP) de 2022, la mayor deserción escolar se presenta en la educación media superior –en el bachillerato–, con un promedio nacional de 9.2. El estado con mayor abandono no está en el sureste sino en Chihuahua, con 15.1 puntos.
En educación superior el promedio nacional de deserción es de 8.5, y otra vez un estado norteño tiene la mayor incidencia, Baja California Sur, con 15.5 puntos. Sin embargo, el Inegi no publica los datos por género.
En educación básica la deserción resulta más moderada. En primaria fue de 0.4 por ciento y de 2.5 por ciento en secundaria –cuando se presenta la menarca–. Michoacán fue el estado que más estudiantes menores vio salir de las aulas, con tasas de 1.8 y 7.4 por ciento, respectivamente.
La Red por los Derechos de la Infancia en México (Redim) sí aporta datos por género: son más los hombres que abandonan la escuela, pero en efecto, Baja California Sur registró un mayor de abandono de mujeres, justo en secundaria: 2.0 de muchachas frente a 1.9 de varones.
La tasa en educación media superior crece hasta 8.8 para mujeres y 14.6 en hombres. En secundaria fue de 3.5 y 2.3, respectivamente, y en primaria de 0.6 y 0.4, según información de la misma SEP, ciclo escolar 2021.
"Muchas jovencitas quedan embarazadas a los 12 o 13 años porque los mismos padres piensan que si les bajó su periodo por primera vez es porque ya son mujeres y ya deben buscar marido o esposo. Es muy importante trabajar esto con los padres", menciona María José.
Recuerda que una de estas comunidades, al preguntar abiertamente quiénes ya han tenido su primer sangrado, una niña le expresó su preocupación porque nadie le explica qué puede suceder con su cuerpo.
"Mi mamá no me ha dicho nada y mis hermanas no ocupan ningún producto, así que no sé qué información debo tener para prepararme".
Si la mamá no le ha dado la información es porque tampoco a ella se la dieron y es una cadena que se hace larga y se va arrastrando.
Una ley avanza en 11 estados
En 2019, Anahí Hernández colaboraba en el Parlamento de Mujeres de la Ciudad de México cuando escuchó que en Colombia habían logrado la eliminación del impuesto a toallas y tampones.
"Agarré mi celular y puse: impuesto, toallas, México y me salió que pagábamos un 16 por ciento. ¡Me voló la cabeza! Y dije por qué nadie ha hecho algo, por qué no lo han quitado, desde cuándo lo estamos pagando, por qué si te dan condones gratis, no te dan también toallas y tampones".
Se involucró en el tema de los derechos menstruales, que implica no solo anular el gravamen, sino dar gratuidad en los productos, licencias menstruales, el acceso a la salud, a instalaciones dignas, con agua, jabón y papel, a educación para combatir el tabú y el estigma que ha tenido la menstruación por siglos.
Envió correos electrónicos y mensajes a legisladoras federales, a asociaciones de temas de género y derechos sexuales, a grupos en las redes sociales. La aceptación fue enorme: la menstruación era el elefante en la sala.
Todas entendían la necesidad y urgencia de abordar el asunto, pero no lo veían hasta entonces como un tema de derechos, de desigualdad por razones biológicas que crea brechas de género desde la familia, la escuela, el trabajo, el acceso a oportunidades y al libre esparcimiento.
Así surgió Menstruación Digna, que no es una colectiva sino una organización dedicada a la incidencia legislativa y a generar políticas públicas. Muestran a los legisladores la relevancia del tema, los ayudan a redactar las iniciativas o las leyes con perspectiva de género y luego a lograr la implementación.
En 2020 la iniciativa para eliminar el IVA llegó al Congreso. Menstruación Digna visitaba a las legisladoras para sensibilizarlas.
"Nos decían, pero ¿cómo que estamos pagando un impuesto? ¿desde cuándo?", explica Ramírez, licenciada en Relaciones Internacionales con maestría en estudios de género. "Ellas lo entendían bien al ser personas menstruantes, pero no podían creer que hubiera mujeres que no pudieran comprar una toalla".
No lograron los votos ese año para la iniciativa, pero comenzó a hablarse fuerte de discriminación tributaria y de una menstruación libre de impuestos a la que se unieron mujeres de todos los sectores.
El tema prendió con la misma fuerza con que se le había ignorado. Surgió el movimiento por la #MenstruaciónDigna y aparecieron miles de menstruactivistas por todo el país.
En octubre de 2021 se logró la eliminación del IVA para los productos de gestión menstrual. Representó 0.0196 por ciento del PIB, esto es 4 mil 524.5 millones de pesos, según estimaciones del Instituto Belisario Domínguez, órgano de investigación del Senado de la República. Para las personas menstruantes fue una victoria legítima incalculable.
Cuatro entidades han modificado sus leyes de educación o salud: en Guanajuato y Chihuahua para que la educación menstrual entre en los programas de las escuelas. En Coahuila para ofrecer estos productos a las Personas Privadas de su Libertad (PPL) y en Hidalgo para promocionar programas de salud menstrual.
San Luis Potosí tiene un programa del DIF para entregar kits con estos productos a personas en desventaja.
La capital, rezagada
Sorprendentemente en la Ciudad de México están atoradas muchas iniciativas, de hecho, en la legislatura pasada cinco se quedaron en la congeladora. Hace unos días un grupo de legisladoras de Morena presentó un paquete de iniciativas que incluye dotar de manera gratuita productos de gestión menstrual a las PPL y meter a la Ley de Salud el derecho a una menstruación digna, que daría el marco legal a la gratuidad.
Las resistencias tienen que ver principalmente con la falta de recursos porque aprueban la ley, pero no destinan el presupuesto para su implementación, que implica infraestructura educativa y capacitación al personal docente.
Otra resistencia es a la inclusión. "No entienden por qué insistimos en hablar de mujeres y otras personas menstruantes y que así quede en la ley. Porque no todas las personas menstruantes se identifican como mujeres y no se les deben negar los productos", dice Anahí Ramírez, vocera de Menstruación Digna.
Mexicanas: cómo viven la menstruación
De la menstruación no se habla, pero en el país existen 63 millones de personas menstruantes. Ni siquiera ese enorme número hace que la Secretaría de Educación o la de Salud cuenten con datos nacionales al respecto.
El primer ejercicio para medir cómo viven la menstruación las mexicanas se llevó a cabo en mayo de 2021, por parte de la Unicef con la Encuesta U-Report, a través de internet.
Pero fue en octubre de 2022 que Unicef, Menstruación Digna y la empresa sueca Essity llevaron a cabo la Primera Encuesta Nacional de Gestión Menstrual, en siete estados del país – Aguascalientes, Baja California, Chihuahua, Michoacán, Oaxaca, Puebla y Tamaulipas– la cual recopiló datos cara a cara en 3 mil hogares.
Estos son 30 datos reveladores de los que pasa con la menstruación y no se habla:
- 30% de las personas menstruantes ha dejado de ir a la escuela o trabajo en sus días de menstruación.
- 29% se ausenta de sus actividades por miedo a manchar y 32% por dolor menstrual.
- 95% está de acuerdo en que haya gratuidad de productos en las escuelas.
- 81% está de acuerdo en que los hombres tienen ventajas por no menstruar.
- 94% opina que se debe enseñar tanto a niñas como a niños.
- 75% menstrúa cada mes.
- 37% gasta arriba de 40 pesos para comprar productos.
- 31% tiene dificultades económicas para comprar productos.
- 80% usa toalla desechable; 8% tapones y 7% toalla de tela (trapitos).
- 35% tiene molestias leves; 16% muy fuertes; 4% dolor incapacitante.
- 44% compra medicina para el dolor y 44% toma tés.
- 70% se siente más cansada.
- 60% deja de usar determinada ropa.
- 50% evita relaciones sexuales.
- 70% no tenía información adecuada cuando llegó su menstruación.
- 70% la primera persona con quien habló fue su mamá.
- 46% se informa con la mamá.
- 41% en internet.
- 8% no tiene un lavabo de manos.
- 7% no tiene agua entubada en sus escuelas o lugar de trabajo.
- 4% no tiene agua entubada en casa.
- 3% no tiene baño en casa.
- 65% no sabía que pagaba IVA en los productos.
- 64% está de acuerdo en los permisos para ausentarse al trabajo o escuela.
- 54% ve a la menstruación como algo normal.
- 7% la ve como algo sucio.
- 63% desearía no menstruar.
- 81% piensa que la menstruación permite estar más pendiente de su cuerpo.
Programa piloto en Oaxaca
A principios de mayo, en el poblado de Río Frío, municipio de Santa María Chimalapa, llegaron dos mamás a la plática de gestión menstrual de María José López y pidieron permiso para quedarse. Eso fue el principio de algo que fue creciendo.
"Empezaron a llegar más mujeres y cuando empecé a hablar de espermaquía, que es la primera eyaculación del hombre, las mamás mandaron a traer a sus hijos. Noté demasiado entusiasmo, apoyo y preocupación por aprender", dice López.
La Comisión Nacional de Fomento Educativo atiende a 38 mil estudiantes en Oaxaca de 2 mil 741 comunidades en 368 municipios. Suman 4 mil 400 quienes cursan la secundaria y 2 mil 200 son niñas. A través de este organismo se dotó de copas menstruales, calzones y toallas reutilizables no sólo a todas las niñas de secundaria, sino también a las educadoras comunitarias y las trabajadoras operativas.
"Lo estamos dando en un contexto de educación para la gestión menstrual y una sexualidad sana, con conocimiento del cuerpo y desde una perspectiva de derechos", explica Alejandra Brito, coordinadora de la Comisión en el estado. "Ha sido una revolución lo que hemos hecho acá. Hemos encontrado que despierta mucha curiosidad entre los varones hablar abiertamente y conocer qué pasa con la menstruación en el cuerpo de las mujeres. Ha sido muy motivador ver esa necesidad de información", reflexiona la funcionaria de la Conafe.
MO