La familia Viveros Aguilar de la comunidad de Noh-Bec en la zona maya de Felipe Carrillo Puerto, logró desafiar a la naturaleza y consiguió mantener una importante cosecha de uvas en la región, algo completamente fuera de lo común en Quintana Roo por el clima tropical.
De acuerdo con especialistas, la uva sólo se da en lugares con gran altitud al nivel del mar y en un clima invernal, como en el Valle de Guadalupe en Baja California o en el Valle de Parras en Coahuila.
Esta idea surgió en la familia Viveros Aguilar cuando adquirieron una planta de uva para hacerle sombra a unas orquídeas y, entonces, se llevaron una grata sorpresa.
“Este proyecto nació inicialmente por mi esposa. Compró una plantita de ornato ahí en la casa para que le dé un poco de sombra a nuestras orquídeas que tenemos en el jardín, entonces el señor que nos la vendió, la podaba y la fertilizaba, y en el primer año nos dio entre 20 y 25 racimos, hizo la poda en diciembre y la siguió fertilizando, para el segundo año nos dio 100”, platicó a MILENIO el señor José Viveros.
Sin embargo, al poco tiempo, el clima caluroso, la humedad y las lluvias provocaron que la planta de vid se secara y muriera, pero esto no los desanimó, al contrario, don José y su familia buscó a un agrónomo especialista para continuar con la idea de seguir cosechando la fruta.
“Llegó un agrónomo, le pareció interesante el proyecto, supo de la uva y me dijo: 'Miré, honestamente, no vamos a encontrar a alguien que sea especialista de la uva aquí en la región, nosotros somos de chile habanero, de todo lo que hay en la región, pero denos chance. Vamos a ir aprendiendo entre los dos, vamos a ir viendo qué le aplicamos, qué más le ponemos, qué le quitamos al suelo y deme chance un mes para ver que sus plantas ya comiencen a echar hoja', porque estaban completamente secas, y, efectivamente, él las agarró en enero de 2021 y en mayo ya estaban echando su primera flor, y en junio ya estaban madurando los primeros racimos de la uva”, relata orgulloso.
Ahora, lo que sigue para la familia Viveros Aguilar es dar el siguiente paso: la elaboración de vinos; pero no cualquier vino, sino uno auténtico de la región.
“Lo que sigue ahora es que ya vimos que el ensayo nos dio frutos, ya nos dio buenos resultados, ahora es ampliar a cuatro o cinco hectáreas, ahora sí para la elaboración del vino, pero queremos hacer un vino regional auténtico de Quintana Roo con especies de madera de la Península de Yucatán”, comentó.
En el proceso de producción de un vino, el tipo de barrica es muy importante, ya que la madera influye en el sabor y aroma, debido a los antioxidantes y otros componentes.
La idea de la familia Viveros es probar barricas con maderas de la zona maya.
“Vamos a hacer pruebas de “caoba”, del “chechen”, “katalox”, “granadillo”, “chaktéviga”, “sakchacaj” todo este tipo de maderas que hemos ocupado en la elaboración de muebles y de casas, vamos a ocuparlas en hacer unas barricas y almacenar vino, a ver cuál nos da un buen resultado en aromas y sabores” explicó Don José.
En poco tiempo, el proyecto se ha ganado el reconocimiento de locales y turistas que acuden a la plantación para conocer el vivero. El año pasado ,la familia obtuvo el segundo lugar del Premio a la Innovación y Diversificación Turística 2021 de la secretaria de Turismo estatal.
En México, existen 14 estados productores de vino, y Quintana Roo podría sumarse como la nueva región vinícola del país plena selva quintanarroense.
EHR