Ibero Puebla: tratar al 100% las aguas residuales evita daño acuífero y escasez

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Las aguas residuales de la institución reciben un tratamiento que dura 24 horas para el riego de las áreas verdes y para la vegetación del campus.

Ibero: tratar al 100% las aguas residuales evita daño acuífero y escasez | Melanie Torres
Jaime Zambrano
Puebla /

Un proyecto que permite el tratamiento y la reutilización del 100 por ciento de las aguas residuales que genera una población de siete mil estudiantes, docentes y trabajadores, fue implementado por la Universidad Iberoamericana Puebla.

Las aguas residuales de toda la institución de educación superior reciben un tratamiento que dura 24 horas para que puedan ser ocupadas para el riego de las áreas verdes y para la vegetación del campus.

Ante los problemas ambientales que se presentan en la zona metropolitana de Puebla como la contaminación del río Atoyac, la reducción de los niveles de los acuíferos y el estrés hídrico, la institución desarrolló un sistema que permite tratar el agua que se utiliza en baños y, al mismo tiempo, se logra la captación del agua de lluvia.

El sistema de tratamiento de aguas negras se basa en una planta que funciona bajo el principio de aireación interrumpida y está diseñada para reducir la carga orgánica y el volumen de sólidos suspendidos totales en un porcentaje similar.

Uso de bacterias para el tratamiento de agua

Valentina Campos Cabral, directora del Instituto de Investigaciones en Medio Ambiente Xabier Gorostiaga (IIMA) de la Universidad Iberoamericana Puebla, explicó que el proyecto para tratar el agua que se utiliza en el campus responde al reto de contribuir a la construcción de una sociedad sustentable a través de la educación.

“Nosotros tenemos la capacidad de procesar por día 24 mil litros de agua, entonces, eso quiere decir que es agua, primero, que no demandamos del pozo y le damos un segundo uso a través del riego. Ahora, la capacidad de nuestra planta es mayor de lo que nosotros le damos uso, es de 4.5 litros por segundo, pero, por ahora, solo tratamos 24 mil, es decir, tenemos un potencial de crecimiento para la planta”, destacó.

El proceso de limpieza del agua está basado en el cultivo de microorganismos aeróbicos y facultativos que tienen la capacidad de degradar, en presencia de oxígeno, los desechos orgánicos en bióxido de carbono, agua y nuevos tejidos celulares. El líquido obtenido tiene la calidad suficiente para ser desinfectado y utilizado en el riego de jardines y áreas verdes, destacó la investigadora.

“El agua de los baños, toda se trata, el 100 por ciento del agua se trata y se les da un doble uso que es el de riego. La calidad del agua no es menor al 90 por ciento. Esta agua no es apta para el consumo humano. A esa agua se le hacen análisis de calidad y la calidad es adecuada como para regar”, destacó.

Las aguas que utilizan los estudiantes, docentes y trabajadores son bombeadas a un contenedor núcleo, el cual las desahoga en tinas cargadas con bacterias anaeróbicas que se utilizan en el proceso de purificación. Posteriormente, una segunda matriz aplica pruebas de pH para garantizar que las aguas están listas para usarse en el riego de las áreas verdes y vegetación del campus.

“Primero, las bacterias eliminan la mayor cantidad de materia orgánica; después, al clorarla eliminamos cualquier patógeno; pero la turbidez, no es así como para que yo les invitaría a tomar un vaso con agua, pero es adecuada para regar y no afecta la salud de ninguna otra forma s de vida ni nada”, explicó.

La universidad poblana implementa un Programa de Educación Ambiental orientado a construir y promover una cultura ambiental en la comunidad universitaria, con ello, se pretende que los alumnos vivan inmersos en un medio universitario ambientalmente sano que le facilite ser congruentes con los principios de la sustentabilidad.

“Es muy importante. ¿Por qué decimos que para la Ibero es importante predicar con el ejemplo? Porque todos y cada uno de los usuarios de agua tenemos una responsabilidad para con el tratamiento de la que utilizamos en nuestro día a día. Entonces, industrias, sistemas municipales de operación de agua, todos los usuarios estamos en deber de hacer este procesamiento. Ahora, cada usuario tiene características y emite agua en diferente calidad”, destacó.

Evitar contaminación por residuos peligrosos, la clave

La clave para que el sistema de tratamiento de la Ibero Puebla brinde los resultados esperados se encuentra en que se vigila que residuos peligrosos no se mezclen con las aguas residuales.

Valentina Campos Cabral, directora del Instituto de Investigaciones en Medio Ambiente Xabier Gorostiaga (IIMA) de la Universidad Iberoamericana Puebla, destacó que la institución separa los residuos que pudieran estar catalogados como peligrosos, los cuales reciben un tratamiento separado por parte de una firma privada.

“Los residuos peligrosos que pudiera generar la universidad tienen un tratamiento separado, independiente y, de acuerdo con la normatividad. Tenemos un área de concentración, de depósito y eso se dirige a una empresa que, a su vez, hace un tratamiento adecuado que nosotros no podemos hacer en la universidad. Entonces, nada de lo que está en la planta de tratamiento tiene alguna sustancia de este tipo porque se les separa”, apuntó.

Sistema de tratamiento, con posibilidad de replicarse: Ibero

El esquema de tratamiento de aguas residuales de la Universidad Iberoamericana Puebla podría replicarse en otros puntos de la entidad y del país; sin embargo, es fundamental que se bloquee cualquier tipo de sustancias peligrosas llegue al agua de tratamiento.

“Puede replicarse en tanto que el tipo de uso del agua y el agua que sea residual sea suficientemente atendido por este proceso de tratamiento. Pero si tenemos otro tipo de sustancias, por ejemplo, químicos adicionales a la materia orgánica, pues, ya se requiere otra planta de tratamiento. Digamos, aquí el punto, todos y cada uno de los usuarios necesitamos tenerlo, es decir, concentramos un volumen de agua mayor. A nivel municipal, el sistema con el que se concesionó el servicio es la responsable de tratar el agua”, destacó.

Con un mural y pintura, se resalta la presencia de sistema

A diferencia de que en diferentes lugares del estado y del país, se busca que las plantas de tratamiento pasen desapercibidas, en la Ibero Puebla se optó por hacer notar la operación del sistema.

La planta que se ubica en el sendero que conecta al edificio principal del campus con el Instituto de Diseño e Innovación Tecnológica (IDIT), fue escenario de un mural con el que se llama al cuidado del agua.

La planta de tratamiento de aguas residuales es uno de los sistemas medulares de la iniciativa Campus Sustentable de la Ibero Puebla, la cual, es una de las políticas institucionales y educativas. Las instalaciones del sistema de tratamiento fueron espacio para el desarrollo de un mural educativo diseñado y ejecutado por un equipo de estudiantes de la Licenciatura en Arte Contemporáneo.

La nueva carátula de la planta funciona como una radiografía de lo que ocurre en su interior. Desde la coordinación de Arte Contemporáneo de la Ibero, se impulsó que un grupo de estudiantes trabajara en el bocetaje de “la historia del tratamiento de aguas” con la intención de divulgar de forma lúdica un procedimiento.

El mural de la planta de tratamiento de aguas residuales fue realizado por Nicole Fernández, Doménica Rosas, Rodolfo Suárez y Camila López, estudiantes de la Ibero Puebla, quienes fueron asesorados por el académico Víctor Mora.

Se trató de un esfuerzo conjunto entre la Licenciatura de Arte Contemporáneo y el Instituto de Investigaciones en Medio Ambiente Xabier Gorostiaga (IIMA) para resaltar el proceso de tratamiento de las aguas y, al mismo tiempo, generar conciencia sobre el cuidado del medio ambiente.

Si todos trataran el agua, el Atoyac no sería un drenaje

El río Atoyac que cruza por los estados de Puebla y Tlaxcala, considerado como uno de los más contaminados del país, es, actualmente, un “drenaje” de descargas de aguas contaminadas; sin embargo, si cada usuario se comprometiera a tratarla, sería diferente.

“Si todos nos hiciéramos responsables del tratamiento de su agua, las condiciones no serían las que tenemos ¿Qué evidencias tenemos? La cantidad de contaminantes, el tipo de contaminantes que tenemos en el Atoyac son una evidencia de que o las plantas de tratamiento no existen o las que están no son suficientes o las que están no son las adecuadas. Y eso es un llamado de atención a los grandes usuarios, sobre todo los sistemas municipales, las industrias”, destacó.

CHM

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