Las nuevas formas de convivencia social, la economía, seguridad y la salud, han sido factor para que algunas tradiciones, entre ellas las navideñas, se hayan dejado a un lado.
Más que una festividad religiosa, la navidad en México representa un mosaico de tradiciones, entre ellas: Las posadas que representan el peregrinaje de María y José en busca de refugio antes del nacimiento de Jesús, pastorelas, nacimientos, piñatas, aguinaldos (bolos).
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La Comarca Lagunera se conformó de migrantes nacionales y extranjeros, quienes con su llegada enriquecieron la vida cultural de la región contradicciones que propiamente no eran locales pero que fueron adoptando.
Luis Enciso, Promotor Cultural de la Unidad Regional Durango de Culturas Populares, señala que una de las tradiciones fueron los coloquios, que eran representaciones teatrales orientadas a lo religioso, principalmente durante los festejos de Semana Santa y Navidad entre ellos las tradicionales posadas que se realizaban durante 9 día antes de Navidad, sin embargo, han ido desapareciendo.
Menciona que son diversos factores los que han influido en su desaparición, entre ellos el económico, pues antes salían a peregrinar y en las casas que se recibía a los peregrinos se les daba a los asistentes un bolo, que es el tradicional aguinaldo.
Las hojas con los cantos y las letanías, imprimirlas representa un gasto, lo también ha contribuido a que esas tradiciones se vayan relegando.
La dinámica social ha cambiado, pues actualmente ya no tiene el tiempo que tenía antes para organizar estos festejos, la mayoría de los integrantes de la familia trabajan y ya no hay una convivencia.
Las posadas navideñas representan el peregrinaje previo al nacimiento de Jesús, por lo que durante los 9 días se realizan recorridos con las figuras de María y José acompañados de cantos populares y rezos, deteniéndose en diferentes casas para representar la búsqueda de alojamiento.
Edgar Eloy Delgadillo, encargado de Exposiciones y Gastronomía de la Unidad Regional de Culturas Populares, señala que hay un total desconocimiento en cuanto a lo que son las posadas.
En tiempos de la conquista cuando llegan los españoles, los franciscanos utilizan esta forma para evangelizar y se hace la novena religiosa con las liturgias, en donde se daban los aguinaldos que se conocen como bolos.
Esta tradición fue llevándose de generación en generación por lo que fueron los propios vecinos quienes se encargaron de organizar, suplir con la novena y llevar a los peregrinos a la casa para recordar el camino que hicieron María y José antes de llegar a Belén.
De igual manera, la inseguridad también ha permeado este tipo de tradiciones, pues recuerda que hace algunos años las posadas se realizaban en colonias y barrios por sectores y el interés de los niños era obtener un bolo, por lo que se acudía a tres o hasta cuatro posadas diarias.
“Antiguamente los bolos en las posadas eran con una naranja, cacahuates, galletas embetunadas y dos o tres dulces y eso cambió, ahora hablamos de que el cacahuate es un lujo”.
Consideró que las tradiciones no se han perdido, siguen arraigadas, pues aún algunas personas e instituciones educativas las siguen realizando, pero hay desconocimiento.
Pastorelas
Las pastorelas, representación teatral del nacimiento y adoración del niño Jesús, es también una tradición navideña que con el paso del tiempo ha ido desapareciendo y que también mucho tiene que ver con la economía, debido a que implica vestuario, ciertos elementos escenográficos y horas de ensayo.
Luis Enciso, Promotor Cultural de la Unidad Regional Durango de Culturas Populares, señala que en la Laguna es una comunidad que tiene un origen agrícola y en las comunidades rurales se llevaban a cabo las pastorelas y el arrullamiento del niño Dios.
En Sapioriz, municipio de Lerdo y en comunidades aledañas fueron el último bastión en donde se realizaban este tipo de actividades, pues con la participación del grupo de cardencheros a través de la Unidad Regional se organizaban eventos para el arrullo del niño Dios.
De igual manera la migración del campo a las ciudades, regiones o a los Estados Unidos, ha hecho también que en las comunidades rurales se pierda esa tradición.
Edgar Eloy Delgadillo, encargado de Exposiciones y Gastronomía de la Unidad Regional de Culturas Populares, señala que si bien el cometido de la pastorela es la evangelización, otra es los valores.
“Hay una forma de redimirse, de que venzamos al mal, entonces también en las comunidades, en las localidades, en las colonias, antes se hacían estas pequeñas representaciones”.
En la actualidad son muy pocos los grupos que realizan pastorelas y en su mayoría son los grupos teatrales los que se encargan de llevarlas a cabo.
Menciona que en los años 50´s y 60´s, Miguel Sabido, dramaturgo y poeta mexicano, hace toda un traspunte de ciertas pastorelas que venían desde el 1700 y 1800 y empieza a surgir la pastorela picaresca y política.
“Siempre en una pastorela vamos a encontrar los elementos de valores, justicia, lealtad, vemos la flojera, la lujuria, los pecados capitales y todo eso se ha perdido”.
Indica que es desde casa, en la comunidad, la colonia, el barrio en donde se vive en donde había una organización entre vecinos para hacer las representaciones y escenificaciones de las pastorelas y de las posadas, lo que se ha perdido y se ha cambiado por una fiesta normal .
Piñata
La piñata, un elemento esencial y que forma parte de las tradiciones navideñas, si bien es cierto se mantiene, ha ido cambiando, pues la piñata originalmente era elaborada con el tradicional jarro, rellena de cacahuates, golosinas, caña de azúcar, tejocote y naranjas.
Edgar Eloy, señala que en el caso de las piñatas también hay una cuestión de desconocimiento, ya que la tradicional es de 7 que representan los 7 pecados capitales que al dárselo de palazos, estás venciendo a esos pecados capitales , la lujuria, gula, avaricia, etcétera
Antiguamente también era la comunidad quien se encargaba de la elaboración de la piñata, con los elementos tradicionales, como los jarros que en realidad eran tepalcates que se utilizaban para hacer la piñata, con papel periódico y engrudo.
“En la comunidad había quien se encargaba de elaborar la piñata y eran casi por lo regular dos tipos de piñatas y hoy vemos muchas figuras como santa claus, grinch y demás , pero la tradicional es la de 7 picos y la canasta que representa la abundancia”.
La economía y el desconocimiento también ha afectado y generado el cambio en la elaboración de las piñatas, por lo que ahora vemos piñatas con 5 o 4 picos, así como otras figuras realizadas con cartón.
Luis Enciso, asegura que se ha perdido el conocimiento de la elaboración de piñatas, como lo es la preparación del engrudo que era con lo que se pegaba y la base de la piñata era papel peridico, que eran prácticamente el alma de las piñatas, elementos que ya no tienen.
Señala que falta establecer políticas públicas orientadas a alentar este tipo de actividades para rescatar las tradiciones que están orientadas al fortalecimiento de la cohesión social.
En la actualidad uno de los problemas que enfrenta la sociedad, es la violencia, por lo que consideró importante que a través de las áreas de gobierno como Educación Pública y Cultura, se involucren para poder recuperar estas tradiciones.
Edgar Eloy Delgadillo Encagado de Exposiciones y Gastronomía de la Unidad Regional de Culturas Populares, señaló que es importante trabajar en las comunidades, colonias y barrios, que es en donde está la memoria y el recuerdo de estas tradiciones para poder reactivarlas.
Nacimiento
Las festividades de Navidad, así como las posadas han perdido su origen y se han distorsionado, asegura Luis Martín Lugo Cervantes, sacerdote de la parroquia de Guadalupe en el municipio de Lerdo.
Recuerda que el nacimiento tiene su origen en el siglo XIII con San Francisco, quien es el primero que realiza una representación del nacimiento y el Papa francisco en uno de los documentos denominado Admirabile Signum (Admirable Signo), menciona que tenemos que acoger al misterio del nacimiento para renovar nuestra vida de fe y contemplar el misterio de la encarnación y con ello el misterio de nuestra redención.
En la actualidad, el mercado ha transformado a la sociedad, ya que esa pequeña figura de barro o yeso ya no se utiliza como se hacía en generaciones pasadas y ha sido sustituido por otros adornos.
Hoy en día, señala, la celebración navideña, es un fenómeno que se está dando el de sustituir el hombre religioso por el hombre económico, por lo que consideró triste ver que la tradiciones navideñas han cambiado de sentido,
“ Ya no se le llama posada a aquél rito de antaño imitando a José y Maria en el burro, donde van pidiendo posada en distintos mezones, hoy la posada se refiere a una fiesta, a una distracción y muchas veces al exceso, al vicio es totalmente triste y lamentable”.
Reconoce que como iglesia ha faltado difundir con mayor ímpetu el misterio de la encarnación a través de éstos signos que son las figuras del nacimiento que representan el misterio de la encarnación y difundirlo con alegría y no una alegría dispersa que es efímera.
Hizo un llamado a los padres de familia para tomar conciencia de la verdadera transmisión de fe que consiste en un testimonio y ejemplo, y sobre todo estar bien catequizados.
ACA