Investigadores de la Universidad Autónoma de Chapingo (UACH) de la Unidad Regional de Zonas Áridas, (URUZA) desarrollaron un sistema para captar el agua de lluvia a través de una técnica especializada desde su obtención, su almacenamiento y hasta la reutilización tanto para las tareas diarias como en la producción de huertos.
Este sistema se conoce como Captación de Agua de Lluvia a Partir de Techos para Uso Doméstico y Producción en Traspatio y el estudio lo realizó el Grupo Interdisciplinario de Vinculación, (GRINVI) de la Unidad Regional de Zonas Áridas de la UACH.
- Te recomendamos Sistema de Agua Potable y Alcantarillado de Lerdo contará con videovigilancia contra vandalismo Estados
El desarrollo de la técnica estaba enfocado inicialmente para 12 comunidades rurales de Mapimí, las cuales fueron elegidas por registrar mayores índices de marginación, pobreza y aislamiento.
Estas son; La Victoria, Montes de Oca, Martha, Puerto de Jaboncillo, Santa Inés, Santa Librada, La Jarita, Bella Vista, Ejido Roma, San José, Nuevo México, y El Renegado.
Sin embargo, el sistema atravesó fronteras y causó interés a nivel internacional, por lo cual una Organización No Gubernamental (ONG) de origen canadiense les ofreció acudir a Haití, y llevar la experiencia, ya que en algunas regiones de la isla enfrentan graves problemas por la falta de agua.
En este país, el GRINVI liderado por Aurelio Pedroza Sándoval, efectuó una serie de cursos de capacitación de aprender-haciendo, en donde estuvieron cerca de 30 representantes de comunidades haitianas para saber el método de construcción y posteriormente replicarlo con resultados positivos.
De igual forma, profesores de la Universidad Autónoma de Chapingo, han mostrado al gobierno federal este sistema de captación de agua pluvial y actualmente se está implementando en la Ciudad de México.
La finalidad es que en las ciudades con mayor registro de precipitación pluvial, pero con problemas de agua potable, puedan almacenar este recurso hídrico para cubrir demandas de los quehaceres diarios.
¿Cómo funciona el sistema?
Aurelio Pedroza Sándoval, coordinador del GRINVI de la URUZA de la UACH, dio a conocer que el sistema de Captación de Agua de Lluvia a Partir de Techos para Uso Doméstico y Producción en Traspatio, se desarrolló en el 2000 y desde entonces se ha implementado en viviendas de dichas comunidades de Mapimí.
Aunque el promedio de lluvia histórico en la Región Lagunera oscilan en los 250 milímetros de precipitación en años regulares y en los últimos cuatro o cinco años de ciclos de sequía no se han llegado a los 200 milímetros, cuando se registra precipitación el almacenamiento puede ser de gran utilidad para las familias de comunidades marginadas.
Lo primero a considerar, es que la mayoría de las casas de las familias de las 12 comunidades, tienen una superficie mínima de 50 metros cuadrados de techo, y si eso se multiplica por la cantidad de lluvia se puede captar de 5 mil hasta 10 mil litros de agua de lluvia durante el periodo de precipitación en La Laguna; de junio a septiembre.
La construcción empieza con la identificación de un área de captación en el techo, en donde se coloca una planilla ligera la cual además también protege para evitar goteras por dentro. Esta planilla ayuda a que lo que llueve escurra totalmente a diferencia de un techo de tierra.
El techo se divide en cuadros, que se conocen como microcuencas y en cada uno se hace una coladera conectada a un tubo de PVC por donde baja el recurso hídrico.
Pedroza Sandoval destacó que para la elaboración de la planilla se requiere poco de arena fina, cemento y cal. “Quizá un poco lo que puede lavar el costo es el tubo de PVC”.
Dichos tubos están conectados a una cisterna y en total los costos no sobrepasan los 8 mil pesos y con una vigencia hasta el momento registrados de 20 años, pero podría ser más.
De las 12 comunidades en Montes de Oca, Victoria y Roma, el cien por ciento de las familias ya cuentan con este sistema.
Las cisternas tienen la capacidad para almacenar de entre 8 a 10 mil litros de agua, con esos si la familia de 4 a 5 miembros lo utiliza bien, le puede durar de tres a cuatro meses.
Esta agua pluvial almacenada se puede utilizar de dos maneras, la primera para sanitarios que son aguas negras y una segunda para labores domésticas, como en la cocina, que se conocen como aguas grises. En este último caso, si se separa se puede enviar a un proceso de filtración y queda lista para utilizar como riego de huertos.
Tanto la cisterna como el filtro, son sencillos de construir, aseguró Pedroza Sandoval.
Cabe destacar que si bien, las lluvias han sido limitadas en la Región Lagunera, las familias que cuentan con las cisternas, tienen una ventaja, ya que cuando no hay recurso hídrico en la red pública, el gobierno municipal los abastece a través de pipas, y estas familias tienen la ventaja de contar con una cisterna de importantes dimensiones para un mayor almacenamiento.
El 'CAIS' casa muestra de sustentabilidad
El Centro de Aprendizaje e Intercambio de Saberes (CAIS) ubicado al interior de la URUZA, es una casa ecológica que se construyó con base a un modelo de sustentabilidad como parte del proyecto del GRINVI conformado por profesores y estudiantes del servicio social que trabajan para brindar asesoría en un contexto en donde abordan como principal temática el problema del agua.
Pedroza Sandoval, también uno de los 7 investigadores de la URUZA que forman parte del Sistema Nacional de Investigadores, mencionó que con esta visión crearon El Modelo Mapimí con el objetivo principal de buscar el bienestar social, empezando con la elaboración de un diagnóstico participativo, es decir acudir a las comunidades para saber cómo están y conocer sus problemas.
A través de este diagnóstico se desarrollaron una serie de acciones productivas de alimentación familiar, de educación, de salud y de economía comunitaria, siempre teniendo como denominador común, el recurso hídrico.
En 1997 el GRINVI recibió financiamiento de la fundación W.K. Kellogg Michigan, con una inversión de 100 mil dólares para atender los temas de alimentación, educación y salud.
La fundación los acompañó 5 años, y posteriormente llevaron a cabo una evaluación de impacto.
“Nuestra meta es lo que llamamos Programa Nacional de Agricultura Familiar, y qué es, que las familias puedan captar agua de sus techos de lo poco que llueve, la lleven a un almacenamiento que se llama cisterna de ferrocemento y como son aguas torrenciales, si les sobra agua las puedan llevar a un estanque, para otras actividades, que se puedan atender”
Al finalizar el proyecto, la fundación les pidió sistematizar la experiencia y reproducirla con otras comunidades; sin embargo, se percataron que no tenían donde hacer esas capacitaciones, y le brindaron otro apoyo para construir una casa ecológica, lo que hoy se conoce como el 'CAIS', en donde tienen una capacidad para recibir hasta 30 personas al mismo tiempo.
La casa ecológica se construyó de adobe, con techos de madera y cuenta con este sistema de Captación de Agua de Lluvia a Partir de Techos para Uso Doméstico y Producción en Traspatio.
En su interior se encuentra una cisterna de ferrocemento, la cual tiene una capacidad para almacenar 8 mil litros.
El proceso para la construcción de la cisterna empieza con la excavación cilíndrica, posteriormente en una electromalla gruesa de la misma dimensión del pozo se le amarra una tela gallinera con alambres, “en las comunidades rurales ponemos a trabajar a toda la familia para hacer estas ataduras”.
Cuando se tiene todo el cilindro bien armado con la electromalla y malla gallinera, se enrolla, se amarra y el cilindro se introduce de manera vertical, para esto ya debieron colocar un cimiento de cemento fresco. Se baja la malla y se empotra, posteriormente al cilindro se le rellena por fuera de tierra, mientras que el albañil va enjarrando y la malla gallinera es pera que se pegue la mezcla adecuadamente, el siguiente paso es el enjarre se coloca cemento y por último se coloca pintura para alberca.
Crean área agroecológica de policultuvos con uso de aguas grises tratadas
En una superficie de 980 metros cuadrados los alumnos de la maestría de Recursos Naturales de Zona Áridas de la UACH hace cuatro años crearon el Área Agroecológica de Policultivos con Uso de Aguas Grises Tratadas la cual se encuentra a escasos metros del Centro de Aprendizaje e Intercambio de Saberes (CAIS).
Este huerto se riega con el recurso hídrico acumulado en la cisterna de ferrocemento instalada en la casa ecológica que almacena el agua de lluvia que baja del techo. Pero antes este recurso ya había servido para las tareas de la cocina o limpieza en general.
¿Cómo se logra su reutilización?, Issac Gramillo asesor técnico en la URUZA, comentó que luego de que el líquido se destinó para las tareas de la cocina o limpieza general, se convierte en agua gris, y obviamente por las grasas y jabón que contiene, no se puede utilizar directamente para los cultivos, por eso debe primero atravesar por un proceso de filtración.
Para este proceso, este recurso gris se destina a través de tubería hacia dos cámaras construidas en la tierra, una de las cuales en su interior contiene una composición por capas de arena, grava y carbón.
Al momento de llegar el agua jabonosa o con grasa a esta primera cámara, atraviesa por estas capas y va pasando a una segunda cámara ya clarificada, es decir, con el retiro de un 80% de los contaminantes, y lista para utilizarse en cultivos.
José Antonio Miranda Rojas, estudiante de la Maestría de Recursos Naturales de Zonas Áridas, se encarga de la supervisión del área agroecológica y explicó que el agua que se recolecta se destina para el riego de este huerto.
Solamente para los cultivos de otoño-invierno que se desarrollan durante un periodo de cuatro a cinco meses se destinaron 5 mil litros de agua; sin embargo, la efectividad también se debe a la implementación del sistema de riego por goteo a los cultivos instalados.
En este huerto no se utilizó ningún fertilizante químico o plaguicida y se cultivaron 9 especies de hortalizas. Inclusive se alcanzó una producción de 120 kilos de cosecha de calabaza, mientras que de biomasa, que es el caso del maíz, se generaron entre 70 a 75 toneladas por hectárea de pura biomasa.
“En este caso es una parcela muy grande en donde se intercalan diferentes cultivos, si se fijan en las orillas tenemos el maíz, esto es como protección para las otras hortalizas que tenemos en medio, como una barrera contra el tiempo, y también cuidando que no se erosionen el suelo” explicó.
En este huerto tampoco se utilizó ningún fertilizante químico, ningún plaguicida, pues para evitar plagas se instaló cempasúchil como un repelente, ya que son plantas aromáticas, y lo que hace es que va repeliendo la entrada, al igual que el cilantro.
Cabe destacar que dichas especies aromáticas, también benefician la atracción de polinizadores y se lograron observar mariposas, monarca y colibríes.
Todo este modelo de sustentabilidad a través de captación de agua de lluvias, es el sistema implementado en viviendas de familias rurales de la comunidad de Mapimí, en donde los investigadores de la URUZA-UACH con la finalidad de abatir rezagos principalmente de alimentación, así como también de salud y educación.