"Honor a quien honor merece" y, en San Pedro, Coahuila, hay gente que merece el reconocimiento por su trabajo, su esfuerzo y su pasión hacia el oficio que profesa, como Don Guillermo Amaya Chávez, del ejido Mayran, y tiene más de 30 años haciendo dulces para su sustento, el de su esposa Luciana Mejía, y anteriormente para el de sus hijos, quienes ya cada quién tomó su camino, siempre bien dirigido por él.
Don Memo Amaya como lo conocen, anda en los 86 años de edad y diario sale en su triciclo para vender su producto, en la misma comunidad, aunque también, tiene sus clientes en la ciudad, ya al mayoreo.
"Yo estuve un tiempo en Monterrey, por al menos 5 años cuando mi padre Margarito Amaya y mi madre Victoria Chávez, ya finados, decidieron establecerse allá. Pero me regrese a mi ejido donde inicie con los dulces. Pronto le encontré sabor a esto, utilizando las hornillas artesanales para la producción de mis productos que son variados".
Don Memo hace todo tipo de dulces, de leche, de calabaza, de camote, las tradicionales greñudas y palanquetas. Señala que ahora, ya los vende por charola, más pequeño el producto para una mejor presentación.
Comenta, que con este oficio por muchos años mantuvo a sus hijos, ahora están él y su esposa, pero no quiere dejar de trabajar ya que lo mantiene en forma y le da ánimo al sentirse útil y en sí, es su pasión, que dice, hará hasta que la vida le alcance y dios se lo permita.
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