Laguneros le ponen 'fe' a sus nobles negocios en San Pedro

Un vendedor de gorditas de cocedor y uno de churros de azúcar rellenos aseguran que gracias a las ventas han podido sacar adelante a sus familias.

José Antonio asegura que vende de 250 a 300 gorditas de cocedor diarias. (Armando Moreno)
Jorge argumenta que en invierno la venta de churros rellenos aumenta. (Armando Moreno)
Armando Moreno
San Pedro, Coahuila /

Un vendedor de gorditas de cocedor y uno de churros de azúcar, enfrentan la vida con mucha fe y manifiestan que sus negocios son nobles, ya que gracias a las ventas pueden mantener a sus familias. 

José Antonio Salinas,vende gorditas desde hace más de 13 años, manteniendo siempre su ánimo alegre y gritando a los 'cuatro vientos' los diferentes guisos. Se ubica en la avenida Juárez y calle Juan Antonio de la Fuente, en el centro de San Pedro.

“A mi me ha ido muy bien, a pesar de la entrada a las escuelas y quizás más adelante baje un poco la venta”, dijo.  

Tiene 36 años, es esposo y padre de dos niños de 12 años, y argumenta que desde que estaba joven se pone en las esquinas para vender su producto. 

Explicó que llega a las 7:00 de la mañana y termina alrededor de las 3:00 de la tarde, para luego entregar el dinero de la venta y preparar lo del siguiente día.

Aseguró que vende entre 250 y 300 gorditas diarias y añadió que todo se debe al empeñó que se le ponga, enfatizando en que le tiene mucha fe a la venta, ya que gracias a ello, sustenta sin mayor dificultad a su familia.

Por su parte, Jorge Martínez, quien es propietario de un puesto de churros de azúcar y aguas fresca de temporada, dijo que es una inmensa fe que le tiene a su negocio, el cual inició desde el 2000.

“Gracias a este puestecito, he mantenido a mis 4 hijos y a mi esposa y todo ha salido de aquí.
¿Como no lo voy a querer? Tan noble y tan justo, que me ha dado tanto y aquí seguimos vendiendo los sabrosos churros de azúcar con cajeta”, expuso.

Argumentó que la venta baja un poco por la temporada de calor, pero en invierno tiene listos los churros con relleno de chocolate y leche condensada.

Detalló que se levanta a las 7:00 de la mañana todos los días y de inmediato alista todos los ingredientes y el agua fresca. 

Ambos laguneros ponen todo su empeño y su esperanza en el producto que venden y eso les da la oportunidad de alcanzar una buena calidad de vida.