Los habitantes de la zona conocida como Laguna Seca sobreviven haciendo largos viajes en camiones que disponen las empresas maquiladoras, mismos que llegan hasta las rancherías para trasladar mano de obra barata hasta la ciudad de Torreón.
En ese sentido en el ejido Tejabán del Esfuerzo, en Viesca, dividido en ocho sectores o centros de población, se busca aplicar estrategias para mantener el arraigo de mil 200 habitantes que viven rodeados de riquezas naturales, los cuales se aferran a proyectos productivos que han dado resultados, en tanto la tierra sigue produciendo algunos productos a través de la agricultura y de manera natural en las inmediaciones de la Sierra de Jimulco.
El mayor impulso se ha dado a través de establos caprinos que de acuerdo a cifras de la organización Movimiento Social por la Tierra (MST), suma a poco más de 80 caprinocultores con un total de 2 mil 650 cabezas de ganado, mismos que producen al año, 150 mil litros de leche que es adquirida en su totalidad por una empresa especializada en la producción de cajeta.
Si bien esta acción podría dar cierto margen de esperanza, se lucha además porque la Semarnat declare el ejido como una zona protegida voluntaria pues la lucha por la adquisición de las tierras es franca para la instalación de ranchos cinegéticos privados, en tanto que el paisaje no solo arroja un aire más puro, sino la posibilidad de tomar veredas a la sierra que concentra una enorme riqueza natural que no tiene custodia sobre cuevas con petroglifos, y que es aprovechada por cazadores que se lanzan a la aventura para capturar venados, jabalíes y otras especies salvajes, y al tiempo que saquean los vestigios de culturas indígenas.
RESTOS DE HISTORIA Y CULTURA EN EL EJIDO
Luis Manuel de la Cruz Mejía, dirigente del MST en La Laguna, explica que en la zona de Laguna Seca se considera como un espacio dormitorio pues la mayor parte de la gente se moviliza hacia las maquiladoras en Torreón ante la falta de empleos en su municipio.
“En las comunidades faltan oportunidades de vida y por esa razón nosotros hemos intentado impulsar proyectos productivos que generen arraigo y que también les ayuden a tener mejores condiciones. La vocación es evidentemente agrícola, y con una importante producción de leche de cabra”.
Luego de apoyar a los ganaderos del sector social, refirió que en los últimos cuatro años se ha incrementado paulatinamente la producción de leche así como la cantidad de cabritos a la venta, luego de implementar un proyecto productivo en el año 2015, Pero además se intenta proteger sus tierras, ricas en su biodiversidad, historia y cultura.
“Hay una cantidad importante que tienen ellos de área de uso común en El Esfuerzo, porque tiene ocho centros de población y parte de ella es la zona de la Sierra de Jimulco, los cañones y cañadas que los componen, y hay una cantidad importante de venado y jabalí, especies que buscan los cazadores, y también por señalamientos de los mismos habitantes, de restos de culturas indígenas del siglo XVIII e incluso anteriores”.
EL ASCENSO A LA SIERRA DE JUMILCO
Mientras se camina en ascenso se deja atrás el olor a smog y drenaje que emana de las arterias urbanas de Torreón como eje de la zona metropolitana de la Comarca Lagunera. Y al tiempo en que se respira un aire más limpio se escucha a lo lejos el perifoneo del ejido.
Con 50 pesos se ofrecen felicitaciones y se ponen las mañanitas que se oyen en todo el rancho cinco veces al día, así se informa de una fiesta, un difuntito o se invita a comprar chicharrón en la casa de alguna vecina que mató el marrano.
“Aquí aprovechamos la miel de la sierra. Se sube uno y le arranca a la penca del panal… nos ponemos unas máscaras de mezclilla, dos camisas como estás y doble guante. Primero hacemos una fogata para llenarnos de humo. Luego tomamos la miel, no toda porque ellas (las abejas) se deben alimentar también. Ahora está en 150 pesos el kilo”, explicó Rodolfo Salazar, habitante del ejido.
LA MIEL COMO PRODUCTO
Cómo guía en la sierra, Rodolfo sabe que la miel como producto le pertenece a quien la produce, en este caso las abejas, pero otros que llegan y si ser los dueños del suelo al ver los panales se lo llevan todo.
El paisaje es imponente rodeado de aroma a orégano. Rodolfo también sabe de plantas medicinales y que mientras más trepe los cerros las encontrará más húmedas y sus infusiones serán de mejor calidad. La vereda para escalar es angosta y pegada a los cerros y debido a que no es muy explorada es común que se pierdan el rastro aunque luego se encuentren botellas de electrolitos vacías, botes de cerveza o incluso garrafones de agua que se dejan llenos por si algún explorador se pierde.
También los visitantes buscan minerales. Se llevan muestras, y también piedras con grabados que a veces son arrancados de cuevas. Chuzos, vasijas y textiles han sido sacados del área como una curiosidad para turistas, es por ello que ya se entablaron pláticas con el encargado de la Semarnat, el secretario Víctor Toledo, pues además se ejerce presión para que se venda la tierra del ejido.
Es por ello que los integrantes del MST han tenido que convencer a la gente de que tienen recursos ilimitados para que se apropien y entren en la declaratoria para cuidar su entorno, acceder a recursos federales y siendo además una zona etiquetada por el INAH, hacer que las escuelas de antropología del país investigue en el sitio.
“Necesitamos que sepan qué tienen en su propiedad porque la zona incluso ha sido refugio para la resistencia con los últimos remanentes de los combatientes bajo las órdenes de Benjamín Argumedo, que estuvieron resistiendo hasta 1922”, apunta De la Cruz Mejía.
Esto es necesario porque a los 15 días de la administración de Andrés Manuel López Obrador se emitió un decreto sobre zonas de atención prioritarias donde no aparece ningún municipio de Coahuila, Durango, Sonora u otra entidad del norte de México al no tener municipios rurales con predominancia en población indígena o que se considere zona de alta marginalidad.
RECUROSOS NO LLEGAN
En una entidad donde la administración estatal tampoco considera prioritario al campo al destinar recursos que no llegan siquiera al 1% del presupuesto, es urgente que las comunidades luchen por su sobrevivencia, más en la zona de La Laguna Seca, donde el paso del río dejó un sedimento de nutrientes que de acuerdo a expertos se visualiza hasta los 10 metros de profundidad, cuando hay regiones donde se siembra en carpetas de 30 centímetros de tierra.
ACTIVISTAS BUSVAN ESTABLECER UNA ZONA PROTEGIDA
Rodolfo Salazar, habitante del ejido, dice que los activistas buscan a través de la Semarnat poder establecer una zona protegida voluntaria, lo que le permitiría a los campesinos acceder a recursos para que se conserve la Sierra y que se mantenga como una propiedad social, toda vez que una parte de la misma ya ha sido vendida para la construcción de ranchos privados.
“Lo que nosotros buscamos es que siga siendo propiedad de las comunidades porque además de la riqueza que pueden extraer ahí es donde pastan sus cabras, sacan otro tipo de riqueza como es el orégano, miel, la candelilla, entre otras”.
Con un total de mil 200 habitantes en las ocho comunidades, es decir, Tejabán del Esfuerzo, Santa María I y II, El Taconazo, La Noria, Gregorio García, Lázaro Cárdenas y El Puerto, los esfuerzos para aplicar estrategias productivas deben multiplicarse, comprometiendo a la comunidad bajo la idea de que tienen opciones económicas si mantienen sus tierras. Lo otro es vender y quedarse sin nada.