Hacienda ‘La Vieja Carolina’: guarda secretos de la época de violencia en La Laguna

Ciudadanos cuentan que a lo lejos se puede escuchar gritos y sonidos paranormales, pues fue utilizado como lugar de tortura y de muerte, cuando la inseguridad reinaba en La Laguna.

Hacienda la Vieja Carolina en San Pedro, Coahuila. (Damían Ramirez)
Damián Ramírez
San Pedro, Coahuila /

Una de los lugares con más historia, por lo que esconden sus paredes y su suelo, es la Hacienda de la vieja Carolina en San Pedro, Coahuila, que se ubica como a un kilómetro del libramiento Las Américas.

Sobre esta hacienda se cuenta mucho y a la vez se sabe poco, porque esas paredes rusticas, guardan muchos secretos, se cuentan historias paranormales, de ecos del más allá, risas, murmullos, y todo tipo de ruidos, que quedaron impregnados por lo que ahí pasó.

Los años ahí han ocultado cosas macabras, ya que dicen los pobladores, ahí fue la cuna de la delincuencia cuando San Pedro vivió una de sus peores etapas de inseguridad y donde la muerte recorría en motocicleta todo el municipio.

Entre pinabetes y arbustos ya secos, una cerca de alambre caída, y una explanada de tierra, está esa gran construcción de cuando los hacendados eran los que mandaban en el municipio. Personas que trabajaron en aquellos ayeres en esa hacienda, decidieron emigrar hacia un espacio más tranquilo y más delante llamaron Nueva Carolina.

Platican como si en ese lugar se detuviera el tiempo, a lo lejos puedes escuchar la voz del velador que te dice que no te acerques. Es una hacienda muy antigua, alta como toda construcción de antes, adobe fuerte, del que hacían los mismos jornaleros. El inmueble ha quedado olvidado, aún y cuando su historia es mucha.

Voces extrañas, gritos de dolor, de agonía, dicen, que ahí algunos espíritus hacen sus recorridos, hasta una niña que ya no es de este mundo, lo más tétrico, se cuenta que ahí, fue utilizado como lugar de tortura y de muerte, cuando la inseguridad reinaba en el municipio, es la hacienda de la Vieja Carolina, un edificio que sigue de pie, esperando quien desentierre todos sus secretos.

AARP