Los nombres y las fechas pintadas sobre la lámina negra en la cruz metálica colocada hacen ya casi dos décadas, para recordar a las 28 víctimas mortales de la explosión la zona de mercados de Veracruz comienzan a borrarse; pero la tragedia de la explosión de pirotecnia del 31 de diciembre de 2002, no se borrará nunca de la memoria de los veracruzanos, especialmente de quienes la vivieron, la contaron o atendieron.
La tarde del último día del año 2002, la zona de los mercados estaba abarrotada de clientes que buscaban artículos para la cena de fin de año, y cientos de comerciantes.
Una chispa que no se sabe si fue accidental o intencional, provocó el incendio de puestos ambulantes donde se comercializaba pirotecnia, que, si bien era ilegal, era también tolerado por las autoridades municipales.
La explosión e incendio que inició en la esquina de las calles Hidalgo y Juan Soto, se extendió a docenas de puestos y negocios establecidos en varias cuadras a la redonda.
El saldo oficial fue de 30 muertos y 50 lesionados, y un número no determinado de desaparecidos, personas cuyos familiares nunca supieron que estaban en la zona de la explosión, y cuyos cuerpos fueron recogidos con maquinaria, escondidos entre toneladas de escombros que se levantaron en el lugar.
Una líder de comerciante, Jovita Macario fue la única persona encarcelada por este hecho, de 23 indiciados por el caso; 12 funcionarios municipales se ampararon y nunca fueron detenidos.
Por años, la zona cero donde ocurrió la explosión, quedó libre de ambulantaje; hoy de nueva cuenta hay docena de puestos establecidos sobre la banqueta, donde se comercializa de todo.
La mayoría de los fallecidos murieron por inhalación de humo tóxico, y un tercio de ellos quemados.
La explosión y el fuego alcanzó vehículos y establecimientos comerciales, uno de ellos una tienda cuyo encargado ordenó cerrar, pero impidió al personal ponerse a salvo.
En esa tragedia un joven trabajador de unos baños, Iván Gómez Gómez, murió siendo un héroe, al rescatar a personas que habían quedado atrapadas; estaba recién casado y su esposa esperando un bebé. Hoy una unidad habitacional y una avenida en el norte de la ciudad de Veracruz lleva su nombre.
El sábado 31, como cada año, se oficiará misa en la zona del mercado Hidalgo, para recordar a quienes murieron cuando se alistaban para festejar la llegada de un nuevo año que nunca vieron.
La cruz de metal con sus nombres, se pierde entre los puestos informales; ya pocos reparan en ella.
LG